MEDICAMENTOS A LA MEDIDA
El genoma como materia prima.
Islandia cabe unas 19 veces en México, y sus 350,000 habitantes equivalen a la población de la delegación Miguel Hidalgo. Esa pequeña escala le permitió a la estadounidense Amgen, la mayor productora de medicamentos biotecnológicos del mundo, hacer realidad uno de sus proyectos más ambiciosos: el mapeo del genoma humano.
La empresa deCODE genetics comenzó esta labor en 1996, pero a finales de la siguiente década se vio ahogada por las deudas y estuvo a punto de quebrar, hasta que Amgen la compró en 2012 por 415 millones de dólares y la impulsó a seguir con su labor que ha consistido en el análisis de secuencias completas de ADN en 10,000 individuos y en restos arqueológicos de más de 1,000 años, hasta tener la información suficiente para extrapolar la composición genética de todos los habitantes de la isla.
Esto fue posible gracias a las características únicas de Islandia, pues el país conserva registros genealógicos desde que llegaron los primeros pobladores, en el siglo IX, y desde entonces ha vivido poca inmigración, por lo que la mayoría de los residentes son ‘primos lejanos’. Con los datos genómicos de un país entero, Amgen puede conocer la predisposición de miles de personas a las enfermedades y crear mejores terapias para combatirlas con medicamentos biotecnológicos, es decir, que se desarrollan a partir de moléculas vivas.
“Decodificar el genoma permite comprender las bases genéticas de una enfermedad en esa población y cómo evoluciona. La ventaja de esto es llevarlo más allá y decodificar lo que puede afectar a más población”, cuenta Jeff Yant, director ejecutivo de Desarrollo de Procesos de Amgen, durante una visita a West Greenwich, la planta de la empresa en Rhode Island, uno de los complejos más grandes de la farmacéutica en la producción de fármacos biotecnológicos.
“Unas 350,000 personas ya tienen una historia genealógica que puede ser rastreada. Esa gran cantidad de datos de la estructura familiar puede ser analizada para obtener diferentes parámetros relacionados con los individuos, como el desempeño de coagulación, presión sanguínea, colesterol y diferentes parámetros de una enfermedad humana, lo que nos da la habilidad para hacer conexiones, e incrementar la efectividad de las moléculas que se utilizan en medicamentos para los pacientes”, comenta.
Al rescate de la memoria Para continuar con sus investigaciones, la firma invertirá 3,500 millones de dólares (mdd) en los próximos cinco años.
Una de las líneas terapéuticas para las que Amgen crea medicamentos es el área neurológica. La firma se encuentra en el desarrollo de dos terapias: una para la migraña y otra para el Alzheimer, que el próximo año podrán adquirirse en México, donde la migraña afecta a casi 20 millones de personas.
Este tipo de investigaciones genómicas y los medicamentos
“Decodificar el genoma permite comprender las bases de una enfermedad y su evolución”.
biotecnológicos abren la posibilidad de atender con mayor eficacia el origen de estas enfermedades para dar diagnósticos más oportunos.
“Estos fármacos ofrecen una excelente actividad terapéutica y gran seguridad para tratar enfermedades como las crónico-degenerativas (cáncer, diabetes, padecimientos cardiacos y respiratorios, entre otros), las cuales representan las principales causas de mortalidad en el mundo, y que en México son un reto latente en términos de salud pública”, dice Lizete de la Torre, directora de vinculación con gobierno de Pfizer México, otra farmacéutica estadounidense que invierte 600 mdd en el desarrollo de medicamentos biotecnológicos en el mundo durante este año. De esa inversión, el 25% lo destinará al área de neurología.
El valor global de la industria de biotecnología asciende a 352,000 mdd, y se estima que alcanzará los 374,400 mdd en 2021, de acuerdo con cifras de ProMéxico.
“La inmunoterapia, las terapias biológicas y las genéticas son el futuro de la medicina, no solo en México, sino en todo el mundo”, destaca Frederic Llordachs, cofundador de la plataforma digital Doctoralia.
Todas estas innovaciones transformarán la industria farmacéutica y la manera de elaborar los medicamentos.
Y el futuro ya está aquí, pues compañías como Amgen marcan el paso con iniciativas como la de Islandia. ”La evolución tecnológica en la búsqueda de nuevos fármacos ha experimentado una revolución a partir del uso de modelos y simulaciones virtuales —agrega Llordachs—. De este modo la compañía puede ahorrar tiempo y dinero, y diseñar una molécula específica para buscar un resultado concreto sobre el cuerpo humano”.