16 RECOMENDACIONES EN SEGURIDAD INDUSTRIAL
Más que la delincuencia tradicional, a las empresas industriales les afectan los delitos derivados de la corrupción. En los últimos dos años, la tasa delictiva contra las empresas industriales ha crecido más que contra los negocios de servicios
Los actos de corrupción como el principal delito que padecen las empresas industriales, seguido del robo de sus vehículos y de la
extorsión: ENVE.
Permiso de uso de suelo: 15,000 pesos. Pago en ventanilla única para que pasen los documentos: 20,000 pesos. Regularización del predial: 30,000 pesos; licencia sindical: 10,000 pesos. Acta benigna del verificad or: 40,000 pesos. Oficio del jurídico de obras de la delegación: 35,000 pesos. Permiso de ocupación: 180,000… Ah, y el “refresco” a la semana del policía de la cuadra: 4,000 pesos.
El extenuante presupuesto enumera, en realidad, dádivas y sobornos. Es independiente a todos los otros gastos paralelos al negocio: los oficiales. Extra, claro está, de los que implica la operación de la empresa.
Estos pagos, mejor escrito embutes, fueron revelados por un empresario de la industria de la construcción, pero son el botón de muestra del principal cáncer delictivo que afecta a toda la vida industrial del país: la corrupción.
La enumeración coincide con la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) 2014 revelada apenas en diciembre pasado por el INEGI, ubica a los actos de corrupción como el principal delito que padecen las empresas industriales, seguido del robo de sus vehículos y de la extorsión.
El coctel delictivo, en conjunto, pone a los industriales en una situación crítica. De acuerdo con la misma ENVE 2014, mientras que para las empresas de servicios o comercio el daño por algún delito en promedio es de 46,000 a 49,000 pesos al año, en una empresa industrial dicho costo supera los 108,000 pesos.
No es un dato menor si se toma en cuenta que este daño económico, que suma la merma que genera un delito y el costo en servicios de protección, bajó del 2012 al 2014 en los sectores servicios y comercios, pero en la industria subió casi 15%.
En promedio, una de cada tres empresas industriales del país han sido víctimas de un delito; 44% tuvo una afectación de algún tipo como perdida de producción o cancelación de inversiones, cifra que de nuevo es superior a la de los otros sectores empresariales. Otro dato más: cada industria en particular concentra un promedio de 2.4 delitos en su contra, más que una tienda o establecimientos de otro tipo.
Por si esto fuera poco, la cifra negra en la industria (delitos se cometen pero no se denuncian) ya llegó a casi 90%, por encima de las empresas de servicios o comercios. En resumen, casi ningún caso se resuelve porque no se denuncian.
DELINCUENTES DE CUELLO BLANCO
Los datos del INEGI ubicaron a la corrupción como el delito más frecuente que padecieron los industriales en un lapso de un año, con un 22% del total de la incidencia. Esto significa que uno de cada cinco delitos en contra del sector fue precisamente de este tipo.
El Estado de México es, por mucho, el mayor foco rojo del problema. Por lo menos 51,826 casos registrados en el año 2013, que es el balance concluido más reciente. Le siguen Oaxaca, Tlaxcala, Chiapas y Coahuila.
¿Quiénes son los delincuentes de cuello blanco detrás de estos delitos? Funcionarios públicos, la mayoría relacionados con permisos y licencias. El desglose se observa en el gráfico “Funcionarios corruptos” incluido en este texto.
Por hablar sólo de los casos federales, datos de la Procuraduría General de la República (PGR) obtenidos por una solicitud de transparencia, evidencian que el año pasado se abrieron 145 averiguaciones previas por delitos cometidos por servidores públicos, y se consignaron... cuatro. Fue apenas 2.7% de efectividad.
Lo anterior sin olvidar que la denuncia de estos casos que permite que se abra una averiguación es la excepción y no la regla.
Un socio de una importante empresa de la industria de la construcción, que tiene en su portafolio de trabajo más de medio centenar de inmuebles en distintas partes del país (30 de ellos en el DF), que pidió reservar su identidad, confió a Manufactura que tan solo por un edificio de siete niveles en la colonia Cuauhtémoc, un barrio céntrico en la Ciudad de México, pagaron cerca de medio millón de pesos en sobornos.
Hay una estructura paralela para los permisos y verificación, afirma la fuente que pidió resguadar su nombre; estas figuras de gestores que en muchas ocasiones trabajan con los funcionarios de las delegaciones o el municipio. No son meros “coyotes”, sino sus socios y eso sin contar a lo que hay que pagar por otras formas de sobornos y los gastos oficiales para el INVEA, por las verificaciones, al Sistema de Aguas, a la CFE, a la tesorería...
Según los datos del INEGI, los funcionarios públicos son los principales agentes de corrupción contra las empresas.
Sin importar de que industria se trate, lo robos ocasionan una pérdida del 10 al 15 del inventario, y de 35% de las ganancias: Grupo
Multisistemas de Seguridad Industrial.
LA CORRUPCIÓN GENERA OTROS ILÍCITOS
En entrevista con Manufactura, Juan Pablo Castañón, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), dijo que la corrupción es una práctica nociva que se da con los funcionarios, pero también entre los mismos actores del sector privado para obtener ventajas competitivas injustas. “Es un costo que nos lleva a la pérdida de competitividad como país y diversas estadísticas lo demuestran. La corrupción le cuesta a México un 1% del Producto Interno Bruto (PIB), esto significa un daño que nos afecta a todos” indicó.
Samuel Cacho de la Teja, presidente de ASIS Capítulo México, una de las organizaciones que agrupa a especialistas de seguridad más grande del mundo con casi 40,000 miembros, subrayó que la corrupción también golpea a los industriales de otras formas menos directas pero igual de dañinas, pues posibilita otros ilícitos.
“Por citar un solo ejemplo: en el caso de las minas, el mineral que se roban los delincuentes es sacado luego del país con la complicidad de funcionarios aduanales corruptos. Igual que la maquinaria que sale por la frontera. He ahí el nivel de daño. Que la corrupción va concatenada con otros delitos” dijo.
ROBO DE VEHÍCULOS
El robo hormiga y a mercancías es una práctica delictiva común que golpea a las empresas en general en México pero en el sector específico de la Industria, hay una modalidad que es la más común de todas: el robo de vehículos o partes de los Golfo de México vehículos.
Según la ENVE 2014, de todos los delitos que sufrieron los industriales el 16.2% fue este tipo de robo, lo que lo ubica como el segundo más frecuente, sólo detrás de la corrupción. Casi 50% de los 60,000 casos registrados en un año, se concentraron en Puebla, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Chiapas y Michoacán.
Alberto Rivera, comisario de la Asociación Mexicana de Seguridad Privada Información Rastreo Inteligencia Aplicada y dueño de la compañía Hided Image, dijo a Manufactura que el blanco predilecto de los delincuentes son los vehículos de carga, de transporte pesado, las grúas, camiones de volteo, trascabos, entre otros.
Los corredores industriales de Jalisco, Puebla y Nuevo León son los sitios de riesgo habituales, pero en años recientes el delito también se ha extendido a otras áreas como Guerrero, Michoacán o la Laguna, donde se ha acentuado el desarrollo de industrias metalúrgicas y similares. En promedio, según Rivera, hay un crecimiento de 10% en el robo de los vehículos anualmente.
Los vehículos son robados y en muchas ocasiones trasladados a sitios subterráneos (minas y grutas naturales) donde ya no los encuentran. Añadió que los delincuentes, en el caso de las bandas más organizadas, utilizan bloqueadores jammer, que entorpecen la ubicación de los rastreadores satelitales con que cuentan algunas unidades.
El especialista reveló que también se da otra modalidad: el robo de vehículo “hormiga”. Consiste en que los mismos operadores sustraen los camiones o maquinaria sobre todo en las noches para usarlos en otros trabajos y luego los regresan. Como se trata de unidades rentadas, hay pérdida de tiempo, de diésel, y de desgaste de la máquina para los industriales.
En uno de cada siete casos en promedio los industriales sí pagaron o aun pagan una cantidad económica a los extorsionadores.
“Las reformas estructurales dispararon 30% el crecimiento para industrias que requieren el transporte pesado, hay una inversión muy fuerte entonces obviamente hay que conseguir ese tipo de transportes y los delincuentes o tienen en la mira”, subrayó Rivera.
Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que en el caso específico de robo de camiones de carga en carreteras, en 2014 se iniciaron poco más de 550 averiguaciones previas, un incremento del 195% en un lapso de ocho años.
Aunque no están entre los tres delitos más frecuentes en el promedio nacional, distintas modalidades de robos son frecuentes a nivel estatal en contra de la industria según la ENVE 2014, ya sea de bienes, de mercancía, robo hormiga, entre otros.
Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, compañía especializada en protección y análisis del fenómeno delictivo que afecta al sector, reveló que sin importar de que industria se trate, lo robos ocasionan una pérdida de 10% a 15% del inventario, y de 35% de las ganancias en general.
Marcos Ossio, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas se Seguridad Privada (AMESP) y director de la división en México de G4S Private Security Services, señaló que las formas de robo son varias y evolucionan.
“Formas hay muchas, desde la ropa interior escondida dentro de las prendas de trabajadores en maquiladora textiles, hasta las herramientas dentro de la basura, o el desecho de cobre (…) El valor del metal se ha incrementado en los últimos cinco o seis años y resulta atractivo a lo delincuente” dijo.
EXTORSIÓN ¿VIRTUAL?
La ENVE 2014 ubica a la extorsión como el tercer delito que más afecta a la industria; 14.5% de la incidencia total contra el sector corresponde a este ilícito. Pero contrario a lo que pudiera pensarse el asunto no se limita al conocido “derecho de piso”.
De hecho, según las cifras del INEGI, 71% de las extorsiones se hizo vía telefónica o por correo electrónico, tal como ocurre en contra de las personas en general. El 29% restante fue presencial, ya sea en los caminos o el establecimiento, bajo la modalidad de cobro de “derecho de piso”.
Cabe señalar que en uno de cada siete casos en promedio los industriales sí pagaron o aun pagan una cantidad económica a los extorsionadores.
De las 60,246 extorsiones que se cometieron contra industriales en un año, poco más de 12,000 correspondieron al Estado de México, es la entidad con la mayor incidencia. Le siguen el Distrito Federal, Guerrero, Michoacán y Veracruz, que en conjunto acumulan la tercera parte de todos los casos en el país.
El Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del Distrito Federal, agrupación que por más de ocho años se ha especializado en la atención y manejo de las extorsiones, señala que las amenazas telefónicas de gente que se dice del crimen organizado sigue siendo uno de los mecanismos más frecuentes de extorsión.
Pero también hay otras modalidades más recientes, advirtió el Consejo, como por ejemplo mandar sobres, cartas o grabadoras con instrucciones para que se hagan depósitos bancarios. De hecho, conforme se dan a conocer los formatos delictivos, el hampa genera nuevos métodos.
Por supuesto, hay otras extorsiones que sí son reales y letales. Por citar solo un ejemplo, el año pasado el empresario minero Sergio Corona Barragán denunció ante un medio nacional, que en Michoacán los criminales se apoderaban hasta del 50% de sus ganancias por cobro de derecho de piso y extorsión. El pasado 13 de enero fue asesinado afuera de su casa.
El derecho de piso no sólo está en la operación sino en el tránsito, en donde delincuentes controlan el paso en ciertos puntos.
“Hay derecho de piso en ciertas rutas, para pasar los materiales por ciertas rutas sobretodo del norte del país (…) en Tamaulipas incluso hay horarios donde los empresarios tienen que pagar una cuota para que pasen sus vehículos, y no precisamente es un pago voluntario”, dijo Ossio Rangel.