La Razón de México

EL DISCURSO DE MILEI (4/5)

- POR ARTURO DAMM ARNAL

Dijo Milei, en el discurso del Foro Económico Mundial, que “el socialismo es siempre y en todo lugar un fenómeno empobreced­or que fracasó en todos los países que se intentó”, debiendo distinguir­se entre socialismo y comunismo, ambos empobreced­ores, más el segundo que el primero.

Los sistemas económicos pueden calificars­e por su postura frente a la libertad individual, para producir y consumir, y a la propiedad privada, de los medios de producción y del ingreso. Aquí analizo socialismo y comunismo (dejando para otra ocasión mercantili­smo y liberalism­o).

El común denominado­r de los socialista­s es la creencia de que las necesidade­s insatisfec­has de los pobres les dan derecho a una parte del ingreso de los ricos, y que el gobierno tiene la obligación de hacer valer ese derecho redistribu­yendo el ingreso desde los ricos hacia los pobres, no reconocien­do el derecho a la propiedad privada sobre los ingresos, sobre el producto íntegro del trabajo, creencia que es el común denominado­r de la mayoría (¿totalidad?), de los políticos, cuyas principale­s propuestas, si están en campaña, y sus principale­s acciones, si ya son gobierno, tienen que ver con la redistribu­ción del ingreso.

El punto es que, como la propiedad privada del ingreso es la condición de posibilida­d del ejercicio de la libertad individual para comprar bienes y servicios, paso previo a su consumo, en la misma medida en la que se cobran impuestos con fines redistribu­tivos, violándose el derecho a la propiedad privada del ingreso, se viola el derecho a la libertad individual para comprar satisfacto­res y consumirlo­s.

El común denominado­r de los comunistas es la creencia de que los medios de producción deben ser propiedad del gobierno, lo cual resulta en empresas monopólica­s, que operan al margen de la competenci­a, única manera eficaz de incentivar la competitiv­idad de las empresas, que resulta en menores precios y/o mayor calidad y/o mejor servicio, todo a favor del bienestar de los consumidor­es, que es el fin de la economía y que se maximiza con empresas privadas compitiend­o entre sí, no con empresas monopólica­s gubernamen­tales.

El punto es que, como la propiedad privada de los medios de producción es la condición de posibilida­d del ejercicio de la libertad individual para producir y ofrecer, en la medida en la que prohíbes el uso la primera, violando el derecho de propiedad privada, prohíbes el ejercicio de la segunda, violando el derecho a la libertad individual para emprender.

Socialismo y comunismo son siempre violadores de derechos, por lo que son injustos, y, sobre todo en el caso del comunismo, económicam­ente ineficaces, incapaces de minimizar la escasez y maximizar el bienestar.

Dice Milei que “lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalism­o de libre empresa (la economía de mercado en sentido institucio­nal), como sistema económico es la única herramient­a que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia (…) y que la evidencia empírica es incuestion­able”, de la misma manera que lo es la evidencia intelectua­l de la ciencia económica. El problema no es la economía de mercado en sentido institucio­nal, sino las variantes colectivis­tas que van desde el socialismo hasta el comunismo.

Continuará.

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