Emprendedor revolucionario
Esta start-up desea convertirse en el SAP de la industria 4.0.
Octavio Jiménez sintió fascinación por el mundo digital desde la secundaria, pero hasta la universidad pudo recrearlo. En 2015, el estudiante de Ingeniería en Animación Digital por la Universidad Panamericana desarrolló, junto con su compañero Miguel Novao, un
software que, mediante tecnología tridimensional, desplegaba información de las piezas exhibidas en museos. Intentaron venderlo, pero no tuvieron éxito.
Un año más tarde aplicaron a NUMA, una aceleradora de negocios que les otorgó 120,000 euros en especie para una solución de realidad virtual dirigida a la industria del entretenimiento. En el camino sumaron a sus compañeros David Jiménez, quien tomó las riendas de la tecnología y Carlos Sánchez, en Finanzas. Juntos dieron un giro hacia el sector industrial, donde vieron más oportunidad de negocio. En enero de 2017 fundaron Arvolution, una start-up que ayuda a empresas de bienes de consumo a incorporar la realidad virtual, la aumentada y el internet de las cosas (IoT) a sus procesos productivos para optimizarlos de 10 a 15 por ciento.
Para ello, desarrollaron un software que recaba información de productos, procesos e inventarios en la planta con apoyo de dispositivos móviles o lentes inteligentes y la despliega en un tablero. Esta labor se hace de forma manual en muchas empresas, lo que conlleva el error humano. La digitalización, en cambio, acelera la toma de decisiones y reduce en 10% las pérdidas, asegura Octavio Jiménez, CEO de Arvolution.
“Imagínate al dueño de una planta sentado frente a su escritorio. De pronto recibe en su computadora una alerta de que hace falta un producto en su almacén. Toma sus lentes inteligentes —o su tableta— la interfaz le va indicando el camino hasta el anaquel, corrobora el faltante y desde el mismo dispositivo ordena el pedido”, ejemplifica.
De acuerdo con Jiménez, la tecnología de Arvolution ayuda a reducir en 30% el tiempo de reparación de las máquinas. La han instalado en empresas de bienes de consumo como Nestlé y Coca Cola, entre
otras, a través de pruebas piloto y servicio de outsourcing.
El directivo de 23 años confía en que los ingresos de la compañía aumentarán a 20 millones de pesos. En 2017 fueron 3.2 millones. Para lograrlo, también crearon una solución escalable para pequeñas y medianas empresas (pymes) manufactureras, que ofrecen bajo un esquema de renta mensual —aún en ajuste— de 50,000 pesos.
Este nuevo software está compuesto por módulos. El primero que ofrecen es de digitalización de inventarios, donde se origina la mayor cantidad de pérdidas por falta de control. Le seguirán los de calidad, cobranza o facturación.
Soluciones de este tipo pueden ayudar a que las más de 4 millones de pymes que hay en México se digitalicen, afirma Rodrigo Castañeda Miranda, vicepresidente nacional de Innovación de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra). “Debemos impulsar este tipo de start-ups para que la tecnología no solo provenga del extranjero, sino de empresas nacionales”.
Además, la estrategia de abordar el mercado de las pymes para demostrar los beneficios de su tecnología, es una vía adecuada para llegar a más empresas grandes, considera Ulrick Noel, gerente senior de Innovación Digital en Deloitte, quien recomienda acercarse a los programas de aceleración de start-ups de estos corporativos para que prueben más rápido su solución.
Jiménez reconoce los retos que aún tienen por delante, como el miedo a la innovación entre el segmento pyme, las inversiones que realicen en tecnología y el uso generalizado de los ERP que, señala, no están pensados para la manufactura. Sin embargo, tiene claro su objetivo a largo plazo: convertir a Arvolution en el SAP de la industria 4.0.