Técnicos de Sembrando Vida sufren precariedad
No están contratados por la Secretaría de Bienestar y son obligados a firmar contratos provisionales de meses de su sueldo, de 18 mil pesos mensuales por honorarios, para los gastos de viáticos para sus funciones
CDMX. La tarde que la amenazó no se sintió intimidada. Tampoco le dio mayor importancia. “Está ardido porque no metí a su familia al programa”, pensó, ya que no contaban con los requisitos. A la mañana siguiente, varios pobladores le advirtieron que tuviera mucho cuidado, pues el sujeto, un cacique de la región, muy conocido por sus vínculos con autoridades locales y otros expresidentes municipales, era peligroso. Además, pregonaba en la comunidad que “le iba a partir la madre”, y se anduviera atenta, porque en cualquier momento la desaparecería.
La técnica del programa Sembrando Vida (PSV), Roxana Pliego, le comentó el hecho a su facilitador, pero sólo le dijo que levantara su denuncia en la presidencia municipal. Ante el temor, a mediados de este año, pidió que la cambiaran de zona, sin embargo, hasta la fecha sigue ahí.
Tiempo atrás, el 31 de marzo, el técnico productivo, Quetzalcóatl “R”, fue citado por su facilitador, Carlos Santiago Meza, en el estacionamiento del centro comercial de la Plaza Cristal, en Puebla, para que firmara sus contratos de diciembre de 2019 y los de enero, febrero y marzo, en la cajuela de un vehículo.
Enseguida le pidió que también firmara su renuncia, entregara su chaleco, gafete y el GPS para el registro de las georeferencias de las parcelas. No los entregó porque el despido fue inusitado y no los llevaba.
Al otro día lo citó su coordinador territorial. “Mire, se ha tomado (la decisión) en las oficinas centrales de ya no recibir sus servicios por su actitud, porque no quiere trabajar en equipo y porque usted es diabético. No queremos que se ponga en riesgo su vida por el coronavirus”, le dijo. Aunque el motivo principal fue por problemas con su facilitador. Once días antes, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a las empresas no realizar recortes con excusa del Covid-19.
Roxana y Quetzalcóatl, quienes piden cambiar u omitir sus apellidos porque no quieren ser afectados, son parte de los dos mil 150 técnicos productivos y sociales de Sembrando Vida que se encuentran en la incertidumbre laboral, al no estar contratados por la Secretaría de Bienestar y ser obligados a firmar un “contrato” provisional cada mes, cada tres meses o cada medio año, según la región en donde son contratados.
Además padecen la inseguridad de las zonas; sufren amenazas por parte de funcionarios públicos o de los pobladores que buscan integrarse al programa sin contar con los requisitos; no cuentan con seguro médico, y son hostigados laboralmente por sus superiores para que renuncien e ingresen nuevos técnicos allegados a sus intereses.
A esto se suma que deben desembolsar de su sueldo, de 18 mil pesos mensuales por honorarios, para los gastos de viáticos para desempeñar sus funciones (hospedaje, transporte, compra de material didáctico, tarjetas de internet satelital y hasta las copias e impresiones que son para los sembradores).
Por si fuera poco, la dependencia les pide ponerse la camiseta de la Cuarta Transformación, la de la austeridad, y donar un mes de su trabajo a la causa, según denuncias recolectadas por este medio.
En Sembrando Vida al menos 669 técnicos productivos y sociales “renuncia
Deben desembolsar