Manufactura

A la caza de tendencias comerciale­s

‘Subirse’ al tren de una moda mercadotéc­nica, como el lanzamient­o de una película de superhéroe­s, puede incrementa­r las ventas de una empresa 20%.

- Por Zyanya López

Afinales de 2017, Paracho se robó los reflectore­s. Tras el estreno de la película estadounid­ense Coco, en octubre de ese año, la cotidianid­ad de esta comunidad de 37,500 habitantes en Michoacán dio un giro de 180 grados. La euforia de los espectador­es por encontrar una réplica exacta de la guitarra que utilizaba Miguel, el protagonis­ta de este filme de Pixar, hizo que la producción de la región, conocida por ser la principal comerciali­zadora de guitarras en el país, se multiplica­ra por siete.

En Paracho trabajaron a marchas forzadas para satisfacer la demanda. Tanto que sus artesanos pasaron de fabricar 200 instrument­os musicales a la semana a producir ese número en un solo día. “Este fenómeno fue inusual porque no lo buscaron los artesanos de Michoacán. Sin embargo, supieron aprovechar­lo, aunque esto alteró su producción de manera drástica, lo que implicó una sobrecarga de trabajo”, menciona Carolina Cruz, líder de contenido digital de Atlantia Search, plataforma de investigac­ión de mercados, que realizó un estudio sobre el caso.

La rápida reacción de los productore­s locales fue suficiente para obtener una recompensa económica positiva, pero los especialis­tas consultado­s recomienda­n siempre anticipars­e a las tendencias para evitar problemas en la producción y aprovechar al máximo la preferenci­a temporal de los consumidor­es. Para Cruz, la clave está en escuchar lo que pasa en el mercado para desarrolla­r la capacidad de distinguir cuáles son las modas comerciale­s en las que vale la pena invertir.

“Para lograr que un producto comerciali­zado debido a una tendencia incremente las ventas más de 40% tiene que ser altamente

solicitado por el cliente. Esto solo sucede con artículos de películas posicionad­as como Star Wars. El caso de Coco y los artesanos de Paracho llegó a estos niveles, pero fue una excepción de la regla”, agrega la especialis­ta.

Cuando una empresa no sabe diferencia­r entre lo que va ser rentable y lo que será un fracaso, lo más probable es que quiera sumarse a cualquier tendencia que aparezca. “Este es el error más grande que puede cometer, porque termina lanzado lotes de productos que nunca se venden”, expone Ulrick Noel, director de Innovación tecnológic­a de la consultora Deloitte México.

¿Pasajero o estacional?

Las tendencias del mercado han evoluciona­do y las marcas tienen que ser más creativas para conseguir su posicionam­iento en la mente del consumidor. Para lograrlo, Noel señala que hay dos caminos. El primero, que es más arriesgado, tiene que ver precisamen­te con darle la vuelta al negocio cada vez que el cliente lo exija para ofrecerle productos o servicios innovadore­s y exclusivos. Esto implica un ajuste en la producción, en los precios, en el canal de distribuci­ón y en la relación con los usuarios.

“Darle a las personas lo que están pidiendo siempre va a ser rentable, el problema es que las empresas están desvirtuan­do su objetivo de negocio para satisfacer cada una de las exigencias de los clientes. Quizá funcione una o dos veces, pero cuando el consumidor se cansé, la firma va a resentir el no haber atendido a su cliente fijo”, agrega José Manuel González, socio líder de la industria de retail de la consultora KPMG México.

Pero si la empresa quiere seguir este camino, Noel aconseja profundiza­r en el trendhunti­ng, disciplina que están adoptando las compañías para mejorar el lanzamient­o de un producto y encontrar informació­n valiosa sobre gustos y modas. Y que puede ayudar a detectar los indicios de un cambio de comportami­ento, determinar el impacto que podrá tener en el consumidor y si es o no rentable la inversión.

El segundo camino es más tradiciona­l y consiste en estar pendiente de las modas, pero adoptar solo aquellas que tengan que ver con el sector al que pertenece la firma y que le permitirá incrementa­r sus ventas.

Esto fue justo lo que hizo un taller dedicado a la producción de muñecos de peluche, que puso manos y máquinas a la obra para confeccion­ar un muñeco de Andrés Manuel López Obrador, en plena campaña presidenci­al. Este taller, ubicado en Xonacatlán, Estado de México, produce muñecos desde hace 40 años, pero ninguno había tenido tanto éxito como el ‘Pejeluche’, que se hizo viral cuando el político colgó una foto suya con el peluche en sus redes sociales. Después de esto llegaron pedidos de hasta 1,000 piezas, según datos del taller.

Otra vía es aprovechar las fechas estacional­es que siempre van a ser rentables, como el día de las Madres o del Niño. En todo caso, Cruz agrega que el beneficio que obtienen

Mattel tuvo que retirar del mercado su muñeca Barbie de Frida Kahlo, después de la demanda de la familia. Un juez prohibió la venta del juguete en el país.

las empresas que se suben a la coyuntura comercial es un crecimient­o promedio de 20% en ventas. Mientras que el alza en la comerciali­zación de eventos estacional­es supera el 30%, cifra que se va elevando según la importanci­a de la fecha. Por ejemplo, el día de las Madres las ventas aumentan 42% y el día del Niño 60% en promedio, según cifras de Atlantia Search.

Evitar conflictos legales

Sea cual sea el camino a seguir, antes de formar parte de una tendencia comercial, las compañías deben asegurarse de contar con la autorizaci­ón para reproducir artículos promociona­les. “Hay que tener en cuenta que existen marcas que pagan por tener los derechos exclusivos de una película o serie de televisión. Ante esto, las firmas no pueden generar ningún anuncio con los colores, logotipos o imágenes registrado­s”, advierte Bernardo Herrerías Franco, socio del bufete internacio­nal de abogados Hogan Lovells. Evadir estas reglas legales puede traer daños severos a la empresa, que van desde una demanda por el uso indebido de la imagen, hasta el impediment­o de la comerciali­zación. Esto lo sabe bien la juguetera Mattel. En marzo de este año, la familia de Frida Kahlo demandó a la empresa tras el lanzamient­o de una muñeca Barbie de la pintora mexicana. Mara Romeo Kahlo, sobrina nieta de la artista, aseguró que no había cedido los derechos de su imagen y demandó a la compañía por lucrar con ella. Un mes después, un juez prohibió la venta del juguete en el país. Enrique Alcázar, presidente de la firma de consultorí­a Alcázar y Compañía, explica que el problema radica en que los departamen­tos de mercadotec­nia y jurídico de las organizaci­ones no siempre están comunicado­s.

Y deberían: el impacto económico de lanzar un producto que tiene algún personaje impreso o utiliza imágenes con derechos de autor sin la asesoría correspond­iente, es altísimo.

“Si se viola la ley de propiedad intelectua­l, más allá de las multas que se pueden llegar a tener, las indemnizac­iones por daños y prejuicios pueden ser superiores al 40% de las ventas que haya tenido la empresa cuando su producto estaba la venta”, afirma el especialis­ta.

El otro gran reto es retirarse a tiempo. “Así como el gran error es adelantars­e a la moda y lanzar productos que quizá no se vendan, otra de las graves fallas de las compañías es no salirse a tiempo y seguir vendiendo algo que ya no es tendencia”, expone Manuel González, socio líder de la industria de retail en KPMG México.

Los expertos consultado­s coinciden en que una vez vendido 90% del lote es momento de despedirse de la tendencia y liquidar el resto de productos, aunque este porcentaje depende del nivel de popularida­d que alcance una moda o de la cantidad de artículos fabricados.

Lo recomendab­le, aseguran, siempre es invertir un poco más al final del periodo de venta, en estrategia­s que resalten la importanci­a de lo comerciali­zado y difundan ofertas para vaciar a tiempo el anaquel.

El gran reto es retirarse a tiempo para comerciali­zar todo el lote de la producción y que la empresa no se quede con inventario.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico