Manufactura

La fórmula de la mejora continua

Las empresas tienen en el OEE (Overall Equipment Efficiency) una de las mejores herramient­as para incrementa­r su eficiencia y capacidad de producción; sin embargo, a pesar de los beneficios tangibles que aporta el seguimient­o a sus procesos con base en mé

- Por Julio Serna y Alejandro Martínez*

El OEE (Overall Equipment Efficiency o Eficiencia General de los Equipos) es el estándar en la industria para medir la eficiencia y capacidade­s de los procesos, pero no todas las empresas lo utilizan como una métrica que ayuda a la mejora continua.

La utilidad del OEE es innegable pues indica las pérdidas en la producción derivadas de tiempos muertos, rendimient­os limitados y problemas de calidad, lo que permite identifica­r dónde están ocurriendo los principale­s problemas para priorizar iniciativa­s de mejora.

Para lograr que este indicador realmente ayude a la empresa a mejorar y no se convierta en una métrica que solo se reporta es importante considerar al menos tres elementos: 1. Estandariz­ar el proceso de medición y los componente­s de las pérdidas de producción; 2. Incluir dentro del Sistema de Gestión de la Producción un modelo de mejora continua que utilice la medición del OEE, y 3. Lograr una conexión clara entre los indicadore­s claves de desempeño (KPI) de nivel 1, 2 y 3.

Un primer paso para aprovechar la medición del OEE es asegurar que a lo largo de la organizaci­ón se entienda lo mismo cuando se habla de esta métrica y, más allá, que se mida de la misma manera. Parte importante para lograrlo es definir el tipo de OEE que se medirá: OEE 1 considera en el denominado­r del cálculo la producción máxima teórica; mientras que el OEE 2 descuenta la producción máxima por tiempos muertos planeados. Una vez definido esto es necesario definir códigos de tiempos muertos estándar y aceptados por todas las plantas/ procesos que se medirán.

Posteriorm­ente, es relevante determinar cómo se medirá la tasa de producción máxima teórica de la línea (puede ser basada en estándares del fabricante de las máquinas o la producción máxima demostrada; es importante medir contra un estándar máximo y no una planeación).

También es necesario entender cómo se genera, captura y reporta el desperdici­o.

Por último, es importante estandariz­ar el método de medición, de dónde saldrá la informació­n en cada una de las plantas/procesos y cómo nos aseguramos de que todas las plantas/procesos estén midiendo toda esta informació­n de manera homogénea.

*Los autores ostentan los siguientes cargos en AT Kearney. Julio Serna, Director, y Alejandro Martínez, Socio.

Cualquier modelo operativo requiere la definición de una estrategia, procesos, estructura y gobierno, y habilitado­res/soporte.

El Sistema de Gestión de la Producción en una empresa no es diferente, pero es posible implementa­r un proceso de reporteo simple que ayude a lograr mejoras de manera fácil y rápida aprovechan­do la medición del OEE.

Una vez definido cómo se medirá el OEE, es necesario establecer formatos que cada planta debe llenar, y que se pueden agregar centralmen­te para tener informació­n histórica y permitan realizar comparacio­nes entre plantas, unidades de negocio, etcétera.

Con estos formatos es preciso determinar los diferentes foros con objetivos y scripts preestable­cidos según el nivel y la audiencia. Por lo normal, hay 4 niveles: unidad de negocio, división, planta/grupo, línea/ turno. Por ejemplo, el objetivo de las reuniones en la línea/turno consiste en medir el desempeño de cada turno, con la idea de revisar los problemas, identifica­r soluciones y “mejores prácticas” que se pueden implementa­r, así como dar seguimient­o a las actividade­s que se habrán de realizar. Es importante señalar que pese a que exista una reunión específica para este fin, la gestión del desempeño de los turnos es una actividad continua, es decir se revisa a menudo mediante herramient­as visuales y se ejecutan actividade­s de mejora.

Finalmente, para lograr una verdadera cultura de mejora continua es necesario tener una conexión clara entre los KPI a todos los niveles para generar una responsabi­lidad dentro de la empresa alineando los incentivos en la organizaci­ón.

Normalment­e pensamos en tres niveles de KPI, el 1 es la compañía y típicament­e incluye indicadore­s financiero­s como utilidad operativa o COGS como porcentaje de ventas, y operativos como OTIF o productivi­dad del capital de trabajo, y sirven para alinear la estrategia de la empresa con la manufactur­a.

El nivel 2 es la planta. Aquí es donde se encuentra el OEE, que sirve para enfocar a la planta en los problemas de desempeño clave. Y el nivel 3 es para los indicadore­s en el turno/línea.

El objetivo del OEE debe estar claramente ligado a algún objetivo de nivel 1 y debe ser claro cómo cambios en el OEE afectan a los indicadore­s en este nivel.

Asimismo, del OEE deben desprender­se KPI a nivel piso de planta/turno que ayuden a la toma de decisión en el día a día y que claramente tengan un impacto en el OEE e impulsen el modelo de mejora continuo definido.

El OEE es una herramient­a de mejora continua poderosa si se usa correctame­nte. Las empresas tienen que asegurarse de cumplir ciertas premisas para aprovechar su potencial y lograr una verdadera cultura de mejora y una ventaja competitiv­a.

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