El potencial 3D
En cuatro años, esta industria tendrá un valor de mercado global superior a los 10,000 mdd.
Para Cuprum, el principal fabricante de escaleras en México y el segundo más grande en el mundo, la impresión 3D le ha ayudado a abrir nuevas líneas de negocio, como la incorporación de taburetes en su portafolio. Desde hace nueve años trabaja con esta tecnología, y aunque en su industria está a la vanguardia en términos internacionales, su propio gerente de Ingeniería y Nuevos Productos, Carlos Rodríguez, reconoce que en México y otros países de América Latina su adopción es más lenta.
La impresión 3D tiene 30 años de desarrollo, sin embargo, en América Latina sus aplicaciones son incipientes y hoy se perfilan como un salto hacia el futuro, sobre todo en la manufactura mexicana.
“Me ahorra costos y tiempo, definitivamente, pero lo que más permite es reducir el time
to market. El tiempo en que desarrollamos un nuevo producto, desde que lo proponemos al área comercial hasta que está listo, se redujo bastante con esta tecnología”, explica Rodríguez.
Cuprum se apoya en la tecnología de impresión 3D para la creación de prototipos. Un equipo de nueve integrantes, entre diseñadores y personal de mantenimiento, emplea diario la impresora especializada para crear diseños novedosos y más complejos, además demoldes para efectuar pruebas.
A la manufactura aditiva se le ha encasillado en los prototipos, que hasta ahora siguen siendo su fuerte. No obstante, la popularización de los equipos, así como los nuevos materiales y técnicas, han abierto una nueva gama de posibilidades que vuelven más eficientes los procesos y disminuyen los tiempos. Según el
Wohlers Report 2017, de la consultora bajo el mismo nombre, la industria de impresión 3D tiene un valor de 6,030 millones de dólares. En términos anuales, de 2015 a 2016 registró un crecimiento global de 17.4%, y para 2021 se estima que rebase los 10,000 millones de dólares.
El informe anual, calificado por sus creadores como “la biblia de la impresión 3D” —desde hace 22 años se realiza de forma consecutiva—, detalla que 97 fabricantes producen y venden sistemas de manufactura aditiva, 35 más que un año antes y casi el doble de los que lo hacían en 2014. El estudio recoge la opinión de 100 proveedores de servicio, 61 fabricantes de sistemas y 19 productores de materiales de terceros. Además, documenta la investigación y el desarrollo gubernamental, lo mismo que la actividad de 113 académicos y 11 institutos de todo el mundo.
Si bien en la última década la impresión 3D ha crecido en el ámbito internacional, en América Latina su adopción es más lenta. “Estamos 5 o 10 años atrás que Estados Unidos o Europa”, comenta Carlos Ramírez, el gerente regional de Stratasys México, compañía con casi tres décadas de experiencia en el tema. Esta empresa crea aplicaciones que van desde la industria aeroespacial hasta el sector salud.
Ramírez, explica que la razón principal de este atraso es que “el latinoamericano por default es un
later adopter. Siempre queremos ver qué ya está probado. No es que no existan en el mercado empresas que sí experimentan, pero masivamente nos gusta utilizar las cosas ya probadas”.