TRANSGÉNICOS EN EL MUNDO
La agrobiotecnología gana hectáreas
La superficie total de cultivos con semillas genéticamente modificadas alrededor del mundo fue de 185.1 millones de hectáreas en 2016, un 3% superior respecto al año pasado, con un predominio en economías en desarrollo del hemisferio sur.
El total equivale a 20% del área cultivable de China (956 millones de hectáreas) o de Estados Unidos (937 millones) y más de siete veces la superficie de Reino Unido (24.4 millones), según el reporte de 2016 sobre el Estatus Global de la Comercialización de Cultivos Biotecnológicos y Genéticamente Modificados, elaborado por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agriobiotecnológicas (ISAAA).
El documento expone que la superficie acumulada ascendió a 2,100 millones de hectáreas en territorios de 26 países, pero solo siete son desarrollados. “Es probable que la tendencia a una mayor proporción de cultivos biotecnológicos en países en desarrollo continúe en el corto y mediano plazo”, expone.
Añade que cada vez más países del hemisferio sur adoptan este tipo de cultivos, como Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Sudáfrica. En México se sembraron 101,000 hectáreas, 40,000 menos que en 2015 debido al freno en la siembra de soya transgénica en regiones del sureste, y a una menor siembra de algodón por la caída en el precio internacional. México, dice el documento, tiene experiencia en biotecnología agrícola y cuenta con sistemas reguladores para evaluar los productos biotecnológicos; sin embargo, “hay propaganda negativa y prejuicios culturales” que impiden la adopción de esta tecnología.
El reporte plantea además que el uso de estas semillas permitiría contrarrestar el déficit en granos básicos. El país “depende cada vez más de grandes y costosas importaciones de maíz procedentes de Estados Unidos, y merece la pena explorar opciones que reduzcan esta situación”.
Los pleitos con instancias judiciales, cuestiones socioeconómicas y la múltiple revisión por parte de las autoridades, son los principales obstáculos para que los agricultores del planeta desarrollen cultivos biotecnológicos, señaló Gregory Jaffe, consultor del Programa de Sistemas de Bioseguridad (PBS), dependiente del Instituto Internacional de Investigaciones en Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) en un seminario sobre los retos para la comercialización de estas semillas, que se realizó a finales de julio en Filipinas.
A escala global, los sembradíos tecnológicamente modificados se concentran en 12 países del continente americano (46%), 8 de Asia (31%) y el resto en Europa y África, con un predominio de cultivos de soya, maíz y algodón genéticamente modificado.