Con los niños no, por favor…
Luego de alrededor de 500 días de afrontar y experimentar causas y efectos de la Covid-19 y otras de sus variantes, la humanidad sobreviviente se apura a reactivar todo cuanto considera necesario --como las clases presenciales-- sin recapacitar que hay riesgos superlativos que no pueden ni deben subestimarse.
La pandemia --es ocioso subrayarlo-- implica riesgos por igual en cualquier parte del mundo, por eso la BBC de Londres informa que ahí como en Italia, Bélgica, Francia y España han recibido casos de niños severamente enfermos con síntomas relacionados a la Covid-19 u otro patógeno asociado que provocan shock tóxico y/o enfermedad de Kawasaki atípica con síntomas como gripe, inflamación generalizada. fiebre alta, baja presión, erupciones cutáneas, dificultad para respirar, síntomas intestinales --dolor de estómago, vómitos, diarrea, etc.
Por su parte, la WebMD (medical) cita que los niños que adquieren el nuevo coronavirus pueden desarrollar una enfermedad grave, por ejemplo, acumulación de líquido en los pulmones o fallo orgánico, aunque es más probable que transmitan la enfermedad sin querer y no que se enfermen por adquirirla, pero ojo…algunos menores que se infecten con la Covid-19 tienen riesgo mayor de desarrollar una enfermedad más grave si padecen asma, diabetes, trastornos sanguíneos, enfermedad del corazón o hepática, enfermedad del riñón que requiere diálisis o sistema inmunitario débil.
Hay que tener presente que nada es concluyente aún en relación al efecto de la Covid-19 con niños, adolescentes y jóvenes, sino solo que son grupos de menor riesgo y con baja letalidad, pero una vez infectados igual de contagiosos como cualquier adulto… Por eso la epidemióloga líder de la OMS, María Van Kerkhove, sostiene: Reabrir escuelas en medio de la pandemia es una decisión compleja.
Más cuando se multiplican las reactivaciones socio-económicas fallidas, la gente sigue sin entender ni atender la importancia de romper la cadena de contagios con el uso de cubrebocas, lavarse las manos constantemente, sana distancia, etc. En ese contexto y volviendo al interés de reactivar las clases presenciales en México, exige la SEP que los padres de familia entreguen una carta de autorización firmada para que sus hijos ingresen a los planteles y con ello, inequívocamente, asuman responsabilidades de cualquier naturaleza.
Así se entiende ese requisito, pero no…con los niños no hay que experimentar por favor, porque sin subestimar “protocolos” de Salud para reactivar las clases presenciales en México, deberían ser la SEP y la SSA las que como autoridades normativas responsables entreguen cartas de garantía a maestros, padres y alumnos de que el plantel se reabrirá sin riesgo de contagio.
No puede ser de otra manera a menos que efectivamente haya padres de familia, maestros, personal de apoyo y alumnos que acudan al plantel como si fueran a un lugar donde cada quien hace casi lo que le viene en gana porque así lo demuestra mucha gente y las estadísticas en BC ... ¿O no?