Manufactura

Logística

Aby Lijtszain, director general de Traxión, impulsa la consolidac­ión del sector transporte. Su objetivo: dominar el 5% del mercado mexicano.

- Por Ivet Rodríguez

Alos cinco años, Aby Lijtszain ya pensaba en hacer negocios. Aprovechab­a las visitas a la empresa familiar, Muebles y Mudanza (MyM), para vender chucherías a las secretaria­s.

A los 16 años, Lijtszain intentó cerrar su primer gran trato e incursiona­r en el negocio familiar, pero por su cuenta.

“Un amigo y yo fuimos con la directora de nuestro colegio y le ofrecimos el servicio de transporte escolar”. El trato no se concretó en ese momento, sino cuatro años después. Con apoyo de sus familias, Lijtszain y su amigo, Abel Puszkar, compraron Transporte­s Campos, una pequeña empresa del ramo que en aquellos años atravesaba por una mala racha financiera. Los jóvenes emprendedo­res empezaron con 60 camiones, que más tarde llegaron a 400. Tras esa primera expansión, Lijtszain se sintió listo para jugar en ligas mayores.

Luego de tocar varias puertas consiguió una cita con directivos del fondo de inversión Discovery Americas, que tenía dinero puesto en 16 empresas.

Quedaron para tomar café en el restaurant­e ‘La Chimenea’ del hotel Presidente Interconti­nental, en la Ciudad de México.

Alberto Moreno, socio fundador del fondo, acudió a la reunión con curiosidad pero también con escepticis­mo. No es habitual encontrar un transporti­sta dispuesto a abrir su negocio al capital institucio­nal.

“Tanto el transporte de carga como el de pasajeros son sectores muy cerrados. Es un negocio muy protegido por los mismos empresario­s, que son muy cuidadosos con la entrada de extranjero­s e inversioni­stas externos. No es fácil entrar, a menos que ‘te inviten’. Los que entran sin ser invitados, han salido amolados”, comenta.

En la reunión, Lijtszain tomó una servilleta y dibujó en ella su modelo de negocio. Les dijo: un camión cuesta tanto, mueve tanto y te deja tanto dinero. Con esta breve explicació­n cautivó a los inversioni­stas. “Fue amor a primera vista”, dice Moreno.

En 2006, Lijtszain y Discovery Americas se hicieron socios. El fondo adquirió el 17.5% de la empresa por 7.5 millones de dólares (más tarde subió ese porcentaje al 25%). Un año después, y gracias a esa inyección de capital, Lipu cuadruplic­ó flota y alcanzó los 1,600 camiones. Para 2012, luego de la compra de dos compañías del ramo, ya eran 2,800. “Esto permitió la expansión geográfica, ya que hasta entonces solo operábamos en el centro del país”, cuenta Elías Dana, actual director general de Lipu.

Tras el éxito obtenido, los socios decidieron incursiona­r en el transporte de carga, un negocio 100 veces mayor al del transporte escolar y de personal. Para ello adquiriero­n otras cuatro empresas. Entre 2013 y 2014 compraron Transporta­dora Egoba y MyM, la firma fundada en 1952 por el abuelo de Lijtszain; y en 2015 se hicieron de Grupo Sid y Auto Express Frontera Norte (AFN).

Todas se agruparon bajo el nombre de Fondo de Transporte Mexicano, y en 2016, tras la incorporac­ión de Lipu a ese grupo, nació Traxión. La firma se concentra en dos grandes segmentos: transporte escolar y de personal, y transporte de carga y servicios logísticos. En ese momento tenía una flota de 4,963 unidades,

unos 9,000 empleados y operacione­s en 22 estados del país.

En Estados Unidos la consolidac­ión del sector inició hace 30 años. Pero en México, ninguna empresa de transporte tenía un modelo de negocio similar. “Este es uno de los pocos sectores en México que no se ha consolidad­o. Es una industria muy fragmentad­a. Hay unos 800,000 camiones en manos de 900 compañías y ningún jugador tiene más del 0.25% del mercado”, dice Moreno.

En este periodo, los socios de Traxión buscaban más capital y sumaron al proyecto a Nexxus Capital, otro fondo de inversión que en el pasado había inyectado dinero a empresas como Genomma Lab y Sports World, para luego llevarlas a Bolsa. “A nosotros nos gusta invertir en industrias donde no haya alguien que tenga un poder dominante. Traxión estaba en una industria fragmentad­a, y tenía potencial de crecimient­o”, explica Juan Pablo Visoso, director gerente de Nexxus Capital.

En 2016, Traxión estaba lista para incursiona­r en nuevos segmentos de negocio y nuevas regiones del país. Solo faltaba, de nuevo, capital. Necesitaba­n entre 4,000 y 5,000 millones de pesos. “Pero no hay un fondo de capital privado capaz de meter tanto dinero a una sola empresa”, apunta Moreno. La solución era salir a Bolsa.

La colocación ocurrió el 28 de septiembre. Ese día, la compañía recaudó 4,543 mdp. Con este dinero, los directivos tienen pensado comprar nuevas compañías y más camiones, para incursiona­r en nuevos segmentos como el comercio electrónic­o, la distribuci­ón de vehículos y el traslado de gasolina y derivados del petróleo.

En mayo pasado, Traxión adquirió la firma de paquetería y mensajería Redpack.

Lijtszain confía en el futuro de su empresa, y destaca que su meta es alcanzar el 5% del mercado mexicano. “Estamos en una industria que vale 90,000 mdd y que representa 6% del PIB. Si vas a un restaurant­e y pides de comer, hay un componente en transporte. Un porcentaje de todo lo que consumimos cada día es transporte”.

“Estamos en una industria que vale 90,000 mdd y que representa 6% del PIB nacional.”. Aby Lijtszain, director general de Traxión.

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Traxión tiene una flota de 4,963 unidades, unos 9,000 empleados y operacione­s en 22 estados del país.
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