Contiendas fratricidas
VER.- Acostumbro ver en la televisión algunos servicios informativos. En los intermedios publicitarios advierto cuánta guerra se hacen los partidos políticos, sobre todo ahora en tiempos electorales. Tiran a matar a los contrarios. Mientras se presentan a sí mismos como los únicos y los mejores, califican a los otros como lo peor; nada bueno les reconocen.
Quien ejerce el poder político, si no entiende su autoridad como un servicio para hacer crecer a los demás, descalifica y combate a quienes piensan y actúan en forma diferente; incluso intenta someter a los poderes Legislativo y Judicial, para que estén a su disposición. No ve a los demás como hermanos, sino como enemigos, a quienes hay que desaparecer; en cambio, protege a sus aliados por todos los medios posibles.
No hay madurez democrática, ni consejos que valgan.
Esto nos pasa también al interior de la Iglesia. Hay algunos grupos que siguen descalificando al Papa Francisco como si hubiera sido ilegítima su elección; reco
nocen solo al Papa Benedicto XVI, a pesar de que éste voluntariamente renunció a su servicio petrino, pues consideró que se necesitaba otro para continuar el ministerio de Sucesor de Pedro; nunca se sintió indispensable. No ataca a su sucesor, sino que lo respeta en todo. Nos dio ejemplo para hacerse a un lado a tiempo y no pretender acaparar el poder, sea político o religioso. En otros niveles sucede algo parecido. Sin embargo, tenemos experiencias bellas, cuando se aceptan, se respetan, se complementan y trabajan juntos por la comunidad, por los presos, los migrantes, los enfermos, los indigentes, por el derecho a la vida y además se unen también para orar y en las celebraciones. Así debería haber armonía social y política.
PENSAR
El Papa Francisco, en su encíclica Fratelli tutti, dice esto en relación con la política, pero también se aplica a otras instancias: “La mejor manera de dominar y de avanzar sin límites es sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante… La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino solo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz...”.
ACTUAR
Hay que tener un sentido crítico para descubrir el trigo que hay en las diferentes posturas políticas y también religiosas, apreciando lo bueno que tienen, proponen y hacen, distinguiéndolo de la cizaña que pueden llevar oculta.
Apoyemos a quienes hacen el bien y ayudan a los demás… No apoyemos a quienes no saben dialogar y consensuar, sino solo imponer y destruir. Hay también gente buena.