CADA QUIEN SU CIENCIA
tación de personal con proporciones de 50-50 y retener al talento.
CAMINO COMPLICADO
La promoción y la inversión en la ciencia y la tecnología es un pie del que México cojea hace muchos años y no parece haber una solución rápida.
Desde el inicio del sexenio anterior, el Gobierno en turno se comprometió a destinar un presupuesto equivalente a uno por ciento del Producto Interno Bruto al desarrollo científico, una promesa que cada vez se antoja más lejana.
De acuerdo con los datos más recientes del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) el sector privado aportó en 2019 sólo 32 por ciento del presupuesto total para Investigación y Desarrollo, a lo que se sumó que sólo cinco de cada 100 empresas en el país aportaron capital para este apartado.
A esto se suman la baja inversión del Gobierno Federal en este mismo apartado.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México invierte ocho veces menos en Investigación y Desarrollo que el resto de los miembros del organismo, al tiempo que el personal que se dedica a la investigación en el país es nueve veces más pequeño que el promedio de la OCDE y se publican 5.5 menos papeles de investigación.
Además, el Índice Global de Innovación 2020, México obtuvo una calificación de 33.6 puntos de 100 posibles en el listado de innovación, para ubicarse en el sitio 55, de 120 países analizados por el indicador. Al interior de los subíndices, el peor peldaño que tiene el país es en el de las instituciones públicas, al ocupar el puesto 74, por debajo incluso de países como Armenia, Jamaica o Sudáfrica.
“Brasil, México y Argentina son las únicas tres economías de la región con empresas globales que cuentan con Investigación y Desarrollo (I+D). Además, la mayoría de las inversiones en I+D son principalmente públicas, con una baja proporción de financiación del sector privado. En general, los sectores económicos de la región no son intensivos en tecnología y el crecimiento de la productividad laboral se mantiene en niveles bajos. Con pocos insumos de innovación, la región también lucha por traducirlos de manera eficiente en productos”, detalla el estudio.
Para la población, dice José Varela, el Gobierno es el principal responsable de promover la ciencia, pero lo bueno es que ya no sólo ven la responsabilidad en el gobierno, sino en la empresa privada y la academia.
“La población le da muchos puntos a aquellas empresas que realmente están apoyando a la ciencia. Lógicamente es una cuestión de recursos, pero también de promoción”.
El camino para mejorar esta situación, añade el directivo de 3M, es incrementar la presencia de la ciencia en todos los ámbitos de la sociedad.
“El trabajo es del gobierno, empresas privadas, universidades, medios de comunicación. La ciencia puede ser accesible para todos, porque hay muchos caminos. Tú puedes ocupar la ciencia en la construcción, en una panadería, en un restaurante, en un hospital o en un laboratorio, y está comprobado que los países que invierten en la ciencia tienen un desarrollo más acelerado”.
El especialista reconoce que los espacios para estudiar en el país en universidades públicas son reducidos y las carreras científicas en el sector privado tienen altos costos.
La población le da muchos puntos a aquellas empresas que realmente están apoyando a la ciencia”
La pandemia ha traído cosas terribles para el mundo, pero una de las cosas positivas es que las personas están más interesadas y están dándole más credibilidad a la ciencia”
JOSÉ VARELA