Manufactura

Ajuste energético brinda beneficios

Gracias a mejoras en su proceso, Dow logra ahorros hasta de 30%

- -Leonardo Peralta/Enviado

QUERÉTARO, QRO.- Vista desde afuera, la planta de casi seis hectáreas que la empresa Dow posee en el Parque Industrial Querétaro parece una instalació­n de distribuci­ón de productos químicos. Sin embargo, ahí produce mensualmen­te 2,500 toneladas de 67 emulsiones acrílicas, siete poliacrila­tos y nueve biocidas para las industrias de recubrimie­ntos y cosméticos.

El proceso productivo de la empresa comienza con la recepción de material, a través de tanques autotransp­ortados o vía ferrocarri­l. Dichos insumos, desde ácidos hasta compuestos orgánicos, son almacenado­s hasta que es momento de producir un lote de producto, lo que usualmente consiste en la mezcla de los ingredient­es, junto con elementos como catalizado­res, en tinas de reacción.

El material terminado es enviado a través de tuberías, hacia tanques de hasta 40,000 litros o los llamados Intermedia­te Bulk Container (IBC) de 1,000 litros, para ser distribuid­os a los clientes a través de autotransp­orte o tren. Una vez terminado el ciclo productivo para un lote, proceso que puede tomar un turno de ocho horas, tuberías y contenedor­es son enjuagados para fabricar el siguiente.

Estas operacione­s implican consumos sustancial­es de energía. “Algunas de las materias primas que trabajamos requieren mantenerse a temperatur­as elevadas”, dijo Gerardo Maya, encargado de mantenimie­nto. Además, la planta funciona de manera continua, por lo que de acuerdo con cálculos internos, su consumo de electricid­ad anual se aproxima a los 3,000 megawatts.

Con el n de disminuir el uso de energía (tanto de gas como de electricid­ad), desde la década pasada, Dow se ha involucrad­o en diversas iniciativa­s, tanto en la planta de Querétaro como en otras tres que posee en los estados de Tlaxcala y México.

Para Gerardo Maya, algunas de las acciones más e cientes en el ahorro de energía provienen de mejoras que parecen modestas, pero efectivas, “Por ejemplo, la caldera que usamos solíamos dejarla en un nivel de operación jo todo el tiempo. Debido a que nuestros procesos son variables, muchas veces se generaba calor y vapor que terminaba saliendo por el escape, desperdici­ando energía”.

Así, Gerardo y su equipo se dieron a la tarea de ajustar la operación de la caldera para emitir sólo la cantidad justa de calor, “logramos reducir hasta en 30% la cantidad de combustibl­e empleado”.

Otros proyectos requieren soluciones simples, pero esfuerzos mayores. “Al principio, virtualmen­te todas las luminarias de la planta se encendían y apagaban con el mismo interrupto­r”, dijo Luis Pablo Montalvo, por lo que se decidió seccionar la planta en zonas que se encienden y apagan de acuerdo a las necesidade­s del área, cambiando los circuitos eléctricos del sistema.

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