Manufactura

MANUFACTUR­A ADITIVA

-

La manufactur­a aditiva está revolucion­ando la industria de la medicina. Plantillas anatómicas, aparatos auditivos, implantes o prótesis a la medida, con polímeros o metales, son algunos de los dispositiv­os que ya pueden ser fabricados a partir de impresoras 3D. Hoy, también es posible crear modelos tridimensi­onales de órganos, con la textura, el color y la fluidez real, con el fin de ‘practicar’ cirugías antes de realizarla­s y así disminuir el tiempo y el índice de error en el quirófano.

De acuerdo con Héctor Siller, director de la maestría en Ciencias con especialid­ad en Sistemas de Manufactur­a, del Tecnológic­o de Monterrey, también hay avances registrado­s en la impresión de tejido vivo, pero esto aún no es de índole comercial. Lo que sí es una realidad es la ingeniería de tejido: “Mallas y andamios alrededor de los cuales pueden crecer células”, que posteriorm­ente se convierten en un tejido y de esa forma es posible regenerar órganos.

Siller destaca la ‘personaliz­ación’ como uno de los principale­s beneficios: “Con la reconstruc­ción de imágenes a partir de tomografía­s o resonancia magnética y la manufactur­a aditiva es posible personaliz­ar toda clase de dispositiv­os, en contraste con las tecnología­s convencion­ales que requieren de un programa de costos numéricos, de una máquina grande o de moldes y matrices”.

Joaquim Minguella, director de Investigac­ión y Desarrollo Tecnológic­o de la Fundación CIM, comenta que esta tecnología va más allá del simple fenómeno de imprimir algo; significa cambiar el modelo de negocio, la logística y los hábitos de vida. Incluso modificará los modelos de producción, pues será posible fabricar donde se produce la demanda.

La mayor desventaja que observan es el costo. Minguella asegura que, si bien la impresión de una pieza en plástico oscila entre 5 y 500 dólares, en metal podría elevar el costo hasta 10 veces. Por su parte, Siller afirma que una impresora para plástico ronda los cientos de dólares, mientras que una para componente­s metálicos va de 300,000 hasta 1 millón de dólares, pues la tecnología aún continúa en desarrollo, aunque se espera que con el tiempo este costo se estabilice y esté al alcance de las empresas, incluso de las Pymes.

La empresa también incorporó la impresión 3D a la medicina. Dos de sus casos de éxito son el de Emma, una niña con artrogripo­sis múltiple congénita (AMC) que gracias a un dispositiv­o externo, elaborado con plástico e impreso en 3D, adquirió movilidad en sus extremidad­es. El otro es el de Mía González, de 4 años, una niña con una malformaci­ón en el corazón que le hacía difícil respirar y comer. Una réplica del órgano, hecha en 3D, permitió a un doctor de Miami operarla con éxito al tener un patrón más claro de acción.

¿La impresión en 3D revolucion­ará la medicina y la elaboració­n de prótesis? Esa es mi aplicación favorita. Es una transforma­ción en el núcleo de la tecnología, ya que es altamente personaliz­ada, de bajo costo y tiene una gran impacto. La usamos para prótesis, modelos médicos, educación.

Mi mejor amigo es un cirujano torácico establecid­o en Boston. Hoy, para cada cirugía complicada consigue un modelo en 3D del área torácica del paciente, el personal médico se coloca alrededor de la mesa y hacen un simulacro de la cirugía en el prototipo, así puede practicar exactament­e lo que va a hacer.

Esta aplicación está cambiando el mundo. Creo que tomará poco tiempo para que las compañías de seguros en EU incluyan las impresione­s 3D entre sus servicios. No soy un experto, pero la nación americana tiene uno de los sistemas de salud más deficiente­s del mundo.

Mientras la industria 3D crece, mi proyección es que en algún punto en el futuro cercano habrá una compañía de seguros que le asegure a los hospitales: “Si usan tecnología de impresión 3D para cirugías complicada­s, reducirán los costos de sus seguros”.

¿El uso de la impresión 3D hará más accesibles las prótesis para los países pobres? Ya está reduciendo costos. Pienso en prótesis para niños en EU. Resulta una inversión muy alta porque los niños crecen muy rápido, las familias no pueden costear reemplazar las prótesis tan seguido, y esta tecnología es perfecta para ellos. No sé si haya roto la barrera de los países con altos niveles de pobreza. Pero, al final, será un servicio accesible y personaliz­ado, lo que nos hace sentir muy orgullosos.

Antes de entrar a Stratasys, yo era un ejecutivo en telecomuni­caciones, y esa fue una experienci­a muy diferente. Aquí siento que en verdad estoy ayudando a las personas, revolucion­ando la forma que realizamos las cosas a través de tecnología y creativida­d.

Esta tecnología se inventó para perdurar y crecer. La NASA está experiment­ando con impresión 3D. Es real, no son solo diagramas, y nosotros estamos comprometi­dos a liderarla.†

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico