DE LA FÁBRICA A LA COCINA
Visita a planta de Almexa y Vasconia.
de la nada a ser la potencia número 15 del mundo, creciendo a dos dígitos por año, con 60,000 empleados en 19 estados, y transitando de un modo de manufactura a uno de investigación y desarrollo, diseño e ingeniería.
Aprovechando esta experiencia ya impulsamos un consorcio que se llama MxSpace —donde hay empresas como Yesod Tecnologies, Ketertech y ThumbSat—, con el que hemos empezado a promover el desarrollo de actividades espaciales.
P. ¿Qué tipo de actividades?
R. El espacio es absolutamente indispensable en el plan de desarrollo tecnológico industrial de todos los países, aprovechando la capacidad de los satélites de comunicaciones y del GPS.
Este consorcio está desarrollando ya esas capacidades, como las redes de satélites que van a ‘interoperar’ con la infraestructura de un país... es parte del i nternet de las cosas.
Actualmente hay billones de objetos conectados, muchos de ellos son terminales en teléfonos, computadoras o tabletas, pero cada vez más se trata de objetos que no están operados por un ser humano, como automóviles que se manejan solos, plantas industriales, equipo médico y todo lo que tiene que ver con las ciudades inteligentes. Entonces, el espacio va tener que ‘interfacearse’, que conectarse con todos estos objetos, y para ello se va a requerir una cantidad importante de satélites miniatura, que provean la conectividad de todos estos objetos que la sociedad va a emplear cada vez más, como robots, sistemas autónomos marinos, aeronáuticos, etcétera.
Ya estamos cerca de lanzar algunos de esos nanosatélites (en 2019 desde la Estación Espacial Internacional), en conjunto con los convenios de colaboración que tenemos con NASA y otras universidades, especialmente con la de Puebla.
Esto no solo dará lugar a la creación de empresas, sino que atraerá inversiones foráneas de otras compañías de satélites e incluso de las firmas aeronáuticas ya instaladas en México.
P. ¿Afecta de alguna manera la tensión actual entre México y Estados Unidos? R. Nuestras relaciones con la NASA no solo están bien, sino que están mejor que nunca. Tenemos varios convenios de colaboración con ellos, como el que mencioné para lanzar estos pequeños satélites.
También enviamos a Estados Unidos a profesionales mexicanos para entrenarse en la NASA por un periodo de 16 semanas en proyectos realmente importantes, que van desde telecomunicaciones hasta el hábitat que van a experimentar los astronautas en Marte.
Muy pronto, una parte importante del entrenamiento de la nueva generación de astronautas de la NASA para la próxima misión tripulada a Marte va a hacerse en México, en el desierto de Sonora.
Además, tenemos acuerdos de colaboración con otras 20 agencias espaciales internacionales, en Europa, en Asia, en América del Sur.
Con la agencia espacial de China, por ejemplo, ya tenemos un convenio, inicialmente para ciencia y tecnología.
P. ¿A dónde puede llegar México en materia espacial?
R. Esperamos lograr un retorno en inversión y un desarrollo del sector espacial, que es una prolongación del sector aeronáutico y con el que queremos alcanzar el mismo éxito.
Para conseguirlo ya tenemos los pilares de la aeronáutica, como la manufactura, los materiales y el hardware.
La idea es convertir a México en una potencia espacial con nichos de oportunidad dentro de esta industria. En ningún país dominan todos los temas.
México, por ejemplo, en el sector aeronáutico se especializó en cosas muy claras, como turbinas, trenes de aterrizaje y materiales. Ahora también es clave que nos especialicemos, y ya lo estamos haciendo en plataformas de satélites pequeños o en la interoperabilidad en órbita, con interconexión de satélites.