TRACTOCAMIONES ‘VERDES’
El GNV como alternativa al diésel.
Cinco tractocamiones comparten un taller de Iztapalapa con algunos autos compactos. Tienen el cofre abierto y asoman algunas de las piezas de sus motores; pero no están descompuestos, aguardan su turno para ser modificados y puedan usar gas natural vehicular (GNV).
Es una alternativa útil para dejar de depender en su totalidad del diésel y al mismo tiempo reducir el impacto que genera a los transportistas la compra del combustible, el cual, representa hasta 36% de sus costos operativos, de acuerdo con estimaciones de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar).
Bernardo Rodríguez, presidente de Gascomb, empresa especializada en conversiones de motores de vehículos ligeros y pesados a gas natural vehicular (GNV) resalta que este combustible ofrece costos competitivos respecto a los tradicionales.
En abril el precio promedio del diésel en el país fue de 18.74 pesos por litro, contra ocho pesos del valor del litro de gas natural en ese mismo lapso, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
La conversión, explica Rodríguez, no implica que el vehículo deje de utilizar diésel; pero reduce hasta 10% del consumo total.
Con este proceso permite al tractocamión tener una segunda vida sin importar la antigüedad de la unidad, además de dar a los transportistas —especialmente a los más pequeños— una posibilidad real de reducir sus contaminantes a un costo competitivo.
David Flores, cofundador de YetCargo, plataforma de vinculación entre transportistas y empresas, recuerda que uno de cada cuatro transportistas en México son hombres-camión, para quienes resulta muy difícil hacer grandes inversiones.
Una unidad nueva con motor de gas natural puede costar más de tres millones de
dólares, mientras que la reconversión puede costar entre 25,000 y 38,000 dólares, según Gascomb. Esta alternativa permite al transporte terrestre del país lograr operaciones más limpias, pues la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN) estima que el uso de este energético permitiría reducir hasta 70% la contaminación ambiental.
Cerrar la pinza
Sin embargo, existe un reto adicional para que los vehículos adopten el gas natural como combustible. En el país apenas existen 30 estaciones de servicio de recarga, de acuerdo con estimaciones de la AMGN.
Osvaldo del Campo, director general de Galileo Technologies, empresa argentina que desarrolla soluciones para producción, transporte y consumo de la molécula remarca que este factor, aunado a la limitada red de gasoductos que posee el país, influye en el impacto que tiene su uso en el parque vehicular. Al respecto, Andrés Bayona, director de Promotora Energética E3, con presencia en varios países de la región, comenta que el país tiene un retraso en la adopción del energético en automotores, de unos 10 años respecto a Argentina o Colombia. En el primer caso, 22% del parque vehicular —que asciende a cerca de 12.5 millones de autos— funcionan con este combustible.
En México, dice, hay apenas alrededor de 10,000 unidades de un parque de 40 millones; mientras que en Colombia hay 700,000 de un parque vehicular de 5 millones de unidades.
La AMGN estima que en los próximos 15 años deberán funcionar alrededor de 500 estaciones para atender a unos 500,000 vehículos que usarán tecnología de GNV, razón por la cual empresas como Gas Natural Fenosa invierte cerca de 600 millones de pesos para abrir 10 estaciones de servicio en la capital del país.
No es la única interesada. Galileo Technologies propone impulsar una red de “gasoductos virtuales” para transporte del energético a través de vehículos con gas comprimido o licuado, en vez de construcción de ductos. Según Del Campo, este no es sino un sistema de distribución que conecta los pozos con el cliente final, como si fuera un sistema paralelo a lo que ya existe en infraestructura física.
Bayona, de Energética E3, reconoce que la reforma energética da una expectativa favorable puesto que permite que todas las nuevas estaciones de despacho de combustibles que se abran en el país sean multimodales; es decir, que además de ofrecer gasolina y diésel, comercialicen también GNV. Será cuestión de tiempo para que se detone el mercado.