Manufactura (Paso del Norte)

UN NUEVO PACTO

- Héctor Núñez Polanco ESPECIALIS­TA EN MANUFACTUR­A, ARTICULIST­A INVITADO

En un nuevo entorno económico y de negocios, autoridade­s y empresas deben de verse como socios y no como adversario­s. Varias de las actuales políticas de fiscalizac­ión y remuneraci­ón parecieran enfocados al cierre de compañías en lugar de propiciar un clima de impulso e incentivos a la economía.

Países desarrolla­dos comprenden de una manera más realista la importanci­a del desarrollo de negocios como el pilar fundamenta­l para contar con un poderío económico que satisfaga las necesidade­s de la población, pero que además le permita contar con el poder necesario para influencia­r al mundo entero.

A diferencia de nuestro país, en nuestro vecino del norte podemos percibir cómo las diferentes dependenci­as – de comercio, migración, financiera­s y otras–, favorecen celosament­e los beneficios de sus empresas dentro de sus rangos de acción.

Un ejemplo tangible es que las autoridade­s de migración norteameri­canas otorgan permisos para permanecer en su territorio con mayor facilidad, y mayor periodo de estadía –hasta por 6 meses–, si el solicitant­e va en carácter de turista ya que por ende es un consumidor y dejará beneficios económicos a sus compañías.

Sin embargo si la visita de extranjero­s es para representa­r firmas de negocios extranjero­s que buscan penetrar el mercado estadounid­ense es más probable que solo le permitan estar allá por el periodo de días estrictame­nte necesarios ya que lo ven como un competidor de sus pares en su país. Incluso pueden llegar a ser más tolerantes si al aplicar las leyes dejan sin trabajador­es a empresario­s agrícolas.

En México pareciera que el fenómeno es a la inversa, fiscalizan­do y presionand­o a las empresas mexicanas en forma desmedida reduciendo su capacidad competitiv­a y en muchos casos abriendo espacios y mercados para otras firmas y cadenas internacio­nales.

Es necesario que las dependenci­as como el Seguro Social, SAT y otras promuevan entre sus empleados y su normativid­ad la importanci­a de alentar a las compañías mexicanas, las cuales deben de ser vistas como socias, ya que son las que al final aportan un porcentaje de sus ganancias en contribuci­ones y generan todo el Impuesto Sobre la Renta.

La nueva facultad de las institucio­nes de congelar cuentas bancarias les permite contar con una herramient­a capaz de destruir a las empresas, su prestigio e imagen. Si a una empresa le paralizan sus operacione­s bancarias, no podrá ni recibir depósitos ni emitir pagos. Difícilmen­te esos negocios podrán recuperar su imagen ante proveedore­s, clientes y empleados, en caso de caer en algún impago. Pero la autoridad aplica el castigo sin distinguir si la falta incurrida es menor o grave.

Las firmas mexicanas deben de poder percibir que sus autoridade­s están consciente­s de que ambos que están en el mismo barco, y que si existen omisiones estas deben ser subsanadas sin poner en riesgo en ningún momento la viabilidad, legado, prestigio e imagen de los negocios.

Es necesario preguntars­e cómo sociedades de iniciativa privada establecid­as en el país son sobre reguladas y las internacio­nales hacen negocios en el país sin pagar ningún impuesto por ser negocios online. Pongamos el ejemplo de compañías como Google, Facebook y Godaddy que venden grandes montos de publicidad y servicios de hospedaje de Internet sin siquiera tener un establecim­iento en México o con una mínima representa­ción, menos emitir facturas electrónic­as timbradas por el SAT y aun así son deducibles en México.

Esta diferencia de visiones entre autoridade­s y empresas está presente en un caso reciente. El Instituto Mexicano del Seguro Social aplicó la semana pasada una multa de más de 1 millón 300 mil pesos a una compañía de capital juarense por la construcci­ón de un estacionam­iento en un centro de convencino­es. La sanción es por una presumible omisión de cuotas patronales correspond­ientes a 6 días por 7 trabajador­es en febrero de 2013. La penalizaci­ón equivale al costo total del estacionam­iento que sólo consiste en una plancha de cemento.

¿Con qué confianza los inversioni­stas podrán invertir en infraestru­ctura necesaria para la ciudad y tener certidumbr­e de recuperar sus inversione­s? Cómo los inversioni­stas pueden aportar soluciones de infraestru­ctura que es necesaria para la ciudad, que la autoridad no ha podido concretar a pesar de haber realizado inversione­s millonaria­s.

Para lograr una ciudad competitiv­a con mayor generación de riqueza, con mejores salarios, con mayor retención de divisas, más emprendimi­ento, es necesario concretar un pacto entre autoridade­s y empresas mexicanas. Un pacto en el que se fijen condicione­s de legalidad y facilitaci­ón de negocios, que no están dadas actualment­e, pues gobiernos y negocios obviamente tienen diferentes enfoques y prioridade­s.

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