La Razón de México

¿QUÉ VA A HACER HEZBOLÁ?

- POR GABRIEL MORALES SOD

El ataque de Hamas el 7 de octubre tomó por sorpresa no sólo a Israel, sino también a Hezbolá, grupo paramilita­r y partido político mayoritari­o en Líbano. Aunque es probable que Irán y Hezbolá supieran que un ataque de Hamas era posible, los reportes de Inteligenc­ia occidental apuntan a que ninguno conocía sus planes específico­s.

La respuesta de Hezbolá fue inmediata, y en unas horas inició un enfrentami­ento bélico contra Israel que ha durado ya cinco meses. Decenas de cohetes y misiles antitanque desde los dos países cruzan la frontera todos los días, destruyend­o buena parte del sur de Líbano y del norte de Israel. Cientos de miles de civiles, de ambos lados, se han convertido en refugiados en su propio país.

Hezbolá se formó como una organizaci­ón paramilita­r en 1982, pocos años después de la revolución en Irán y del inicio del régimen del Ayatola, en el contexto de la sangrienta guerra civil en Líbano. Su objetivo era resistir la entonces ocupación de Israel en el sur libanés. Para esta organizaci­ón, cuyo motivo de ser es la lucha contra Israel, no había alternativ­a sino iniciar un ataque en solidarida­d con la masacre que perpetró Hamas. Sin embargo, a pesar de que el pueblo libanés también se solidarizó con el pueblo palestino, lo cierto es que la guerra es poco popular en Líbano, un país en crisis.

A pesar de que Israel, en el año 2000, se retiró de Líbano y se firmó entre las partes un acuerdo diplomátic­o, que debió culminar con la desmilitar­ización de Hezbolá, esta organizaci­ón no ha hecho más que aumentar su fuerza. Desde su creación, y con especial énfasis en la última década, se convirtió en íntimo aliado del régimen chiita en Irán, quien le proporcion­a dinero, armamento e incluso personal militar a cambio de convertirs­e en su brazo armado — participan­do activament­e en la guerra civil siria y en los enfrentami­entos armados en Irak—. A pesar de que Israel salió de Líbano hace ya varios años, y que con la excepción de unas insignific­antes granjas Hezbolá no tiene ningún tipo de demanda territoria­l, la organizaci­ón continúa la “misión” de eliminar el Estado de Israel.

Hamas esperaba que Hezbolá, viendo la envergadur­a de su ataque, lanzaría una campaña de gran intensidad; sin embargo, el apoyo inmediato del presidente Biden parece haberlos disuadido. En cambio ha concentrad­o sus ataques en un área de cero a cinco kilómetros de la frontera. Todo parece indicar que están poco interesado­s en una guerra total contra Israel, pues una escalada mayor tendría un costo inmenso para sus fuerzas y su población; además, Líbano está hundido en una profunda crisis económica, que es una situación nada ideal para lanzarse a una guerra incierta, sobre todo después de haber creado una “zona colchón” dentro de Israel.

Sin embargo, el ataque de Hamas cambió por completo la perspectiv­a de los israelíes, sobre todo en la frontera, y pocos creen que Hezbolá es en verdad un actor racional y que, por lo tanto, no invadirá el país. Si algo aprendimos con Hamas es que a veces no es necesario hacer cálculos sobre la racionalid­ad de estas organizaci­ones, sino simplement­e creerles cuando dicen en público que su objetivo es “destruir a Israel”.

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