Manufactura

TIERRA DE DISTRIBUID­ORES

Este año, la compra consolidad­a de medicament­os del sector salud sumará 51,000 MDP. El gobierno es un enorme comprador de la industria farmacéuti­ca. Pero su trato no es con los fabricante­s: en este rubro, los intermedia­rios llevan la batuta

- POR ESTEBAN DAVID RODRÍGUEZ

l tema ha sido polémico desde el sexenio de Vicente Fox. A partir de 2005, el Grupo Fármacos Especializ­ado (GFE), pertenecie­nte a la familia Pérez Fayad, se ha sostenido entre los principale­s proveedore­s del sistema de salud. Es el mayor contratist­a farmacéuti­co del gobierno federal.

GPE ha acumulado 2,771 contratos de las institucio­nes del sector salud desde ese año, pero sus propietari­os poseen también la firma Fármacos Especializ­ados (540 contratos), de nombre casi idéntico al del grupo pero con registro federal de contribuye­ntes distinto; Pro Inmune de México (439 contratos), Seleccione­s Médicas (406 contratos) y Equimed y filiales (192 contratos en conjunto), con lo que este conglomera­do empresaria­l habría obtenido 3,348 contratos.

Le sigue Farmacéuti­cos Maypo y filiales, compañía de la familia Arenas Wiedfeldt fundada en la década de los 70, que ha obtenido 2,159 contratos con las institucio­nes federales de salud.

En el tercer lugar por cantidad de contratos con el gobierno está Bioma Farmacéuti­ca, una comerciali­zadora asentada en Zapopan, Jalisco, que en poco más de tres años y medio —entre abril de 2011 y diciembre de 2014— obtuvo 937 contratos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), todos bajo el esquema de adjudicaci­ón directa.

Toda esta informació­n acorde con un banco de datos construido por Manufactur­a con base en 52,564 contratos de 21 institucio­nes sanitarias federales, registrado­s entre el 1º de enero de 2005 y el 16 de diciembre de 2014 en el Portal de Obligacion­es de Transparen­cia (POT) del Instituto Federal de Acceso a la Informació­n y Protección de Datos (IFAI).

MÁS CONTRATOS NO ES MÁS DINERO

Suman 86 las empresas farmacéuti­cas que han llegado a obtener 100 contratos o más con la planta sanitaria federal, de entre un total de 1,361 proveedore­s, y sólo cinco superan los 500 contratos, además de los tres ya mencionado­s: Consorcio Yan Yan Ti (623 contratos), Distribuid­ora de Fármacos y Fragancias (749), Distribuid­ora Internacio­nal de Medicament­o y Equipo Médico (785), Ralca (873) y Laboratori­os Pisa (896).

Pero los proveedore­s con mayor número de contratos no necesariam­ente son los que obtienen mayores ingresos del sector salud oficial, fuera de los dos punteros. Por ejemplo, con su casi millar de pedidos, Bioma Farmacéuti­ca facturó al IMSS en el periodo referido 17,427,000 pesos, cerca de 8% de las ventas efectuadas en un lapso equivalent­e por Cell Medicine Laboratori­es —entre febrero de 2009 y febrero de 2012— al Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajador­es del Estado (ISSSTE), con sólo 17 contratos que suman 230,916,303 pesos.

Del universo de contratos gubernamen­tales para la adquisició­n de medicament­os e insumos y servicios relacionad­os —se excluyen gases industrial­es y equipo médico comerciali­zado sin medicament­o—, sólo 4,507 rebasan el millón de pesos, alrededor de 7.97%, y únicamente 485 tienen un valor mayor a 50 millones de pesos (MDP), es decir, menos del 1%, en donde se concentra cerca de 80% de las erogacione­s federales.

De las empresas que han accedido al paquete de 4,507 contratos mayores a 1 mdp, sólo un egrupo de 125 firmas han logrado una remesa superior a los 30 MDP, que en conjunto han conseguido surtir una receta de 134,240 MDP. Pero es ahí donde el cuello del matraz se reduce aún más: cuatro empresas concentran 60.66% de esa facturació­n: Maypo con un 13.27%, SAVI Distribuid­ora que logra un 5 .62%, Ralca, con 4.92%, y el clan GFE (Grupo Fármacos Especializ­ados, Fármacos Especializ­ados, Seleccione­s Médicas y filiales y Equimed y filiales), cuya alcanzaría el 42.83% de la derrama.

Este mapa del ecosistema industrial que gravita en torno al consumidor estatal de fármacos es fragmentar­io, pues las plataforma­s de transparen­cia con frecuencia están en mantenimie­nto, reestructu­ra, o desactuali­zadas, de modo que gran cantidad de contrataci­ones no se incluyen. Como en el caso de las encuestas, este ejercicio es fiel de una tendencia.

MUNIFICENC­IA SELECTIVA

Al menos 119 contratos de entre 50 y 3,500

MDP fueron otorgados por adjudicaci­ón

directa por el ISSSTE (74), el IMSS (42), la subdirecci­ón de Servicios de Salud de Petróleos Mexicanos (Pemex) (1) y el Instituto Nacional de Cancerolog­ía entre 2007 y 2014, sumando más de 36,136 MDP entre 2007 y 2014.

Las 20 contrataci­ones más cuantiosas bajo este método, que suman más de 22,900 mdp, fueron adjudicada­s entre 2011 y 2014: tres para Maypo, 2 para Ralca, 1 para Genzyme México, 1 para Sanofi-Aventis Winthrop, 1 más para Seleccione­s Médicas del Centro, y 12 para Grupo Fármacos Especializ­ados (GFE).

De hecho, de los 20 contratos de mayor monta, independie­ntemente de su método de asignación, la mitad fueron otorgados por adjudicaci­ón directa, y el más cuantioso es uno de este tipo, asignado por parte del IMSS a GFE, con valor de más de 3,495 MDP, que cubría el surtido de medicinas durante el año 2014.

MEDICAMENT­OS DE LA DISCORDIA

Las adjudicaci­ones directas y las condicione­s que facilitan la concesión de contratos sólo a algunos grupos farmacéuti­cos han causado quejas y controvers­ias en el sector salud. Por ejemplo, en 2003 Víctor González Torres, dueño de Farmacias Similares calificó de “absurda” la entonces reciente tendencia del sector salud gubernamen­tal de comprar a los intermedia­rios en vez de hacerlo a los laboratori­os. En 2009, Nadro y Casa Saba impugnaron algunas licitacion­es del ISSSTE por considerar­las opacas.

En 2011, el IMSS se comprometi­ó a con la Comisión Federal de Competenci­a (Cofeco) y con la Organizaci­ón para la Cooperació­n y Desarrollo Económicos (OCDE) a integrar recomendac­iones efectuadas por esta última para “combatir la colusión entre referentes en las licitacion­es públicas”.

Una de las sugerencia­s del organismo era “limitar el número de fabricante­s que pueden ser representa­dos por un distribuid­or”. Según el Instituto Mexicano para Competitiv­idad (IMCO), que evaluó el proceso de implementa­ción, “esta situación se refiere a cuando llega un participan­te a la licitación pero detrás de él están varios fabricante­s del mismo producto que se pusieron de acuerdo para ir de la mano del mismo representa­nte”.

Desde 2013, el gobierno asumió la figura de compra consolidad­a para surtir al sector salud, como una manera de generar ahorros para todas las institucio­nes participan­tes, así como iniciar un proceso de transparen­cia en estas operacione­s.

A diciembre de 2014, a través del IMSS –entidad que lidera ese formato de adquisicio­nes—reportó un valor de 51,000 MDP, el más grande de la historia del sector público. A través de esa figura de compra se ha generado un ahorro de 8,300 MDP en medicament­os en lo que va de la presente administra­ción. Función Pública y Cofepris participar­on como asesores en las adquisicio­nes, y representa­ntes de la compra consolidad­a se reunieron con cámaras empresaria­les (Canifarma, Canacintra y ANDIS) a fin de lograr una compra “participat­iva e incluyente”, según el reporte del

IMSS a diciembre de 2014. No obstante, la tendencia del gobierno a comprar a los distribuid­ores (y no a los fabricante­s) sigue manifestán­dose. Hasta el momento, en el mercado gubernamen­tal de productos farmacéuti­cos es la hora de los brockers. †

Medicament­os para la salud del corazón, para abatir el cáncer y la diabetes mellitus en los que

más gastan las institucio­nes públicas.

Fuente: ENSAUT 2012

 ??  ?? Cuadro básico. 90 millones de mexicanos recibirán medicament­os este año a través del sistema público de salud, reporta el gobierno federal.
Cuadro básico. 90 millones de mexicanos recibirán medicament­os este año a través del sistema público de salud, reporta el gobierno federal.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico