LOS LEUCOCITOS INDUSTRIALES
El valor real de analizar el aceite.
Un mililitro de aceite puede ser la diferencia entre mantener una planta funcionando al cien por ciento y tener paros forzosos por maquinaria y equipo industrial en mantenimiento correctivo. Cuando un lubricante falla, las piezas se empiezan a friccionar y en ese momento comienzan los problemas mecánicos mayores, comenta Mitchel Dehesa, director de Negocios Downstream de SGS México.
Los aceites industriales, al igual que los de motor de combustión interna, deben mantener ciertas propiedades (viscosidad, pureza, etcétera) para garantizar su funcionamiento; pero reconocer su calidad y el tiempo de vida útil que le resta va más allá del reconocimiento visual, y no conocerlas puede traer consecuencias graves. Dehesa platica el caso de una naviera, cuyo nombre se reserva, que tuvo que sacar de operación una de sus unidades por problemas asociados a la lubricación del motor, derivados de no aplicar un mantenimiento preventivo. La compañía perdió, dice, unos 25,000 dólares por cada día que estuvo en el taller.
En junio, la división Oil, Gas and Chemicals de la compañía francesa de servicios de inspección, verificación y certificación, puso en marcha el laboratorio de Monitoreo de Condición de Aceites (OCM, por sus siglas en inglés) en Coatzacoalcos, Veracruz. Fue diseñado para determinar —por medio de pruebas físicoquímicas— si el aceite usado por maquinaria, turbinas y equipo de transporte, aún es de calidad, de acuerdo con Érika Gerónimo, coordinadora del laboratorio e ingeniera petroquímica por la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del IPN. “Los aceites tienen mucha información y lo que hacemos aquí es extraerla”, comparte Dehesa.
Gerónimo lidera un grupo de cinco especialistas que, entre otras cosas, determinan el grado de viscosidad de un aceite a partir de analizar los elementos que integran el paquete de aditivos (fósforo y calcio, por ejemplo) que contiene. Equivale a las defensas o leucocitos que tiene el cuerpo humano y actúan ante la presencia de agua y contaminantes como hollín, glicoles o gasolinas, explica Daniel Espinoza, ingeniero químico por la BUAP y analista del laboratorio. “Los encapsulan y van degradándose... ‘se sacrifican’ para mantener la estabilidad del motor, y a medida que un aceite se usa más, la carga de aditivos disminuye”.
El laboratorio requirió 65 millones de pesos de inversión (mdp), de los cuales, 5 millones se destinaron a la compra de equipo especializado.
Tiene un titulador del fabricante suizo Metrohm AG, viscosímetros y un espectrómetro de plasma de última generación fabricado por la estadounidense AMETEK SCP, el cual permite cuantificar prácticamente todos los elementos de la tabla periódica en una muestra —excepto lantano y actinio— que son inestables, explica Espinoza, responsable de este equipo.
Un aceite industrial con 5% de agua ya se degradó demasiado y no es funcional.
Recientemente, el área incorporó un viscosímetro del fabricante británico ISL de PAC, que puede analizar en segundos el grado de viscosidad con tan solo un mililitro de muestra.
Para todos los análisis se requiere no más de 100 mililitros, menos de la tercera parte de un refresco enlatado. La unidad OCM trabaja sobre demanda y el cliente decide si envía la muestra por paquetería, o bien, si especialistas de SGS van por ella.
Los usuarios potenciales son automovilistas, tenedores de maquinaria, flotillas navieras y terrestres, y las mismas lubricanteras que deciden validar sus productos con un tercero para evitar conflictos de interés por analizar sus productos en laboratorios propios. La petrolera Chevron es uno de sus primeros clientes y prevén que en breve se sume la naviera Blue Marine.
En una segunda etapa atenderá a plantas hidro y termoeléctricas, además de las turbinas de aerogeneradores de parques eólicos que hay en el país.
La mayoría del equipo es importado y está automatizado. Sin embargo, Dehesa destaca que el valor del laboratorio está en el capital humano que participa en la preparación de las muestras y el análisis de la información. El área de diagnóstico emite un dictamen sobre la ‘salud, contaminación y desgaste’ del aceite, y recomendaciones al propietario para que emprenda un mantenimiento preventivo en sus equipos. “Hacia allá está migrando la industria”, concluye.