Convierte el Zócalo en un gran salón de danza
Ante poco más de cinco mil personas, la bailarina Elisa Carrillo dio ayer la primera clase masiva de danza en la Ciudad de México, donde niñas, niños, adolescentes y adultos, enfundados en leotardos, mallas y zapatillas, dieron una muestra de sus capacidades en el ballet, en una actividad que formó parte del Festival Tiempo de Mujeres.
“Para mí este día es muy especial porque la danza me ha transformado y yo quiero que hoy la danza nos ayude a crear magia”, expresó Elisa Carrillo al inicio de la clase, para posteriormente empezar a realizar ejercicios de calentamiento al ritmo de “Eres para mí”, de Julieta Venegas.
Después llegó el turno de la música clásica, que acompañaba estiramientos y maniobras de equilibrio apoyándose en las estructuras tubulares colocadas para hacer la función de barras. Después vinieron términos en francés como pas de deux, attitude o développé,y movimientos más estilizados.
Elisa Carrillo explicaba cada ejercicio y su cuerpo hacía el movimiento respectivo; niñas, niños y jóvenes la observaban con atención, pero también con admiración, y hacían su esfuerzo por replicar lo mejor posible cada prueba.
El calor del sol pegaba con intensidad sobre la Plaza de la Constitución. Sin embargo, esto no mermaba el ímpetu de las y los asistentes a la clase, que provenían no solamente de las diferentes alcaldías de la Ciudad de México, sino también del interior de la República. “Gracias por hacer este viaje, es muy importante para la danza”, reconoció.
“Que no sólo sea el sol que nos calienta, sino también el trabajo. ¿Cuándo se iban a imaginar que íbamos a estar aquí? Vamos a disfrutar este momento porque es supermágico”, expresó la bailarina, quien no ocultaba su emoción.
Temas como “Bésame mucho” y “Cielito lindo” en el piano de la maestra Nodira Burchanowa sirvieron de complemento para los ejercicios, con Elisa Carrillo cantando por momentos.
Posteriormente, mencionó que el ballet clásico ha evolucionado, por lo que los bailarines “debemos ser versátiles”. Entonces “se convirtió” en un chelo para ejecutar una coreografía de Nacho Duato.
Más tarde llegó el momento de bailar todas y todos juntos. La bailarina destacó que se puede montar una coreografía con cualquier tipo de música, para lo cual se valió del tema “México en la piel”, de Luis Miguel.
Después de una hora y cuarenta minutos de clase, vino la despedida. “Gracias por este día tan especial”, exclamó Elisa Carrillo visiblemente conmovida, a lo que muchas de sus alumnas respondieron gritando “¡Te amamos!”.
EL JEFE de Gobierno, Martí Batres, subrayó ayer que “jamás en el mundo se había dado una clase masiva como ésta”.
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