El peso de la fabricación de vehículos
La producción de autos y camiones genera 60% del valor de todo el sector de equipo de transporte en México.
A bril de 2010. La explosión de un volcán en Islandia generó una nube de humo que colapsó el tráfico aéreo en gran parte del norte de Europa. Reino Unido, Alemania, Noruega, Dinamarca y Bélgica cerraron su espacio aéreo. Cientos de pasajeros y toneladas de carga quedaron atrapados en los aeropuertos. Casi un año después, en marzo de 2011, un tsunami impactó las costas de Japón afectando a casi todos los sectores industriales, incluidos el automotriz y el electrónico. Ambos sucesos tuvieron repercusiones globales y tras su paso cambió la manera de ver la cadena de suministro. Entonces el discuro se centró en cómo evitar interrupciones.
DHL, por ejemplo, diseñó una plataforma que permite a las empresas visualizar este tipo de contingencias prácticamente en tiempo real.
Katrin Zeller, responsable de compromiso con el cliente del Centro de Innovación de DHL en Bonn, Alemania, explica que un equipo de investigadores encontró la forma de utilizar el big data —que analiza enormes cantidades de datos provenientes de diversas fuentes— para detectar los acontecimientos que ponen en riesgo las cadenas de suministro, desde huelgas, bloqueos carreteros y paros en aeropuertos hasta terremotos, huracanes y erupciones volcánicas.
Si bien la exposición al riesgo varía de acuerdo con cada sector, la proporción de las cadenas de suministro que pueden presentar incidencias repentinas se ha incrementado a medida que la producción se ha globalizado. Según un estudio de BSI, compañía inglesa de servicios de certificación, capacitación y
software para administración del riesgo, actualmente los sectores más vulnerables son los de confección, automotriz y aeroespacial, principalmente porque tienen una alta proporción de manufactura y abastecimiento de materias primas en regiones política o geográficamente inestables.
El sector automotriz, por ejemplo, sufrió desabasto de componentes tras el tsunami que azotó a Japón en 2011. Nissan Mexicana realizó paros técnicos en sus plantas de Cuernavaca y Aguascalientes para administrar su inventario de partes críticas. Según reveló entonces Christopher Kenton Styles,