Manufactura

Nuevas reglas

México evita la cancelació­n del TLCAN, pero termina cediendo en puntos clave como el porcentaje de contenido regional y los niveles salariales en el sector automotriz.

- Por Ivet Rodríguez y Dainzú Patiño

México y Estados Unidos finalmente zanjaron uno de los temas más polémicos durante la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN): las reglas de origen para el sector automotriz. Ambos países acordaron elevar el porcentaje de contenido regional, de 62.5 a 75%, en los vehículos ensamblado­s en Norteaméri­ca. El otro 25% puede ser de cualquier otra parte del mundo.

A diferencia de la regla anterior, que no establecía restriccio­nes adicionale­s, la nueva estipula que, de este 75%, el 40% deben ser componente­s producidos en zonas de altos salarios, es decir, que paguen al menos 16 dólares por hora. Estados Unidos y Canadá cumplen con este requisito, pero México no, pues el tema salarial no se consideró en el acuerdo firmado en 1994.

La regla que rigió el comercio de autos en América del Norte durante los últimos 24 años era muy laxa: el único requisito para que los vehículos que se fabrican en México, Estados Unidos y Canadá pudieran exportarse libres de arancel en la región era que integraran un 62.5% de componente­s fabricados en estos tres países. Esto permitió a los fabricante­s configurar sus vehículos como mejor conviniera para alcanzar ese porcentaje.

No importaba si el vehículo tenía 60% de componente­s hechos en México, y solo 2.5% de piezas provenient­es de Estados Unidos y Canadá. Incluso hay modelos que tienen hasta

70% de componente­s hechos en México, como el Toyota Yaris que se ensambla en Salamanca, Guanajuato, o el Audi Q5 que se arma en San José Chiapa, Puebla, según datos de la Administra­ción Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés).

Esta regla de origen flexible, sumada a un bajo costo laboral, posicionó a México como una plataforma atractiva para abastecer al mercado estadounid­ense, el segundo mayor consumidor de vehículos del mundo, después de China.

En los últimos cinco años, la producción de vehículos en México prácticame­nte se cuadruplic­ó, pasando de 987,000 unidades en 2012, a 3.7 millones en 2017. En este mismo lapso, siete automotric­es anunciaron inversione­s para construir nuevas plantas en México. En contraste, la producción en Estados Unidos apenas creció 10%, pasando de 10.3 millones de vehículos en 2012, a 11.1 millones en 2017.

Por ello, en el último año, el equipo negociador de Estados Unidos presentó varias propuestas para endurecer la regla de

AHORA MÉXICO SOLO PODRÁ PARTICIPAR CON MÁXIMO EL 60% DEL CONTENIDO REGIONAL QUE TENGAN LOS VEHÍCULOS FABRICADOS EN AMBOS PAÍSES.

origen automotriz. Una de ellas considerab­a varios candados: elevar el contenido regional en los vehículos; que el 70% del acero y aluminio utilizado por los fabricante­s de vehículos se hubiera adquirido en la región; eliminar la regla de rastreo; establecer que el 40% del valor de los autos y las SUV, y el 45% del valor de las pickups fabricadas en la región proviniera de componente­s producidos por empleados cuyo salario fuera de entre 16 y 19 dólares la hora... Al final, Estados Unidos sólo consiguió el 75% de contenido regional y las exigencias salariales.

Candado salarial

El sueldo de un trabajador de la industria automotriz en Estados Unidos va de 14 a 28 dólares por hora, mientras que en México el salario es de 3.14 dólares, según datos de El Colegio de México. Por ello, con la nueva regla, México solo podrá participar con máximo el 60% del contenido regional que tengan los vehículos fabricados en Norteaméri­ca.

Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía, no descarta que en el futuro y con el fortalecim­iento de los salarios mexicanos, el país pueda participar en el 40% de contenido regional ligado al salario.

“Pero esto tomará su tiempo. Las zonas de alto salario no se pueden dar de manera inmediata. Será un proceso que tendrá que ir evoluciona­ndo acorde con la economía del país”, matiza Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinado­r Empresaria­l (CCE) y miembro del cuarto de junto que acompañó al equipo negociador.

El equipo económico del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha manifestad­o su objetivo de reducir la brecha salarial entre Estados Unidos y México. Para que esto ocurra, sin generar espirales inflaciona­rias ni elevar el costo operativo de las empresas —dice Larry Rubin, presidente de la American Society en México—, habrá que incrementa­r la productivi­dad y reducir otros costos, como el logístico o el energético.

Hoy, cada kilómetro recorrido en México es 25% más caro que en Estados Unidos, mientras que el costo de la electricid­ad subió 19% entre 2016 y 2017, según datos oficiales.

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