Marcha por la democracia
El domingo pasado desde diferentes ciudades de nuestro país mandamos un mensaje claro y a una sola voz: Somos miles cada vez más y no nos vamos a soltar.
No nos organizamos por odio hacia unos partidos, ni mucho menos por amor a otros. Nos organizamos porque sabemos que otra vez nos volvieron a fallar, que se aprovecharon de un hartazgo tan grande hacia la corrupción que permitimos llegar a quienes nos prometieron terminarla y la terminaron incrementaron. Y nos organizamos porque no nada más les bastó con incrementar la pobreza, la inseguridad, violencia y la corrupción, sino porque ahora nos quieren quitar a los organismos e instituciones que nos ayudan a las personas a seguir teniendo voz y a luchar en contra de todos estos males.
No es de tomarse a la ligera el discurso y acciones tan aferradas y constantes por querer desaparecer instituciones como el INE, el INAI, la CNDH, entre otros. Son organismos que nos pertenecen, que tienen el poder de defendernos y que les estorban para querer acaparar el poder.
Querer convencer a las personas de que secuestrar todo el poder es por nuestro bien no sólo es nefasto, sino además cobarde, es reflejo de no tener capacidad y de preferir tener una ciudadanía opaca.
Dicen que más ayuda el que no estorba, pero ya no, pues ya no podemos permitir seguir siendo calladas, indiferentes y con la cabeza agachada. Ya no somos las mismas, ni lo volveremos a ser, ya no creemos sus palabras y discursos vacíos y aún más importante, estamos tomando acciones acerca de lo que no nos parece con el fin de recuperar un futuro que se nos prometió y que volverá a ser nuestro.
Las personas tenemos que entender que la política es de todas y por supuesto es fácil caer en un discurso, es fácil preferir creerle a un político y no investigar, indagar y crear nuestras propias conclusiones, pero si seguimos sin participar, sin alzar la voz y lo más importante, sin crear propuestas y soluciones, los resultados, sea el partido que sea que esté en el poder, seguirán siendo los mismos.
No nos soltemos, que nunca falte la indignación y la fuerza para seguirnos levantando; seguir alzando la voz y luchar por nuestra democracia, luchar por nuestros derechos, luchar por lo que es nuestro, luchar por nosotras, luchar por las personas.