Manufactura

EL AUTO CON ADN DE AVIÓN

Después de Mastretta, VUHL intenta probar suerte en el segmento de autos deportivos.

- Por Ivet Rodríguez

VUHL prueba suerte en deportivos.

Fue casi inevitable que los hermanos Echeverría se dedicaran al diseño y la fabricació­n de coches de pista. Ambos crecieron en este ambiente, pues cada semana acompañaba­n a su padre, el piloto Guillermo Echeverría, al Autódromo Hermanos Rodríguez.

En 2010, Guillermo e Iker entraron a este negocio con su marca VUHL, con la que fabrican 25 coches al año en una planta en Querétaro. Modelos de 109,900 dólares (casi 2 millones de pesos), que gracias a su estructura ultraliger­a, similar a la de los aviones, pasan de los 0 a los 100 km/h en 3.2 segundos. Cada VUHL pesa entre 500 y 800 kilos, menos que un Smart.

Ubicar la planta en Querétaro fue estratégic­o para tener acceso al clúster de proveedurí­a aeroespaci­al instalado en la entidad y a ingenieros aeroespaci­ales y mecatrónic­os. A solo dos años de su lanzamient­o, el auto mexicano ya se vende en cinco países.

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Los autos deportivos ultraliger­os son un nicho que, a escala global, genera ventas por unos 500 millones de dólares. Dos mexicanos ahora quieren una rebanada de este pastel.
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 ??  ?? El desarrollo del vehículo duró 38 meses. El prototipo estuvo listo en 2013 y, un año después, inició la producción.
El desarrollo del vehículo duró 38 meses. El prototipo estuvo listo en 2013 y, un año después, inició la producción.
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