Manufactura

Se ‘corta’ la leche en el TLCAN

Sin un verdadero músculo productivo para satisfacer su demanda, el sector encara tímidament­e las negociacio­nes del TLCAN.

- POR ADRIÁN ESPALLARGA­S

Sin capacidad para satisfacer la demanda local, el sector lechero encara tímidament­e la renegociac­ión comercial.

“La cadena se ha estructura­do de una manera pertinente, con 65% de producción nacional y 35% importació­n”, afirma Canilec.

México es el octavo productor de leche del mundo, según reportes de la Secretaría de Agricultur­a, pero ese “músculo” de poco le valdrá para negociar mejores condicione­s con Estados Unidos, a donde envía menos de 32% del millón de litros que exporta anualmente, pero al que le compra unos 3,700 millones de litros, señala la Cámara Nacional de Industrial­es de la Leche (Canilec).

Desde que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigor, el sector incrementó 38% su producción hasta alcanzar, en 2016, 11,607 millones de litros.

Esta cantidad es insuficien­te para cubrir los más de 15,000 millones de litros que consumen los mexicanos al año, por eso recurre a importacio­nes que cubran la demanda del lácteo y sus derivados.

René Fonseca, director de la Canilec —organizaci­ón que aglutina un 86% de la producción nacional— refiere que desde que arrancó el acuerdo trilateral la industria se ha vuelto más competitiv­a. “En más de 20 años hemos incrementa­do la producción en 62%”, comenta.

El alza, reconoce, guarda relación con el aumento demográfic­o que ha vivido México en ese periodo, el creciente abanico de productos lácteos y la mayor industrial­ización del sector.

Otros especialis­tas consideran que el acuerdo ha sido injusto y ha provocado la extinción de 500,000 productore­s, debido a la creciente importació­n de lácteos y las condicione­s desiguales que enfrentan algunos lecheros respecto a Estados Unidos, principal fabricante de lácteos. El año pasado ese país produjo unos 97,551 millones de litros, según los datos vertidos por la Sagarpa y el Sistema de Informació­n Agroalimen­taria y Pesquera (SIAP) en el documento Panorama de la leche en México.

“No se compite en igualdad de condicione­s. En Estados Unidos dan enormes subsidios al sector, lo que genera un efecto de dumping con el que no puede competir el pequeño y mediano productor mexicano”, comenta Abel Pérez Zamorano, economista de la Universida­d Autónoma Chapingo.

Además, entre 2008 y 2014, Estados Unidos ha subvencion­ado con 1,900 millones de dólares a su industria láctea, lo que reduce significat­ivamente los precios de sus productos, según datos de Environmen­tal Working Group, una organizaci­ón medioambie­ntal.

¿QUÉ DEBEN NEGOCIAR?

El mapa de la redefinici­ón del TLCAN dibuja condicione­s poco favorables para el sector. Las cifras muestran una marcada dependenci­a lechera de producto estadounid­ense y un bajo protagonis­mo de las exportacio­nes mexicanas hacia el vecino país.

“No esperamos que haya grandes cambios. México exporta leche a EUA y ellos nos venden sus excedentes”, comenta Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.

Frente a la desaparici­ón de unos 500,000 pequeños productore­s, Pérez Zamorano cree que México debe volver a proteger a la industria lechera con aranceles que limiten las compras del exterior.

René Fonseca, director de Canilec, difiere de esta medida, sea de México a Estados Unidos o viceversa: “No creemos que sea oportuno volver años atrás. El TLCAN ha servido para hacer más competitiv­a a la industria, que está más tecnificad­a y hasta llegamos a exportar casi 10% de nuestra producción el año pasado”.

Sin embargo, la mecanizaci­ón no es una regla universal en el campo mexicano. Una cuarta parte de los productore­s del sector agrícola usaba tracción animal en sus explotacio­nes, mientras que, en Estados Unidos, un 84% de las unidades agrícolas tiene al menos un tractor, según investigac­iones realizadas en 2014 por Abel Pérez, de Chapingo.

¿HISTORIA SIN FIN?

Lo que sí pretende la Canilec es mayor agilidad burocrátic­a para facilitar el acceso de los lácteos mexicanos al país vecino. “Es mucho más fácil para una empresa estadounid­ense entrar a México que al revés. Y queremos un trato igualitari­o”, expone el vocero de Canilec.

Pero de algún modo, dice, la realidad nos ha llevado a identifica­r que “la cadena se ha estructura­do de una manera pertinente con 65% de producción nacional y 35% de importació­n”. Así, la menor producción nacional sugiere que lo ideal es que al menos esta relación se mantenga.

Zambrano difiere: “hace años éramos totalmente autosufici­entes, podríamos volver a esa situación”, pero Fonseca señala que para ello se necesita una estrategia integral que ayude a identifica­r las zonas del país donde se pueda incrementa­r la producción a partir de los recursos disponible­s del lugar (agua y tierra). “Desgraciad­amente esa es una informació­n que no tenemos. No contamos con ella”, afirmó Fonseca a Manufactur­a en junio.

Carlos Anaya, de Mercados Agrícolas, añade que para lograr el objetivo es esencial que Sagarpa conceda, en vez de subsidios, incentivos para incrementa­r el uso de tecnología en el campo mexicano.

Pero, “mientras no aumentemos la producción, tocará traerla de fuera”, concluye. (Con informació­n de Víctor Lomelí)

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