MANUFACTURA ADITIVA
El desafío de desarrollar el capital humano que se requiere para detonar las aplicaciones de las nuevas tecnologías.
LA MANUFACTURA ADITIVA (MA) es el conjunto de tecnologías orientadas a la construcción de piezas, componentes o sistemas, mediante la deposición de material de manera selectiva, que típicamente ocurre capa por capa, de manera automatizada y a partir de un archivo digital.
Estas tecnologías ven la luz comercial a través de máquinas que, en muchos casos, se denominan también tecnologías de prototipado rápido o impresoras 3D. Cabe precisar que, en la mayoría de los casos, se usa este término de forma imprecisa, pues se reserva generalmente para aquellas máquinas de bajo desempeño y costo.
Los principales argumentos de la MA radican en el amplio potencial de atender geometrías tan complicadas que las construcciones no requieren herramentales personalizados, además de que está la posibilidad de fabricar bajo demanda, entre muchos otros factores. Estos argumentos requieren consideraciones particulares, como el conocimiento de las capacidades y limitantes de cada combinación de tecnología, sus parámetros de operación y materiales, la capacidad de modelado y simulación de esta combinación de consideraciones, la predicción de desempeño, implementación, costos de operación, etcétera.
Con este conjunto de características es sencillo perder de vista lo que está aportando la MA a la capacidad productiva, como la posibilidad de producir de manera masiva elementos personalizados, la posibilidad de que la libertad de forma aporte al desempeño de propiedades más allá de un simple cambio de sección, las capacidades de cambiar el inventario de piezas físicas a archivos digitales listos para la producción bajo demanda, entre otras aportaciones.
De momento, son cuatro frentes de batalla los que están dominando el mercado de aplicaciones de la MA: el primero de ellos se encuentra en la capacidad de producir piezas de uso final con relativa facilidad, el segundo se asocia a la capacidad de fabricar herramentales que facilitan la operación y/o conviven con procesos tradicionales de manufactura, mientras que el tercero se centra en la posibilidad de interactuar entre procesos aditivos y sustractivos (conocidos como procesos híbridos) para la remanufactura de piezas o herramentales dañados o desgastados, o bien para componentes que requieran los niveles de exactitud típicamente asociados a procesos de maquinado, y por último, el cuarto se convierte en el detonador que permite incorporar dentro de las piezas producidas, elementos de sensado, registro, transmisión y actuación en piezas que dan pie al concepto del internet industrial de las cosas (IIT) y por ende a las fábricas inteligentes y la Industria 4.0.
Para cumplir con sus objetivos, la MA requiere un trinomio clave: la formación de recursos humanos, los formadores de esos recursos humanos, que estos últimos ocupen lugares fundamentales en la selección y adopción de tecnologías en la industria.
En ese contexto, conceptos como el Laboratorio Nacional de Manufactura Aditiva y Digital, como un consorcio patrocinado y avalado por el Conacyt y las instituciones Universidad Nacional Autónoma de México, Tecnológico de Monterrey, Universidad Autónoma de Nuevo León, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Universidad Autónoma de Yucatán, y Centro de Diseño y Comunicación S.C. (CENTRO); que liderados por la primera, conjuntan las capacidades científicas y tecnológicas, el recurso humano, los proyectos y la experiencia, orientados al quehacer social de la MA, su incorporación al sector productivo, y la ejecución de proyectos en sociedad con empresas e instituciones interesadas en detonar y aplicar la MA como el elemento diferenciador de su cadena de valor.