Realidad aumentada, el nuevo socio industrial
Las industrias aeroespacial y automotriz llevan ventaja en el uso de las nuevas tecnologías.
En un mundo de dispositivos cada vez más pequeños, se olvida la cantidad de información necesaria para ensamblarlos y el escaso margen de maniobra al colocar sus partes. Un iWatch está armado con 16 piezas, pero 11 son procesadores electrónicos, según la consultora IHS, por lo que un error de diseño de pocas micras puede desencadenar todo tipo de problemas.
El uso de robots puede ayudar en algunos casos, pero en otros las manos humanas seguirán siendo responsables del diseño, manufactura y supervisión de los productos. La realidad aumentada (RA), la superposición de una capa de imágenes y datos encima de la imagen percibida con los ojos puede ser de enorme ayuda de acuerdo con Mark Sage, director en la Augmented Reality for Enterprise Alliance (AREA), “los humanos necesitamos ayudas visuales para identificar piezas o entender el procedimiento de armado, sin embargo, mucha de esta información está en planos o manuales, lo que implica pérdidas de tiempo y potenciales errores”.
La realidad aumentada no es precisamente nueva, pero hace unos años comenzó a ser accesible.
La realidad aumentada no es precisamente nueva, pero hace unos años comenzó a ser accesible, según Javier Flavio Figueras, académico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y experto en realidad aumentada, “desde la Segunda Guerra Mundial se hicieron experimentos proyectando en los cristales de las cabinas de aviones militares información con un principio llamado head-up display (HUD)”.
La rápida evolución y popularización de los teléfonos inteligentes desde la década pasada habilitó su empleo como visualizador de RA y como unidad de procesamiento de datos, “todos pensamos en RA como gafas o cascos cuando al momento de consultar un mapa con el celular estamos aplicando la realidad aumentada”, dice Mark Sage. A esto se suma la aparición de dispositivos como Google Glass en 2013 y el Microsoft HoloLens en 2016, “por primera vez, empresas de tecnología de consumo masivo crearon dispositivos de realidad aumentada disponibles para el público”, agrega Sage.
Algunas empresas ya han comenzado a desplegar soluciones de RA en sus plantas o a crear soluciones para mejorar su adopción en la industria, pero aún tienen un camino que recorrer, “esta tecnología se adoptará en la industria a medida que barreras como el costo disminuyan, ya que ahora las soluciones profesionales más económicas rondan en promedio los 25,000 euros”, señala Sage.