GOLPES Y OPORTUNIDADES
Gana o pierde Juárez en guerra arancelaria
La guerra arancelaria se expande cada vez más y los coletazos pegan ya a Ciudad Juárez. Por un lado coinciden expertos es la oportunidad de la ciudad para abrirse mercado y por otro la incertidumbre mantiene en vilo las inversiones en la región.
Estados Unidos dio el primer paso al imponer desde el 1 junio aranceles del 25 por ciento al acero y 10 por ciento al aluminio provenientes de México, Canadá y la Unión Europea.
En represalia Canadá anunció tasas a productos estadounidenses de hasta 16.6 millones de dólares canadienses, equivalentes a 12 mil 300 mil 300 millones de dólares estadunidenses.
México tampoco tardo en responder. El 5 de junio la Secretaría de Economía publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto donde revela la lista de productos provenientes de Estados Unidos a los cuales se les aplica arancel desde entonces.
Las tasas van del 15 al 25 por ciento y contemplan la carne de cerdo, arándanos, manzana, laminas, tubos de acero, varillas, papa y hasta whiskey.
Ya con el lista lo que procede es revisarlo e informar a los importadores, para el correcto pago de impuestos, informó la Asociación de Agentes Aduanales (AAA).
A mediados de junio la administración de Donald Trump amagó con poner cuotas de 10 por ciento a la introducción de artículos originarios de China, que suman 200 mil millones de dólares.
Esto, tras la decisión de Beijing de gravar productos estadounidenses por un valor de 50 mil millones de dólares.
En las siguientes semanas más países se sumaron anunciando gravámenes a la importación de productos estadounidenses e incluso interponiendo demandas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Rusia, Turquía, India y Noruega fueron las naciones que hasta el cierre de esta edición se sumaron a la guerra arancelaria contra Estados Unidos.
El 19 de junio Rusia informó que alista medidas en represalia en respuesta a la decisión de Estados Unidos de imponer tasas a la importación de acero y aluminio.
El gobierno de la India también llegó a una resolución similar, que contempla productos agrícolas, metales y acero, cuyos impuestos entran en vigor el 4 de agosto próximo.
Noruega denunció a Estados Unidos por la imposición de tasas del 10 al 25 por ciento a la importación de aluminio y acero originario de dicho país.
Los países que han acudido al amparo de la OMC afirman que las cuotas estadounidenses violan provisiones del Acuerdo General Sobre Aranceles Aduaneros y Comercio.
Recientemente se sumó Turquía, al imponer tasas por un valor de 300 millones de dólares a productos estadounidenses, en respuesta al gravamen por parte de Estados Unidos al acero y aluminio turcos.
En medio de estos enfrentamientos, el secretario de Comercio estadounidense Wilbur Ross declaró que los impuestos fijados a Canadá y México pueden retirarse, si se llega a un acuerdo en las negociaciones para reformar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El secretario de Economía Idelfonso Guajardo declaró que el gobierno de Estados Unidos no debe condicionar a ningún otro elemento las negociaciones del acuerdo trilateral.
La tensión comercial mantiene también a la expectativa el futuro del TLCAN, cuyo retraso y futurvo ha sido uno de los principales generadores de incertidumbre para la industria manufacturera, frenando las inversiones con destino a Ciudad Juárez.
Mario Hernández, líder del segmento IMMEX de la consultora KPGM, señaló que en la disputa por medidas proteccionistas todos los países pierden y pasa la factura al consumidor final, al aumentar el costo de los productos importados.
De continuar así la situación, el fiscalista comentó que puede haber diferentes repercusiones aduaneras, como mayor pago de cuotas y permisos.
Gilberto Ceballos Zamora, fiscalista y asesor de empresas manufactureras de la firma Ernst & Young, dijo que hay una preocupación generalizada, por el futuro del TLC y los aranceles.
Alejandro Sandoval Murillo, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) mencionó que la demanda de México ante la OMC era de esperarse, pero la escala del conflicto hasta dicho órgano abona todavía más a la incertidumbre.