GIGANTE DE LA IMPRESIÓN 3D
Manufactura aditiva para la industria.
SANTA CLARA, CALIFORNIA.- Es una fábrica extraña. Los espacios con aire acondicionado parecen un laboratorio farmacéutico, pero las máquinas no mezclan medicamentos, sino que manufacturan partes automotrices y aeroespaciales, material electrónico e instrumentos para cirugía. Los equipos, de diferentes marcas y tamaños, emiten zumbidos discretos a medida que dispersan polímeros y metales en polvo, y no se ven los desechos y el
scrap típicos de otras instalaciones. Los operadores son ingenieros y diseñadores, y todo lo administran a través de pantallas y monitores. No hay ni grasa ni aceites como en toda planta industrial.
Así es como trabaja la planta y laboratorio Blue Sky Center de Jabil, en San José, California. La firma, dedicada a la maquila de partes y tecnologías, puso en operación ese edificio en el corazón de Silicon Valley, donde se gesta una parte de la revolución industrial 4.0, y lo que se ve son grupos de impresoras 3D y equipo digital de manufactura aditiva. Es una producción limpia y silenciosa, diferente a la de las fábricas donde se funden y forjan metales, se hace inyección de plástico o se ensamblan componentes.
Un área especial está reservada a las grandes impresoras Multi Jet
Fusion de HP, que pueden producir piezas complejas y de alta resistencia, con capas ultrafinas de 80 micras, y utilizando una variedad de materiales y acabados. Carlos Cortés, presidente y director general de HP México, apunta que, en 2018, espera una novedad: “Con nuestra capacidad para imprimir en 3D tanto en plásticos como en metales, iremos más allá de la creación de prototipos y nos centraremos en la producción en masa y la fabricación digital”.
Las fábricas digitales
John Dulchinos, vicepresidente de Manufactura Digital de Jabil y uno de los pioneros en la manufactura aditiva, dice que los negocios digitales de la empresa crecen a mayor velocidad que las maquilas convencionales. “Los clientes suelen comenzar contratando nuestra manufactura aditiva para crear prototipos o pequeñas piezas de concepto, y conforme se familiarizan y mejoran la eficiencia y los costos, aumentan el tamaño y cantidad de los pedidos”.
Señala que el despliegue de la manufactura digital comienza al estabilizar el diseño y optimizar las formas y materiales, continúa con las validaciones y certificaciones del cliente, y concluye con la producción en serie. Cada proyecto se resuelve de manera individual, porque mientras para un cliente la prioridad son los acabados externos, otros buscan la mejora en el diseño o una ventaja en costos contra técnicas alternativas, como inyección de plástico, termoformado o maquinado con equipo de control numérico.
Añade que se trata de un sutil equilibrio: en un lote de 200 piezas el precio unitario puede ser el doble que con la técnica convencional, pero la inversión en equipo digital es mucho menor y las partes se pueden fabricar y despachar en uno o dos días, cuando en otros casos tomaría 12 o 14 semanas (y más si se fabrican en China).
Además, la manufactura aditiva no busca copiar los mismos productos, sino que, por su propia naturaleza, permite un rediseño para reducir el peso, hacerlos huecos o de una sola pieza, y eliminar las restricciones de ángulos de salida, costuras o rebabas. En este campo no se usan moldes, sino archivos informáticos con instrucciones. “Vamos rumbo a la manufactura digital distribuida (DDM, por Digital Distributed Manufacturing) —agrega—, donde el rediseño es parte del secreto”.
Una alianza entre gigantes
Jabil, como otros proveedores de componentes originales (OEM, por sus siglas en inglés), forma parte de un ecosistema que promete acelerar la transformación de las empresas. Un ejemplo es la alianza que hicieron HP y Deloitte: la primera diseña y fabrica impresoras 3D capaces de producir grandes lotes, y la consultora tiene clientes ansiosos por encontrar nuevos caminos en el mundo de la manufactura y el internet de las cosas (IoT). Buscan innovar en el diseño de los componentes, reducir costos de fabricación, minimizar los inventarios y cargas financieras, y llegar más rápido al mercado.
“La revolución industrial 4.0 ya está aquí —dijo Dion Weisler, presidente y CEO de HP, en conferencia de prensa a la que
Manufactura tuvo acceso—. Ningún sector de la economía estadounidense está sufriendo una transformación más radical que la manufactura, que tiene un valor de mercado de 12 millones de billones (trillions) de dólares. Y las empresas que invierten en su reinvención digital están superando a las que buscan soluciones convencionales”.
En la mira del cambio
Por el momento, HP y Deloitte se concentrarán en el mercado de Estados Unidos, pero México debe estar atento. Bruno Juanes, líder del área de Cadena de Suministro y Operaciones de Manufactura en Deloitte México, advierte que los industriales nacionales tienen que subir al tren de la innovación. Por ello, Deloitte también tiene alianzas con otros proveedores como 3D Systems, lo que le permite ofrecer soluciones flexibles y a la medida.
En realidad, la impresión 3D y la manufactura aditiva involucran, al menos, media docena de tecnologías diferentes: la
Ningún sector de la economía estadounidense está sufriendo una transformación más radical que la manufactura, que tiene un valor de mercado de 12 millones de billones (trillions) de dólares. Y las empresas que invierten en su reinvención digital están superando a las que buscan soluciones convencionales.