Muebles sin desperdicio
PM Steele opera en Lerma, Estado de México, su planta más grande y eficiente en el país.
Fundada en 1950, PM Steele es una firma mexicana que diseña y fabrica muebles de oficina. La demanda que han tenido sus productos la llevó a crecer en los últimos años: además de la planta de Lerma, Estado de México, tiene otras dos factorías en esa entidad que en total suman 61,110 m2 de superficie. La de Tlalnepantla se especializa en líneas ejecutivas de chapa y mesas de juntas. La otra, en Ocoyoacac, produce sillería, gabinetes, lockers, sistemas de almacenamiento y archivo móvil.
El complejo de Lerma emplea a 278 personas y opera con dos áreas, una enfocada a la producción con acero y otra con productos derivados de la madera. En la fábrica se elaboran muebles modulares, de almacenamiento y sillería ligera.
Durante los últimos cinco años, el aumento de las ventas de PM Steele ha sido de un dígito, descontando los efectos de la inflación, dice Jaime Hirschfeld, director industrial de PM Steele.
Muebles verdes
La planta de PM Steele en Lerma se encuentra a 20 minutos del Aeropuerto Internacional de Toluca, en una superficie de 50,000 m2. La planta normalmente trabaja un solo turno, y evitar operar de noche “porque es donde las tarifas eléctricas son más caras”, comenta Lauro Mejía, responsable de la planta.
La planta funciona con maquinaria proveniente de Italia, Alemania, Japón y Estados Unidos. Hace poco, la empresa invirtió 52 millones de pesos en la adquisición de dos cortadoras de lámina láser y dos prensas.
Hirschfeld dice que está en planes la renovación del sistema de pintura y otras máquinas para mantener la edad de los equipos en un rango de 10 y 12 años. Si bien la maquinaria y algunos componentes, como rodajas, pistones y el mecanismo de sillería, provienen del extranjero, alrededor de 80% del total de la materia prima que utiliza, como acero, laminados plásticos, pintura, telas y madera, la adquiere de proveedores mexicanos.
Algunos de los productos que se fabrican en la planta de Lerma son escritorios, archiveros, gabinetes y sillería ligera.
Área de madera
En esta zona el proceso inicia con el suministro de los tableros. Su proveedor es Grupo Masisa, al que le compra tanto aglomerado como MDF (Medium Density Fiberboard). Los tableros son de un tamaño de 122 x 244 cm y de 152 x 244 con un espesor de 12, 16, 22 o 28 mm, de acuerdo con el diseño y la pieza que se vaya a trabajar.
Esos tableros pasan por una cortadora recta con control numérico, de donde se obtienen las piezas con las medidas requeridas. De ahí, estas pasan por la chapeadora de cantos para la colocación de las molduras. “En madera tenemos tecnología alemana, que son routers marca
PM Steele invierte alrededor de 52 millones de pesos en la adquisición de cortadoras y prensas, así como en la actualización de los equipos del sistema de pintura, a fin de que la antigüedad de su maquinaria permanezca entre 10 y 12 años.
CNC, tanto para cubiertas rectas como de figura”, indica Hirschfeld. El último paso, después de pasar por la moldura, es limpiar la cubierta, empacar y entregar al almacén.
Área de acero
Aquí producen gabinetes metálicos, lockers, archiveros y la estructura para montar los escritorios.
Diversos centros de servicio surten rollos de acero a la planta, los cuales pasan por una máquina cortadora. Le sigue el proceso de punzonado, donde se usan máquinas que cortan la lámina por medio de fibra óptica y un rayo láser, entre cuyas ventajas están que el corte queda sin las llamadas rebabas, por lo que reduce los desperdicios.
Aunque el proceso con láser disminuye las mermas, no toda la lámina se aprovecha. El acero restante del proceso se vende como chatarra.
Después del corte, el producto pasa al proceso de doblado, donde la máquina realiza cambios de herramientas de manera automática en un tiempo de 1.4 minutos —suele ser de 20 minutos—, lo que ha dado como resultado “la disminución de tiempos muertos”, señala Mejía.
Luego sigue el área de punteado, que es donde se empieza a armar el cuerpo del mueble. Se realiza en dos procesos: el primero es a través de un punto de soldadura que funde la lámina; el segundo es la soldadura con ayuda de robots.
Más tarde, el esqueleto del mueble se dirige al proceso de pintura. La pieza, que viene con grasa y polvo, se cuelga de una banda que la lleva a lo largo del proceso. Primero pasa por unas tinas donde la pieza se lava con fosfato para quitarle la grasa y preparar la lámina para que pueda adherirse la pintura. La pieza pasa al horno para su secado y cruza por la caseta de aplicación, donde, mediante cargas eléctricas, el polvo de la pintura se adhiere a la pieza para luego dirigirse al fijado, donde el producto se introduce a otro horno para derretir la pintura y fijarla en el mueble.
Por último, llega a las áreas de ensamble, donde se integran las diferente partes producidas y se arma el mueble, se colocan las gavetas, cerraduras, correderas, se le hacen pruebas, se ajustan, se empaca y se va al almacén de producto terminado.
Tras el proceso de ensamblado, los muebles de madera y acero salen hacia el almacén, que surte a más de 24 puntos de venta en la República Mexicana.