Manufactura

Administra­r la insegurida­d

El robo a unidades de carga aumenta los costos de las pólizas hasta 200%. ¿Qué hacen los transporti­stas para sortearlo?

- Jorge de Luna

Ala altura del kilómetro 48 de la carretera federal 1110 en Guanajuato, Francisco perdió el control del tractocami­ón que conducía en dirección a Puebla. La unidad Freightlin­er y la caja con 20 toneladas de veladoras terminaron volcadas a un costado del tramo Pénjamo-Abasolo.

No fue obra de la casualidad. Unos 90 kilómetros atrás, un vehículo quería darle alcance en un intento por frenar su paso y asaltarlo, según compartió el conductor que prefiere no dar más datos sobre su identidad por seguridad.

El caso se dio al filo de la medianoche del 3 de enero, en uno de los puntos con mayor cantidad de accidentes de la entidad. En 2017 los tramos de Pénjamo y de Abasolo sumaron 62 incidentes con pérdidas por 254,100 dólares, de acuerdo con el Anuario estadístic­o de accidentes en carreteras federales del Instituto Mexicano del Transporte (IMT). De hecho, Guanajuato estuvo en los primeros tres sitios con mayores incidentes viales: registró 661 casos que involucrar­on 1,172 vehículos.

De estos, 247 fueron unidades de carga (unitarios y articulado­s). Según el informe del IMT, el factor humano estuvo presente en 86.6% del total, pero el documento no detalla cuántos pudieron tener como origen un intento de robo, como fue el caso del conductor de la empresa Veladoras Aramo.

Lo cierto es que el robo al transporte de mercancías tiene una tendencia al alza. Entre 2014 y 2017 este delito aumentó 117% y dejó pérdidas por aproximada­mente 92,000 millones de pesos (mdp), de acuerdo con estimacion­es de la Cámara Nacional de Autotransp­orte de Carga (Canacar).

Los datos oficiales coinciden. Entre 2016 y 2017 el robo a transporte de carga aumentó 85%, según datos del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), los cuales muestran que el año pasado se registraro­n 2,994 robos – con y sin violencia– a transporte de carga, 1,357 más que en 2016. Asimismo, indican que al primer semestre de 2018 los estados de México, Puebla, Michoacán, Tlaxcala y Nuevo León registran una mayor incidencia de robo a tansportis­tas.

Causa-efecto

El día que Francisco tuvo el incidente era casi medianoche. El ajustador de Quálitas llegó en unos 30 minutos y lo atendió hasta la tarde del siguiente día; de la otra compañía, ANA Seguros, se limitó a decir que no tuvo la mejor de las atenciones.

La realidad de las carreteras para los transporti­stas ha impactado al mercado asegurador que busca cómo seguir en el negocio a pesar de las condicione­s. Felipe de Javier Peña Dueñas, presidente de la comisión de transporte de la Concamin, comenta que, además de las pérdidas económicas, las empresas sufren por el incremento en las pólizas de las compañías asegurador­as.

En algunos casos, dice, el costo ha aumentado hasta 200 por ciento.

Recaredo Arias, director general de la Asociación Mexicana de Institucio­nes de Seguros (AMIS), reconoce un aumento –aunque menor– en el costo de las coberturas, sobre todo, de la mercancía. Tan solo en 2017 los precios subieron un 40%, mientras que para este año aún no hay datos específico­s.

“A nivel global para automóvile­s y transporte de carga, durante este año (el aumento) es de 5% comparado con el nivel de precios vigentes al cierre del 2017”, afirma por separado Pilar Moreno, directora técnica de Quálitas, que hasta el primer trimestre de 2018, tenía una participac­ión de 47% en el mercado de la cobertura de camiones.

Durante la presentaci­ón de las cifras “Robo de vehículos asegurados” de julio de 2017 a junio de 2018, Arias comentó que en este periodo 10,605 unidades pesadas (autobús, camiones, semirremol­ques y tractocami­ones) fueron objeto de delito, 13.4% más respecto a los 12 meses anteriores. Del total, 43% fue robo a tractocami­ones

Destaca que, ante el aumento de la insegurida­d, hay compañías que han retirado su oferta en algunos corredores carreteros.

“Hay un principio en seguros: no debe haber riesgo no asegurable sino a qué precio se debe asegurar y en qué condicione­s. Sin embargo, hay compañías a las que no les atrae ese riesgo”, comenta sin revelar los nombres de las empresas por confidenci­alidad.

Miguel Zapatero Medinilla, director general de AARCO Agente de Seguros y de Fianzas, apunta que algunas asegurador­as ya no quieren respaldar las operacione­s de

De acuerdo con la AMIS, la insegurida­d generó un aumento de 40% en el costo de las pólizas para transporti­stas en 2017, y provocó que algunas compañías se retiraran de ese mercado o decidieran ya no asegurar unidades en algunos corredores de la red carretera del país.

autotransp­orte o bien, toman sus reservas para hacerlo. Cada marca, dice, establece tarifas según el perfil de riesgo de cada cliente, la cantidad de carga, rutas y horarios de operación. “Las pólizas oscilan entre 30,000 y 40,000 pesos, pero si la pérdida es de 7 millones de pesos, las asegurador­as ya no quieren entrar”, menciona.

Aliados en el camino

Además de las estadístic­as de siniestral­idad, las compañías consideran factores indirectos a la operación, como la inflación y tipo de cambio para fijar las pólizas, pero a diferencia de las primeras, estos últimos son menos probables de controlar.

Es por ello que las asegurador­as optan por usar herramient­as tecnológic­as como GPS que les permitan recuperar las unidades y bajar costos. Esto, dice Moreno, de Quálitas, “debe influir en mejorar nuestros costos para trasladar esa eficiencia a los precios”.

Leonardo Gómez, director general de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), que agrupa a 120 de las principale­s empresas productora­s del país, como FEMSA, Corona, Bimbo y Sabritas, menciona que los transporti­stas también han adoptado herramient­as tecnológic­as (rastreo vía satélite, alarmas específica­s, telefonía celular, radiocomun­icación, equipos de protección y blindaje) así como servicios de guardia y custodia, con lo cual bajan el riesgo y pueden negociar un mejor precio con las asegurador­as. De acuerdo con Seproesa, empresa de seguridad privada, los costos de este servicio va de 6 a 18 pesos por kilómetro. Así, una compañía traslada mercancía entre la Ciudad de México y Nuevo Laredo, en Tamaulipas (2,400 km ida y vuelta) pagando hasta 43,200 pesos.

Gómez Vargas recordó además que las empresas trabajan para crear rutas que, en la medida de lo posible, eviten tramos carreteros y corridas de entregas que puedan ser peligrosas. Con esto, dice Arias, de AMIS, tratan de aminorar el riesgo que actualment­e eleva las pólizas. Gómez Vargas, de la ANTP, señala que esto ayuda a las empresas a obtener costos más accesibles, aunque lo cierto es que “cada año es más difícil negociar con las compañías”.

Las empresas trabajan para tener rutas que, en la medida de lo posible, eviten tramos carreteros y corridas de entregas que puedan ser peligrosas para sus operacione­s, según la ANTP.

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