LOS INVENTARIOS AHOGAN A LA INDUSTRIA
UN EXCEDENTE DE UN MILLÓN DE VEHÍCULOS EN ESTADOS UNIDOS PONE EN JAQUE AL SECTOR AUTOMOTRIZ MEXICANO, QUE SE LO COBRARÁ A SUS PROVEEDORES.
Las ventas de automóviles en Estados Unidos se desplomaron de nuevo en julio, en la séptima caída consecutiva del año. Es un indicativo de que el tiempo de crecimiento de ventas en el mercado estadounidense ha llegado a su fin. Como consecuencia, las empresas se acercan a una peligrosa acumulación de sus inventarios.
La consultora IHS pronostica que las ventas de vehículos en Estados Unidos para este año caerán a 17.2 millones, por debajo del récord de 2016, de 17.55 millones, pero muy superiores a las de 2009, cuando la crisis financiera y económica estaba en su apogeo.
Varios analistas opinan que los grandes inventarios de automóviles subcompactos y compactos pueden ser un problema que, en el peor de los casos, incluso, puede estancar la producción de las plantas en México, dedicadas a fabricar este tipo de vehículos.
Las armadoras por ahora han mantenido su rentabilidad gracias a las ventas de SUV y pickups, equipadas con lujosas características. Ford, por ejemplo, que en el primer semestre del año acumulaba un descenso de 20% en las ventas de sus modelos subcompactos y compactos, como el Fiesta y el Focus, vendió 8.8% más camionetas de la Serie F, muchas de ellas con opciones
premium. Por ello, en promedio obtuvo 2,500 dólares más por cada unidad, según datos de la empresa.
“Si vemos a la industria desde un punto de vista de inventarios, podríamos decir que por ahora no hay un negocio redondo. Un inventario sano para un mercado como Estados Unidos, de 17.5 millones de unidades, es de 3.5 millones de unidades. Pero la industria ya suma inventarios de 4.5 millones. Aunque las ventas
de pickups y SUV van bien, no alcanzan para compensar el desplome en las ventas de autos, derivadas de la caída en los precios del petróleo y de la gasolina”, dice Guido Vildozo, analista de la consultora estadounidense IHS.
CUANDO HAY OFERTA SIN DEMANDA
Tanto las armadoras como los concesionarios aprendieron a prestar mucha atención a la administración del inventario durante la crisis económica que estalló en 2008. Entonces era cuestión de vida o muerte. “Pero luego, cuando la economía se recuperó y las ventas de vehículos nuevos se dispararon, algunos olvidaron esa disciplina”, asegura Mike Jackson, director ejecutivo de Estrategia e Investigación de la Asociación de Proveedores de Equipo Original de Estados Unidos (OESA, por sus siglas en inglés).
Confiados en que tarde o temprano llegarían compradores a los concesionarios, los fabricantes aumentaron la producción, pese a que el ritmo de ventas no crecía del mismo modo, o incluso bajaba, como ocurrió este primer semestre.
“Este exceso de producto ha distorsionado la ley de oferta y demanda: el distribuidor pide un modelo y la armadora manda lo que tiene en inventario. Entonces el concesionario empieza a acumular en sus patios. Son pocas las organizaciones que ahora tienen una planeación de la demanda asertiva —mayor a 95%— con sus distribuidores”, explica Alberto Torrijos, socio líder del sector automotriz en Deloitte México.
Lo sano es que un vehículo tarde en venderse un promedio de 20 días. No obstante, ahora los automóviles permanecen en los concesionarios de Estados