Lo que el Día Internacional de la Juventud significa
El domingo pasado (12 de agosto) se celebró el Día Internacional de la Juventud. Este día más que celebrarse, es un día que ayuda a generar conciencia de las precariedades, dificultades y marginación que vive la juventud hoy en día.
Como joven he vivido de primera mano discriminación laboral y social: El famoso “estás muy chavo para x puesto” o “tú qué vas a saber de x tema si eres un chamaco”, son frases que hemos escuchado lamentablemente de manera recurrente. Asimismo, la marginación política es un tema sumamente común, el etiquetar automáticamente a los jóvenes de “apáticos” simplemente porque su participación política y ciudadana no se enmarca dentro de los cánones tradicionales que muchos jóvenes consideran obsoletos, ya que no les dan voz ni voto en asuntos públicos, aunado al hecho de que los “representantes” de la ciudadanía no representan a los jóvenes.
El ser joven en nuestro país, más que una oportunidad se considera una condena, ya que no tiene la experiencia ni la formación requerida para insertarte de manera completa al escenario laboral. Sin embargo, ni el gobierno ni el sector privado se preocupan por brindar oportunidades ni capacitación a jóvenes para que puedan integrarse al escenario laboral.
Como una imagen que ha circulado en redes sociales, ilustra (y aunque es una sátira es muy cierta): “Se solicita joven de 21 a 25 años con actitud proactiva. Requisitos: Doctorado, 10 años de experiencia laboral relevante, 5 idiomas y 3 superpoderes”.
La sátira concluye con la frase “Sí hay trabajo, lo que hace falta son ganas de trabajar”. Esta es una parodia que no dista tanto de la realidad de lo que vive la juventud día a día en el escenario laboral.
Por parte del gobierno, los programas que se enfocan en jóvenes los consideran no como el futuro, sino como un problema que hay que controlar. Los programas gubernamentales para jóvenes son en su mayoría de prevención de drogadicción, prevención de alcoholismo, prevención de ETS, prevención de embarazos adolescentes, prevención de delincuencia.
Sin embargo, yo no veo programas de formación ciudadana, de desarrollo de capacidades laborales y/o sociales, de proyectos sociales juveniles, de fomento a la investigación joven. Es decir, al joven se le encasilla como un ser que necesita ser controlado porque es un problema potencial, no como a un ciudadano en formación que tiene el potencial
para lograr metas con el debido apoyo.
En este Día Internacional de la Juventud, hay mucho más que exigir, comparado con lo que hay que celebrar. El enviado para la juventud de la ONU declara la necesidad del reconocimiento de los derechos de participación de los jóvenes como un derecho humano. Asimismo resalta el papel de los jóvenes para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030.
Es necesario que la sociedad mexicana en conjunto tenga un cambio estructural de conciencia hacia un papel de inclusión de los jóvenes, no uno de marginación.