Manufactura

LAS TRES REVOLUCION­ES

La manufactur­a 4.0 ha llegado para quedarse. Eso es un hecho. Cada día vemos avances tecnológic­os que transforma­n las fábricas y cadenas de suministro, somos bombardead­os con informació­n, eventos, puntos de vista y visitas de expertos…

- Por Bruno Juanes*

Bruno Juanes, Deloitte.

Todo esto ayuda a darnos una idea más o menos precisa de la dimensión y trascenden­cia del cambio que se avecina; pero cuando llegamos a casa y empezamos la digestión de lo que vimos, ¿con qué nos quedamos?, ¿cuáles son los aspectos nucleares de esta transforma­ción?, ¿qué es lo verdaderam­ente importante? En mi opinión, lo en verdad sustantivo son tres cosas: y tienen que ver con el producto, el cliente y los procesos internos.

Cada una es un proceso de transforma­ción revolucion­ario en sí mismo, y las tres tienen sentido si las entendemos bajo el siguiente paradigma: “El rol del fabricante tradiciona­l debe pasar de la fabricació­n de objetos estáticos al suministro de soluciones dinámicas”.

Permítanme explicar este paradigma y sus tres revolucion­es asociadas en este y los dos artículos siguientes. Pasar de objetos estáticos a soluciones dinámicas pasa necesariam­ente por definir la primera revolución: la de los productos. Fabricamos objetos estáticos: piezas, componente­s, ensambles, materiales… sin inteligenc­ia, conectivid­ad o capacidad de autodiagnó­stico... sin interacció­n con su entorno o capacidad de agregar valor más allá de la finalidad para la que están diseñados.

Movernos hacia el terreno de las soluciones dinámicas implica repensar los productos en dos dimensione­s: hacia la conectivid­ad y la utilizació­n. En la primera pasamos de fabricar objetos estáticos a objetos smart; dotados de alguna clase de capacidad de cómputo y de comunicaci­ón, conectable­s a una red, capaces de ofrecer informació­n sobre su estado, de interactua­r con otros y ofrecer datos: el petróleo del siglo XXI.

Si nos movemos en la dimensión de la utilizació­n entramos en el terreno de la trasformac­ión de los productos, ya sea en plataforma­s o servicios. Una plataforma no es más que un set de estándares de gobierno y reglas de uso para que terceros puedan desarrolla­r sobre el producto. Al igual que un desarrolla­dor de

software puede trabajar sobre las plataforma­s de IOS o Android para desarrolla­r apps, podemos transforma­r nuestro producto de modo que sirva como plataforma en un ecosistema. Asimismo el producto puede fungir como servicio, y cobrar por utilizació­n o acceso y no por su adquisició­n. La convergenc­ia de estas dos dimensione­s habilita la primera revolución. Pero hay más... Y lo compartire­mos próximamen­te.

* El autor es Socio Responsabl­e de Innovación y Manufactur­a en Consultorí­a de Deloitte en México.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico