Insecticidas más ecológicos
Una de las tendencias en este sector es la utilización de componentes orgánicos, como extractos de plantas
La industria mexicana de los insecticidas trabaja en el desarrollo de sustancias químicas menos tóxicas, pero lo su cientemente potentes para exterminar al mosquito transmisor del dengue y la chikunguña.
Para lograrlo, cada año invierte 10 millones de dólares (mdd) en la investigación de componentes orgánicos, menciona Froylán Avendaño, presidente de Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (Proccyt), organismo que agrupa a compañías fabricantes de insecticidas y plaguicidas.
Hoy, las empresas analizan las sustancias provenientes de ores y plantas, como el crisantemo, además de bacterias. Un ejemplo es Spinosad, un insecticida elaborado a partir de la fermentación de la bacteria Saccharopolyspora spinosa, la cual secreta una sustancia que mata los huevos y las larvas que se depositan en los tanques de almacenamiento de agua.
millones de dólares es el valor del mercado de los insecticidas
en México.
“La tendencia es hacia los orgánicos. Entre menos sintético es el producto, menos resistencia crea el mosquito y menos daño hay hacia los humanos. Ahora tenemos larvicidas, (pero) en dos años tendremos productos orgánicos para combatir el mosquito adulto”, indica Alfonso Flores, representante de la empresa Public Health Supply and Equipment en México. Mientras tanto, la industria también trabaja con sustancias químicas menos tóxicas, como el alcohol etoxilado, que rompe la tensión del agua e impide la reproducción de los mosquitos.
“Se han desarrollado nuevos grupos químicos con per les ecotoxicológicos más amigables. Las líneas de investigación son desarrollar productos más especí cos, menos residuales y con dosis de aplicación más reducidas”, indica Avendaño, también gerente de negocio de agroquímicos de BASF México. †