ABARATAR LA TECNOLOGÍA, EL RETO
LA INDUSTRIA BUSCA TECNOLOGÍAS QUE, SIN ENCARECER LOS PRODUCTOS NI LOS PROCESOS, SEAN LA SOLUCIÓN SUSTENTABLE PARA EL FUTURO.
Hay dos palabras claves que están cambiando nuestros sistemas de operación, tanto en la manufactura como en el modelo de negocios: innovación y productividad. Todos adoramos nuestra tecnología; nos gustan los cuentos de ciencia ficción de personas que visitan otros universos porque eso echa a volar nuestra imaginación. Pero la verdad es que necesitamos innovar a un precio accesible para ser productivos.
Una de las innovaciones que trae este valor de productividad y se encuentra actualmente en uso es la impresión 3D. La aplicamos en nuestros programas de aviones comerciales y militares, y estamos investigando la posibilidad de usar esta tecnología en los satélites. Producir el componente que necesitas en el momento adecuado trae muchos beneficios.
En cambio, una tecnología que ha sido demasiado cara es la supersónica e hipersónica. Volar a velocidad muy rápida para cruzar el planeta, o, por ejemplo, ir de Nueva York a Los Ángeles en una hora sí es posible, pero el precio todavía es demasiado alto. Hace tres o cuatro décadas tuvimos el Concorde, que cruzaba el Atlántico en tres horas, pero nadie quería pagar 8,000 dólares por boleto.
Por otro lado, nos enfrentamos a un panorama en el que los aviones comerciales deben limitar el aumento de sus gases de dióxido de carbono para 2020 y cortar las emisiones a la mitad para 2050. Son metas muy ambiciosas, y para conseguirlas hay que usar combustibles alternativos. Por eso, en marzo de 2016 lanzamos un proyecto, junto con Pemex, Conacyt y Aeroméxico, para generar una industria de biocombustibles para la aviación. En México existen varias de las materias primas que se pueden utilizar, y en los últimos meses nos hemos dedicado a identificarlas. El siguiente paso será tener una planta piloto para ver exactamente qué resultados podemos tener y qué eficiencias alcanzamos. Esta industria no solo traería beneficios para el medio ambiente y para la aviación, también crearía oportunidades para el desarrollo económico en el campo.
Otros desafíos que enfrentamos en nuestro sector son la escasez de talento y la falta de integración. México produce ingenieros excelentes, pero se necesitan más técnicos que estén en las plantas entendiendo los procesos técnicos de manufactura. Por otro lado, hay que formar escala para las pequeñas empresas, dándoles alguna orientación sobre cómo entrar en la industria. Muchas podrían unirse para alcanzar una escala de poder de compra de materia prima, que les ayudaría a bajar sus costos.