SIN TEMOR A LOS E-VEHICLES
¿Qué harán los fabricantes de aceite?
Un vehículo eléctrico tiene diferencias marcadas respecto a uno convencional. La ausencia de un motor de combustión es quizá la más significativa para la cadena de suministro, pero también para productores de lubricantes automotrices.
Un reporte de la consultoría McKinsey alerta que estos fabricantes podrían ver una caída en la demanda hacia 2030, principalmente en Europa y Norteamérica, regiones donde los autos eléctricos ganan terreno.
En 2016, Estados Unidos sumó 160,000 unidades, mientras que el parque vehicular europeo dio la bienvenida a otras 215,000, según un reporte sobre la perspectiva global de vehículos eléctricos 2017 elaborado por la Agencia Internacional de Energía (AIE).
En 2015, la demanda total de lubricantes automotrices fue de 9 millones de toneladas métricas, de las cuales, 52% provino del sector automotriz. El aceite para motor, según McKinsey, representó poco más de 40% del segmento, por lo que la alerta es muy latente si se considera que un motor de combustión tiene más de 1,000 piezas móviles frente a las escasas 20 de los motores eléctricos, refiere en un artículo Bruno Juanes, socio responsable de Innovación y Manufactura en Consultoría de Deloitte en México.
“La mecánica con la producción de autos eléctricos cambia completamente y productos que hoy se requieren en la industria, muy específicos como cajas de engranes, cajas de velocidad y ciertas partes de transmisión ya no se van a usar”, externa Tebaldo Mureddu, director general de Klüber Lubricación Mexicana.
Un ejemplo de ello es lo que sucede con las cajas de engranajes y ejes de automóviles de motor de combustión interna. Aquí aplica lubricación tipo splash, un método ineficaz en los proyectos de vehículos eléctricos, lo que abre una gran oportunidad para desarrollar otro tipo de soluciones para estas unidades, expone un artículo de AVID Technology, compañía de sistemas de electrificación e hibridación, de Reino Unido.
Alejandro Cardona, director de Ventas Latinoamérica para ExxonMobil Lubricantes, reconoce que hay puntos clave en este tipo de autos, como la transmisión y el diferencial, que requieren soluciones más especializadas y que las propias automotrices se han dado a la tarea de desarrollar. Tesla es una de ellas. “Me tocó ser testigo de negociaciones para empezar a desarrollar soluciones de lubricación para algunos componentes clave [de Tesla]”, comenta.
De acuerdo con el directivo, la compañía de Elon Musk sigue en investigación de nuevas
tecnologías que eviten al consumidor preocuparse por ese tipo de mantenimiento a corto plazo. Hasta ahora, la armadora de vehículos eléctricos premium tiene a la surcoreana SK Lubricants como proveedor único de aceites para la caja de cambios.
Mureddu, de Klüber, apunta —sin detallar— que la compañía con operaciones industriales en Querétaro trabaja para desarrollar soluciones para partes y componentes de autos eléctricos, incluida la caja de cambios y nuevos rodamientos.
¿Negocio firme?
Una encuesta del Centro de Investigación de Energía Solar e Hidrógeno de Baden-Württemberg apunta que la flota de autos eléctricos llegó a 3.2 millones, muy por debajo de los 96.8 millones de vehículos (pasajeros y comerciales) que según la Organización Internacional de Constructores de Automóviles, llegaron al parque global en 2017.
La historia no es distinta en el caso mexicano. El documento “La industria automotriz mexicana: situación actual, retos y oportunidades”, de la Secretaría de Economía, prevé que en 2020 el sector producirá cerca de 5 millones de autos, mientras que en 2017 apenas se comercializaron 257 autos eléctricos.
Cardona, de ExxonMobil, descarta que en los próximos 30-40 años exista un crecimiento exponencial de estas unidades. De ahí que la compañía apueste por el desarrollo de soluciones para autos de combustión interna. “Seguimos enfocando nuestra gente en el centro de investigación... en ofrecer soluciones sobre la tecnología actual”, comenta.
Reconoce que un tema que limita la popularidad de los autos eléctricos es el costo de las unidades. Demetrio Villa, socio de auditoría de KPMG en la oficina de Querétaro, asegura que conforme la tecnología avance la demanda aumentará y las cadenas de suministro deberán estar atentas a ese avance tecnológico; de lo contrario pueden “desaparecer”. Daniel Hernández Camacho, director del Clúster Automotriz de Querétaro, señala que una posible producción masiva de eléctricos pondrá en riesgo la participación de empresas en “la cadena” de los autos convencionales.