La Voz de la Frontera

Tutti frutti sabatini

Un “largo” tiempo que dejé de escuchar, entre los periodista­s, una expresión que traslucía el deseo de temperanci­a en nuestras relaciones profesiona­les: “Perro no come carne de perro”

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Hace ya

Apesar de ello, las “mordeduras” cárnicas siguen de vez en vez y este escribidor no se puede resistir a ello cuando alguien con estulticia hace crítica como dice la licenciada Fernanda Flores Aguirre, “sin aportar evidencias” ...

Voy pues a referirme a un “perlón”, sin citar a la autora que lo hace más por ignorancia o ancianidad motivada por el espíritu de su entorno y trataré de resumir, como dijo López Obrador, “sin quitarle ni un punto ni una coma”.

Empieza el texto que ataco: “A más de dos años que López Obrador llegó a la presidenci­a, vemos que nuestro país está peor que nunca”. De entrada admite que las cosas ya estaban peor y por ello mi pregunta: ¿Cuánto es y qué es “peor que nunca”? Lástima que se nos atraviesa un imposible: saber qué hubieran hecho cualquiera de sus admirados presidente­s que precediero­n al “Peje”, si les hubiera caído una pandemia tan monstruosa como la del Covid-19.

Ya encarrerad­a la consejera familiar metida a crítica política agrega: “Es cierto, los anteriores gobiernos no eran blancas palomas, había corrupción, impunidad, insegurida­d y otros males, pero con ninguno de ellos vivimos lo que hoy estamos viviendo: la corrupción más descarada, insegurida­d incontrola­ble, impunidad sin control, mentiras cotidianas que rayan en el cinismo y la desvergüen­za”.

Espero doña de mis respetos que tenga evidencias firmes de sus serias acusacione­s, porque si duelen en la azotea del poder, usted tiene cárcel... a menos que las influencia­s de su empresa avaladora la salven.

Debo advertirle osada crítica que no milito en “Morena”. Mi único partido político en el que he militado ha sido el PRI, pero que desde que lo volvieron - desde México - un adláter del PAN, en silencio salí y nunca por la puerta de atrás.

Respeto a “Morena” por haber recogido las banderas de la Revolución Mexicana, la Real, por la que murieron mucho más de un millón de mexicanos, mujeres, hombres, niños, ancianos, alumbrados por una esperanza: LA JUSTICIA SOCIAL. Eso, la esperanza de los pobres, es MORENA, con quien en ciertos puntos no coincido: no se debe juzgar a todos los empresario­s por unos cuantos muy identifica­dos como patrones “fifís”. Esos, al final, caerán o se irán, aunque esto lo veo imposible: su medio de explotació­n está aquí, en México y necesitan acurrucars­e al nido gubernamen­tal, porque salir a competir al mundo ya dueño de todo es estúpido. Y mire usted, han pagado sus impuestos mansamente. Cuídese, amable e inocente consejera. No se meta en dificultad­es. En estos momentos las pieles se erizan cuando se acusa sin razón o cuando menos sin evidencia avaladora. Y el Delegado Federal para Baja California podría sentirse molesto con razón.

En cualquier momento volveré a su columna con la mejor de mi mordedura perruna, pero con el mismo respeto que le he guardado hasta aquí.

Para beneficio de usted, doña de mis respetos, trataré de aclararle, como despedida, porqué emitir juicios de valor y con ello juzgar, es algo estulto que en el peor de los casos se castiga con cárcel y en la mejor, se le puede perdonar por demencia senil. Un afectuoso mordiscón.

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