HERRAMIENTAS 4.0
El valor de las máquinas conectadas.
Ester Codina está en un negocio que mueve unos 400 millones de dólares al año en México: el de las herramientas de corte. Ella es la directora general de Sandvik Coromant, una empresa sueca que desarrolla y fabrica herramientas y soluciones de mecanizado muy demandadas por los sectores automotriz, aeroespacial y de petróleo y gas. En su lista de clientes están empresas como Volkswagen, Ford, General Motors, Safrán y Grupo Tenaris.
Las máquinas y herramientas son elementos que integran la estructura de costos de una planta, y hoy más que nunca están en el radar de las compañías manufactureras.
“Tras la crisis mundial de 2008 las empresas se centraron en la eficiencia, más que en la productividad. Antes, como había mucha demanda, se preocupaban por incrementar la producción. Ahora, todas están en una lucha constante por la mejora de costos: son mucho más cautelosas en sus procesos de inversión y buscan una reducción de costos constante”, cuenta Codina.
Hasta ahora, en lo que a máquinaria se refiere, los ahorros han venido de la calidad, durabilidad y eficiencia de los equipos, pero Codina advierte que en los siguientes años provendrán de la comunicación de estas máquinas con otros elementos del sistema productivo.
“Así como hoy hay relojes que miden tu performance cuando vas a correr y te ponen indicadores para lograr la meta deseada, así las herramientas podrán determinar y progra- marse para alcanzar las métricas de la planta”, dice Codina.
Ella ha visto, desde su trinchera, la transformación que ha tenido la industria manufacturera en las últimas dos décadas, desde la automatización a la digitalización de los procesos. Antes de llegar a México, en 2015, fue vicepresidente de Mercadotecnia, Canales y Desarrollo de Negocios para la filial estadounidense de la compañía. Allí participó en la creación de una nueva área de negocio enfocada en el desarrollo de soluciones y herramientas 4.0.
Sandvik Coromant ya cuenta con equipos automáticos. El siguiente paso, señala Codina, es que las herramientas y máquinas se comuniquen entre ellas para ajustar la producción a las necesidades del mercado.
Un nuevo enfoque
En la denominada ‘fábrica del futuro’ todo estará conectado a través de internet y la nube, operando como un sistema en vez de tener estaciones aisladas. Estos dispositivos conectados generarán una gran cantidad de datos que los operadores podrán usar para tomar mejores decisiones y así reducir los costos de producción.
Las máquinas y herramientas tendrán sensores que recopilarán diferentes tipos de datos, por ejemplo, sobre el funcionamiento de la máquina, las condiciones en las que ha operado y el estado de los componentes de la herramienta.
Al recopilar estos datos, las máquinas podrían estimar cuándo es necesario reemplazar un componente. Este manteni- miento predictivo podría mantenerlas funcionando de manera más eficiente y evitar el tiempo de inactividad. Según datos de Sandvik Coromant, una máquina averiada puede costar a una empresa 30,000 euros anuales (unos 660,000 pesos) en tiempo de inactividad, más otros 12,000 euros (265,000 pesos) en reparaciones.
Por el contrario, un aumento de 20% en la utilización de la máquina incrementa hasta en 10% el margen bruto de beneficios.Además, las herramientas inteligentes podrán usar datos sobre las necesidades de electricidad para aumentar la producción cuando la demanda de energía y, por lo tanto, su costo, sea baja.
Para facilitar la transición de las empresas hacia la manufactura 4.0, los fabricantes de la tecnología recomiendan desarrollar planes para la adopción de nuevas herramientas. “Para hacerlo manejable y asequible”, finaliza Codina.