EDITORIAL
La tecnología se impone.
La tecnología en sí misma es la herramienta, el tema es cómo adaptarla a los sistemas de producción, no sólo como una forma de eficiencia de procesos sino como requerimiento de mercado. De acuerdo con la Secretaría de Economía, en los últimos años, “México se ha posicionado como el principal exportador de manufacturas de media y alta tecnología (como porcentaje del PIB) entre los países del G20”. De hecho, un 70% de las exportaciones mexicanas son productos de estas características. Pero nuestro entorno manufacturero aún tiene camino por recorrer.
El Consejo Coordinador Empresarial estima que poner a México al nivel que requieren los cambios de la Industria 4.0 requiere invertir el equivalente al 1.5% del PIB en ciencia y tecnología en los siguientes cinco años. Entre 2018 y 2023, se invertirán 214,000 millones de dólares (mdd) en el mercado de tecnología relacionada con la cuarta revolución industrial, y consultoras como IDC estiman que en 2018 el sector manufacturero invertirá 448 mdd sólo en blockchain. La misma agencia señala que hacia 2021, al menos una de cada cinco empresas en América Latina usará esta tecnología como estrategia de confiabilidad digital.
Por ello, para un gran número de empresas es lógico que –en un mercado que demanda productos y componentes que generen datos–, sea inevitable que las decisiones de producción se tomen desde las áreas de tecnología y que el CTO (siglas de Chief Technology Officer) sea quien dirija el cambio. En esta edición le mostramos a los líderes tecnológicos de Pemex, Grupo Industrial Saltillo, PepsiCo, Monsanto y WalMart en México, quienes ya se pusieron “las botas” para redefinir el rumbo en plantas y logística de sus empresas. Para la petrolera, por ejemplo, es la punta del iceberg para ser competitiva, y sus adecuaciones significarán más de 20 millones de dólares en ahorros. Lo que está en juego, dice el CTO de Pemex es, literalmente, su sobrevivencia. Y no exagera.
Pero al final, no se trata de una carrera donde gana quien más dinero invierte en tecnologías de información, sino de una creciente demanda de innovación del mercado que requiere productos y componentes con grados mayores de innovación, como también lo constata la encuesta de proveedores que presentamos en esta edición.
Y mientras la tecnología lidera el rumbo de la cuarta revolución, los ideólogos de la manufactura prevén hacia 2030 el advenimiento de la Industria 5.0 en donde la creatividad de hombres y la inteligencia de las máquinas darán un nuevo salto a los modelos de producción global. Habrá que apretar el paso de la transformación digital en México, antes de que la innovación deje a nuestra planta a la saga del mercado.