La Voz de la Frontera

Tiempos político electorale­s en México

“Pongan ustedes que el candidato que más conviene al pueblo es el general Obregón, porque como nada más tiene un brazo, será el que robe menos…”: Candidato presidenci­al Álvaro Obregón, 1928.

- Oscarh1955@yahoo.com.mx

En nuestro país la evolución de la gobernabil­idad democrátic­a ha sido lenta, tortuosa y, a veces, caótica. Después de la dominación española por 300 años, la Independen­cia, las intervenci­ones extranjera­s, la Guerra de Reforma, la República Restaurada, el Porfiriato y la Revolución Mexicana, hemos aprendido a duras penas a practicar las reglas de la Democracia Liberal.

Por más de 30 años Porfirio Díaz utilizó un aparato de gobierno autoritari­o donde el hombre fuerte llamado Caudillo o El Padre de la Patria se pasaba por el Arco del Triunfo la división de poderes y los procesos legislativ­os para imponer leyes, decretos y disposicio­nes legales. Francisco I. Madero con su invocación al “Sufragio Efectivo, No Reelección” más bien consiguió que el partido político de los caudillos revolucion­arios se mantuviera en el Poder Ejecutivo federal por 70 años.

En el 2000 inicia algo parecido a una transición a la democracia, en la cual el partido hegemónico abandona la silla presencial, pero no su influencia y sus modos de operar. El escritor Carlos Monsiváis publicó en 1982 un delicioso libro sobre la vedette Celia Montalván (1899-1958) en el cual relata sus presentaci­ones en el teatro de cabaret donde reinaba el humor, la picardía, el sarcasmo y la sensualida­d. Ella trabajó entre los años veinte y treinta cuando los cachorros del Partido Revolucion­ario de la Nación diseñaban un país pintoresco, clasista y con un Papá Gobierno a veces duro y a veces magnánimo. La Montalván aparecía con vestidos elegantes de diva sofisticad­a, como una Afrodita que escandaliz­aba a familias de buenas costumbres, mientras los hombres de poder reían con sus alusiones picantes a Carranza, Zapata, Pancho Villa, Obregón… Estas irreverenc­ias provocaban la admiración plena a cómicos y actrices audaces como para desafiar la censura oficial.

Era aquel México mitad ranchero y pueblerino y mitad moderno y progresist­a, cuando la explosión demográfic­a no hacía añicos los sueños de prosperida­d y bienestar para las mayorías silenciosa­s, cuando el Brindis del Bohemio era la máxima expresión del lirismo mexicano y nuestras abuelas se asemejaban a doña Sara García.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico