TEORIA´ PERFECTA
El imperio suizo Victorinox no se erigió de la noche a la mañana. Un recorrido por su historia muestra su carácter perfecto e innovador a través del tiempo.
Hace más de un siglo, desde el corazón de Suiza, en la villa de Ibach, cantón de Schwyz, Karl Elsener reactivó la producción de cuchillería para colaborar con el ejército de su país. Después de una investigación exhaustiva sobre los procesos artesanales y técnicos, desde su taller en 1884, pudo crear la legendaria navaja original del ejército suizo.
El año de 1909 fue crucial para la incipiente empresa: se nombró Victoria en honor a la esposa de Elsener y se creó el escudo con la cruz que, hasta hoy, prevalece en la marca. Cuando se descubrió el acero inoxidable en 1921, la compañía incorporó el material por su alta resistencia y calidad en sus navajas dando por resultado:
La búsqueda de la perfección entre la naturaleza y el hombre ha sido el impulso que la firma suiza ha puesto en marcha a través de innovación, credibilidad y funcionalidad en sus más altos estándares. En la actualidad, Victorinox ha evolucionado como un estilo de vida que abandera sus virtudes ampliando su repertorio que continuó con un reloj en 1989; una línea de maletas de viaje en 1999; una colección de ropa para experiencias outdoors y una loción exquisita a partir del año 2000.
En el acto de comprender y estudiar el sinónimo de perfección, Victorinox ha aprovechado el potencial tecnológico y humano para ir más allá de su producto insignia en una historia llena de éxitos —misma que hoy continúa definiéndose por su legado familiar–. Comprometida también con las necesidades del medio ambiente, la empresa impulsa su programa ecológico ‘Escudo verde’, que trata sobre el reciclaje de metales de desecho, generación de calor para todas sus instalaciones y los constantes procesos para estar siempre en equilibrio con la naturaleza.
Este año, Victorinox no cesa de convertirse en un ícono de perseverancia, utilidad e inteligencia para el hombre contemporáneo.
Victorinox.