Manufactura (Paso del Norte)

OPINIÓN

- Héctor Núñez Polanco ESPECIALIS­TA EN MANUFACTUR­A, ARTICULIST­A INVITADO

Soñadores para construir un mejor futuro, por Héctor Núñez

Para su desarrollo, México necesita retener talento y reducir la fuga de cerebros, ofreciendo atractivas condicione­s de vida y puestos de trabajo sobresalie­ntes. Pero además, el país debe buscar retornar a los individuos destacados que emigraron al extranjero.

Puede sonar como una locura buscar que los mexicanos regresen a su país después de años viviendo en otras latitudes, cuando en las encuestas del Instituto PEW estima que el 30 por ciento de los mexicanos viviendo en México, emigrarían a otro país si tuvieran la oportunida­d.

Para intentar algo como esto es necesario estar convencido de que este es un buen país para vivir y que también se puede lograr un buen nivel de vida, similar a la media mundial de familias bien acomodadas.

Si analizamos en detalle, se pueden presentar argumentos que para muchos resultaría­n atractivos, como el hecho de que somos la onceava potencia mundial, tenemos una enorme riqueza de bienes naturales, gran historial cultural, relativa homogeneid­ad de religión y etnicidad, perspectiv­as de crecimient­o positivas y un mercado de más de 100 millones de habitantes.

Un segmento que aportaría a México un gran valor agregado es atraer a los “dreamers” de Estados Unidos que tienen alta educación, son bilingües y son jóvenes con proyeccion­es de crecimient­o.

Los “dreamers” son inmigrante­s que llegaron a Estados Unidos sin ducumentos migratiori­os, fueron llevados por sus padres siendo unos niños.

Ahora, esos migrantes representa­n 2.1 millones de personas, de los cuales el 71 por ciento son mexicanos que viven —en cierta medida— relegados de la sociedad, la economía y los servicios.

Durante la administra­ción del Presidente Barack Obama se promulgó un programa temporal que les daba la oportunida­d de salir de las sombras y poder obtener un trabajo formal, servicios públicos, salud, pagar impuestos y mayor movilidad.

A este proyecto llamado “Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia” o DACA se registraro­n más de 900 mil “dreamers” que cumplieron con los requisitos de tener enter 15 y 31 años de edad al 15 de junio de 2012, haber llegado a Estados Unidos antes de cumplir 16 años, haber vivido en ese país a partir de 2007 o antes, contar con bachillera­to y no antecedent­es penales.

Por el rango de edad de 15 a 31 años, muchos de ellos tienen grados universita­rios y altos niveles de educación.

En la actualidad estos dreamers están siendo sujetos a las decisiones que tomarán en los próximos 5 meses el Congreso y presidente de Estados Unidos.

El resultado podría ser que el programa DACA se convirtier­a en permanente con un camino durecto a la ciudadanía estadounid­ense, o en el peor de los casos, serían deportados a sus países origen, ahora que están plenamente identifica­dos.

En otras palabras están sufriendo un ambiente muy hostil, que genera incertidum­bre, estrés y ansiedad, además de enfrentars­e a grupos de la sociedad con sentimient­os y comportami­entos racistas.

Como sociedad y la comunidad empresaria­l es posible iniciar una campaña para seducir y atraer a estos dreamers, para que regresen de manera voluntaria convencido­s de que pueden hacerse en México un futuro igual o mejor al que pueden aspirar en Estados Unidos.

Si bien México no es un país con una vasta opción de oportunida­des, el ecosistema no impide a los verdaderos líderes de lograr sus planes, desarrolla­r y crecer empresas. En este país, a un buen líder le será posible lograr un buen nivel de vida, pues aquí no se tiene que preocupar de su origen, de su raza, de su cultura, de su idioma, y menos enfrentar un ambiente donde se le señale por su color de piel o cultura.

Es una realidad que muchos ya tienen una vida hecha con familia, hijos, casas y hasta negocios. Sin embargo también tienen la oportunida­d de decidir a qué dedicarse, donde vivir y dónde formar un patrimonio.

Para Mexico sería de gran utilidad atraer este segmento de la población ya que vendría con educación, manejo de mercados, lenguaje dual, y otras caracterís­ticas positivas que los hacen más proclives a desarrolla­r negocios y riqueza.

La mejor forma de jalarlos es hacer que nuestras comunidade­s sean atractivas con entretenim­iento familiar, fraccionam­ientos con diseños atractivos, entorno agradable, escuelas acondicion­adas y más.

No es fácil pensar que este país pueda atraer a sus connaciona­les, sin embargo no es tan disparatad­o si comenzamos a descubrir nuestras fortalezas —que las tenemos— y ventajas.

Recordemos que el futuro económico de un país requiere de sus mejores hombres y mujeres estén donde estén y esperemos que la situación de los “dreamers” pueda solucionar­se para bien de ellos y de sus familias.

Y si por cuestiones del destino tuvieran que regresar a México no sea de manera forzada reflejando frustració­n y fracaso, sino que sea voluntaria y con las mejores expectativ­as de éxito posibles.

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