IMAGINARIO ´ INTIMO
La honestidad es un valor esencial en el trabajo de Jorge Tellaeche, artista mexicano que deja ver su lado más personal a través de su obra.
En la calle de Amsterdam, nos adentramos al microcosmos de Jorge Tellaeche (Ciudad de México, 1982), artista gráfico, escultor y muralista que ha trascendido en un sello personal particularmente reconocible hoy en día. De personalidad alegre y apasionada, conversamos con él sobre su trayectoria prolífica de apenas 10 años.
Como ingeniero en diseño gráfico y después artista, Tellaeche se ha llevado algo de lo que lo ha estimulado mentalmente en los distintos lugares donde ha vivido, “pasé la mayor parte de mi vida en Tijuana y San Diego, por lo tanto, no establecí raíces en un solo lugar y creo que eso influyó un poco en mi manera de ser como artista —afirma durante nuestra conversación—. Siempre tuve muy claro que quería ser pintor; de niño crecí dibujando caricaturas en lugar de jugar futbol, por lo que entendí naturalmente hacia dónde iba”.
En su trabajo, Jorge siempre parte de una pregunta o cuestionamiento personal sobre qué le falta, de qué desea hablar o sanar él mismo. “Mi carrera es muy diferente a la de mis colegas. No me encasillé en una galería o como curador de arte, sino que todo ha sido orgánico, a través de oportunidades e invitaciones. Una cosa me lleva a la otra”, menciona mientras se toma un trago de mezcal. Su vida en California pautó su estilo de color e irreverencia y le permitió establecer muchos de los signos que actualmente utiliza en su lenguaje artístico. “Todas mis exposiciones vienen con un problema que quisiera resolver; a través de ellas logro entenderlo, para ser, no sólo un mejor artista, sino una mejor persona”, concluye.