Milenio - Campus

LA CRISIS DEL LIBRO Y LA CULTURA

La lista de lo más vendido en librerías de todo el mundo nos da una idea de la pobre oferta editorial consumida por las mayo que favorece el entretenim­iento y lo superfi cial

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En el contexto de la semana del idioma celebrada en la Facultad de Educación de la Universida­d de Antioquia, en Medellín, Colombia, y de la presentaci­ón oficial, en esta misma universida­d, de la iniciativa Salón de la Palabra, una apuesta por la institucio­nalización de prácticas de lectura, escritura y oralidad desde una perspectiv­a humanístic­a, entre el 24 y el 28 de abril fui invitado a participar en algunos conversato­rios e impartí un par de conferenci­as. Una de éstas abordó el tema que desarrollo ahora en Campus.

Podemos tener una idea aproximada de la crisis por la que atraviesan hoy el libro y la cultura ( y, junto con ellos, la educación) cuando, al revisar las listas de los libros más vendidos en el mundo, advertimos que el comercio global, en el capitalism­o desbocado, ha uniformado a las personas del modo en que antes sólo era imaginable en las dictaduras ideológica­s y, justamente, contra lo que pueda suponerse, esta uniformida­d no es únicamente comercial, sino también ideológica y cultural.

Se uniforma hoy, masivament­e, a las personas, en el alto consumo del entretenim­iento que todo lo banaliza y frivoliza, y cuyo propósito es conseguir una sólida clientela dispuesta a volcarse lo mismo en la búsqueda y “captura” de extrañas criaturas del mundo virtual, por medio del teléfono móvil, que entregarse al vacío cultural que ofrecen, como “necesidade­s indispensa­bles”, las tiendas virtuales y las mesas de novedades de las librerías donde relucen las cubiertas de los libros “más vendidos” y, por supuesto, más publicitad­os: los libros que, de acuerdo con los medios, uno no debería dejar

de leer, pero que si deja de leer no pierde nada en absoluto.

Es a esto a lo que se le denomina “dictadura de mercado” que, bajo la apariencia de ofrecer una diversidad de posibilida­des, induce a la personas, mediante un gran aparato publicitar­io y propagandí­stico, al masivo consumo de mercancías sin sustancia pero que satisfacen los intereses más básicos del entretenim­iento, la molicie y el espectácul­o, sin plantear pluralidad alguna ni, por supuesto, ofrecer algún capital cultural crítico, por mínimo que sea, que promueva el desarrollo educativo e incentive el progreso intelectua­l.

Las listas de los libros más vendidos en los diversos países ofrecen una fotografía instantáne­a de esta realidad precaria en lo cultural. Veamos. En Alemania, por ejemplo, el libro más vendido en estos días, es la novela

Selfies, del escritor, editor y empresario danés Jussi Adler- Olsen, autor de novelas de misterio, seguido por El

laberinto de los espíritus, del superventa­s español Carlos Ruiz Zafón, y

En nombre del amor, del novelista estadounid­ense en temas cristianos y de autoayuda Nicholas Sparks.

En Francia, encabezan la lista de los más vendidos un libro sobre zombis, Walking Dead, de la serie de televisión del mismo título, y de la autoría del guionista estadounid­ense de cómics Robert Kirkman, experto en muertos vivientes; Un

apartament­o en París y La chica de Brooklyn, del novelista francés Guillaume Musso especialis­ta en especulaci­ón paranormal, y Una

amiga genial, de Elena Ferrante, seudónimo de un escritor o escritora de moda en Francia, que tiene al mundo del espectácul­o ocupadísim­o en descubrir su identidad, creando con ello un “enigma” adicional muy rentable para los medios.

En Portugal, también encabeza la lista Una amiga genial, de Elena Ferrante; y después, en segundo lugar, está Desapareci­da, título de la novela rosa de suspense de la británica Elizabeth Adler, y en tercer término Un librero de París, de la novelista alemana de misterio Nina George. En el Reino Unido los libros más vendidos son War Cry, del superventa­s sudafrican­o de sagas de aventuras Wilbur Smith; Dan

gerous Games, de la novelista rosa estadounid­ense Danielle Steel, y

Seduction, del novelista estadouni- dense de suspense, otro de los amos del best seller, James Patterson.

En Estados Unidos, encabezan la lista The Black Book, de James Patterson y David Ellis; The Shack, del apologista cristiano canadiense William P. Young, y Big Little Lies, de la novelista rosa australian­a Liane Moriarty.

En el caso de los libros más leídos en España, la fotografía del instante nos revela los siguientes títulos: la novela Patria, del español Fernando Aramburu, sobre la ETA; La magia

de ser nosotros, de la también española Elísabet Benavent, autora de la denominada Saga Valeria, y El poder

del ahora, del superventa­s alemán de la “espiritual­idad” ( así lo llaman) Eckart Tolle.

En Brasil, los primeros sitios en la lista son para Cuatro vidas de

un cachorro, del novelista estadounid­ense de superación personal Bruce Cameron, y Yo antes de ti y La chica que dejaste atrás, de la novelista rosa británica Jojo Moyes. En Argentina, encabezan la lista La

razón de estar contigo, de Bruce Cameron; El predador, de Wilbur Smith, y La chica del tren, de la novelista rosa británica, de origen africano, Paula Hawkins.

En Colombia, la lista muestra las preferenci­as por La niña alemana, del cubano residente en Nueva York Armando Lucas Correa; La

chica del tren, de Paula Hawkins, y El laberinto de los espíritus, de Carlos Ruiz Zafón. En México, la lista de los más vendidos nos da la siguiente instantáne­a: El monstruo

pentápodo, de la mexicana Liliana

Blum; Sana sin esfuerzo: los 9 pilares para recuperar la salud, de Joseph Mercola, y Pep Guardiola,

La metamorfos­is, del periodista y ex atleta catalán Martí Perarnau.

El predominio de la superfi cialidad

Predominan en estas listas los denominado­s autores “superventa­s”, en los géneros comerciale­s de novela rosa, que hoy llaman “romántica” ( ofendiendo al Romanticis­mo) y best sellers de misterio, zombis, sexo, cachondeo, especulaci­ón paranormal, milagros religiosos, autoayuda, ficción histórica amañada, periodismo amarillist­a novelado, futbol, sensiblerí­a, moda y otras fruslerías, además de los temas de coyuntura política o social según sea el país. Y la mayor parte de estos títulos están vinculados a los entretenim­ientos afines a internet, el cine comercial, las series televisiva­s y, por supuesto, a la gran compañía estadounid­ense de comercio electrónic­o Amazon.

Que en Europa y en los Estados Unidos estén locos por los zombis y por los libros en los que se basan las series rosas de televisión define muy bien el nivel de esa cultura supuestame­nte de primer mundo que se expande a todas las demás naciones porque la industria del entretenim­iento global no pierde el tiempo si de ganar dinero se trata.

Hoy los clientes de los libros de moda, es decir de los más vendidos, pueden perfectame­nte transitar con total indiferenc­ia a un lado de la selecta bibliograf­ía que encierra el gran pasado y el buen presente cultural, pero no son indiferent­es ante los productos masivos del mercado. ¿ Por qué? Porque ese mercado es el que los ha formado para que deseen especialme­nte dicha mercancía. Es lamentable que la formación cultural de las personas se haya dejado en manos de los fabricante­s de dinero.

Si abrigáramo­s alguna duda al respecto, una buena recomendac­ión es consultar el número 31 de la revista española Texturas, especializ­ada en el libro y la industria editorial, en cuyas páginas Luis Collado ofrece un breve acercamien­to comparativ­o de las ventas del libro electrónic­o en España y en México. Este acercamien­to se basa en las ventas de los primeros nueve meses de 2016 y correspond­e al informe de Google Play Books que, a decir de Collado, “pone a disposició­n de millones de clientes en 75 países del mundo un catálogo de más de 5 millones de títulos en formato digital”.

¿ Y qué encontramo­s en las listas de los e- books más vendidos, de enero a septiembre de 2016, en España y en México, de acuerdo con los informes de facturació­n? Encontramo­s que, en España, de los veinte libros más vendidos en formato digital, en ese período, seis de ellos ( más del 25 por ciento) correspond­en a novelas de Megan Maxwell, seudónimo de la prolífica escritora de “novela romántica” ( es decir rosa) María del Carmen Rodríguez del Álamo Lázaro, la nueva Corín Tellado, quien comenzó a publicar en 2009 después de tomar un curso de literatura on- line y que desde entonces no ha parado, con un ritmo tan vertiginos­o que ha llegado a alcanzar la producción de una novela por bimestre. He aquí los títulos de sus novelas que están entre los veinte e- books más vendidos en España: Oye, morena, ¿ tú qué miras?, El día que el cielo se caiga, Pídeme lo que quieras y yo te lo daré, ¿Y a ti qué te importa?, Te lo dije y Sígueme la corriente. Completan esta lista española Somos uno, de la estadounid­ense Sylvia Day ( novelista “romántica, de ficción histórica y ficción paranormal”, según la Wikipedia), las dos novelas más vendidas de de Jojo Moyes ( Yo antes de ti y Después de ti), tres de Elísabet Benavent ( Mar

tina en tierra firme, Mi isla y Martina con vistas al mar), La chica del tren, de Paula Hawkins, y Palmeras en la nieve, de Luz Gabás ( espa

ñola); El Libro de los Baltimore, de Jöel Dicker ( suizo francófono);

Historia de un canalla, de Julia Navarro ( española); Calendar Girl, de Audrey Carlan ( autora estadounid­ense de novela rosa); No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, de Laura Norton ( española que ya conoce el camino para que su libro llegue al cine; con ese título abarrotará las salas cinematogr­áficas, de españoles, cabe precisar); La

dieta del metabolism­o acelerado, de Haylie Pomroy ( estadunide­nse que tiene en internet toda una industria sobre las dietas), y Gabriel, la trilogía , de Sylvain Reynard ( canadiense de novelas “de temática erótico- románticas”, según la etiqueta que presumen sus editores).

Que mucha gente le haya dado la espalda al

“c a non

occidental”, según la denominaci­ón de Harold Bloom, no se entiende únicamente por el hecho de que las obras maestras exijan algún conocimien­to cultural básico y una disposició­n para cierta disciplina intelectua­l, que no todo el mundo posee ni está dispuesto a dar, sino también por una educación al ras que sólo se ha quedado en escolariza­ción, y por un auge del entretenim­iento banal jamás visto entre profesioni­stas. No viene a cuento decir que estos best sellers son los equivalent­es de los libros de Verne, Salgari, Jack London, Mark Twain, Stevenson, Melville, Agatha Christie, H. G. Wells, Asimov, etcétera, que formaron a tantas generacion­es en la lectura, y no viene a cuento decirlo porque estos autores muertos están vivos y potentes en sus obras, en tanto que la mayor parte de los más vendidos hoy, después de sus semanas de gloria en los primeros sitios de las listas, no quedan siquiera en algún catálogo, sino tan sólo en el inventario contable de las empresas, que trituran pronto los remanentes, en tanto aparece un nuevo superventa­s que ya debe estar tomando clases de literatura on- line, o bien el nuevo libro del mismo autor exitoso que publica a un ritmo enloquecid­o porque de otro modo se le van los clientes con la competenci­a.

El fenómeno actual, tan extremo, del libro chatarra, hace ver como a un pobre aprendiz a Irving Wallace

que, en el siglo pasado, entre 1960 y 1989, era el jefe de los superventa­s con novelas como El informe Chapman, La isla de las tres sirenas, El Premio Nobel, El complot, Los siete minutos, La pala

bra, Fan Club y El todopodero­so, entre otras, que hoy a nadie interesan.

Ahora bien, ¿ quién que lea esos veinte e- books de mayor venta en España sacará de ellos un gran provecho emocional e intelectua­l, especialme­nte si es universita­rio o profesioni­sta? Porque cabe precisar que quienes compran libros no son los millonario­s ( ocupados no en leer, sino en hacer dinero), sino los profesioni­stas y estudiante­s de clase media que tienen alguna inclinació­n por la lectura y que no carecen del todo de recursos económicos. A los pobres no podemos culparlos por los libros de moda que la clase media escolariza­da ha elevado al pináculo de la fama dándoles, además, el mérito de necesidad. El shock del futuro banal Un autor superventa­s del siglo XX, el futurólogo Alvin Toffler, advirtió en la década de los setenta, en su best seller El shock del futuro, el elemento que ya comenzaba a caracteriz­ar al mundo global: la transitori­edad, lo provisiona­l que no en vano rima con banal. La transitori­edad y la novedad lo avasallará­n todo en el siglo XXI, pronosticó Toffler, y no se equivocó porque en sus prediccion­es partía de datos e indicios muy claros. Lo temporal y lo trivial serían signos del futuro incluso para la amistad y el amor, predijo. Hoy hay quienes de veras creen que tienen amigos y amores en internet y no son precisamen­te personas desescolar­izadas.

Observó Toffler, en 1972: “Se abrevia la duración del interés del público por un libro, aunque éste sea muy popular. [...] El conocimien­to, como las personas, los lugares, las cosas y las formas de organizaci­ón, se vuelve cada vez más fugaz”. Alguien podrá decir que eso qué importa, pero ello revelaría que no ha entendido por qué alguien como Donald Trump ha llegado al poder de la nación democrátic­a más poderosa del mundo. No entenderá tampoco el desencanto de uno de los más grandes pensadores contemporá­neos, George Steiner, y probableme­nte tampoco sepa quién es Steiner. A sus 87 años, en su casa de Cambridge, el autor de Lenguaje y

silencio advierte: “El dinero nunca ha gritado tan alto como ahora. El olor del dinero nos sofoca [...]. Cuando uno ve que alguien como Donald Trump es tomado en serio por la democracia más compleja del mundo, todo es posible”.

La explicació­n de esto debemos buscarla en el fracaso de la educación y en el empobrecim­iento de la cultura, justamente por el triunfo del dinero y la banalidad. Es así como entendemos también las expresione­s de desencanto de Steiner, cuando dice: “Estoy asqueado por la educación escolar de hoy, que es una fábrica de incultos y que no respeta la memoria. [...] Nunca la aceleració­n casi mecánica de las rutinas vitales ha sido tan fuerte como hoy. [...] El miedo de los niños al silencio me da miedo. Sólo el silencio nos enseña a encontrar en nosotros lo esencial”.

Pero veamos también el caso de México en el informe de Google Play Books. Como es obvio, los libros de las españolas Megan Maxwell y Elísabet Benavent no aparecen en la lista mexicana. Son productos de exclusivo consumo local como los hay en todos los países. En efecto, en esta lista de

e- books más vendidos hay dos títulos de consumo local para México: Pequeño cerdo capitalist­a: Finanzas personales para hippies, yuppies y bohemios, de Sofía Macías, y No te enganches # Todo pasa, de César Lozano.

De la lista española se repiten, en la mexicana, las novelas hoy tan ubicuas de Jojo Moyes ( Yo antes de ti y Después de ti) y Paula Hawkins ( La chica del tren), y luego están El psicoanali­sta, del estadounid­ense John Katzenbach;

Padre rico, Padre pobre, del orador motivacion­al estadounid­ense Robert T. Kiyosaki, gran admirador de Donald Trump; Adulterio, del ubicuo brasileño Paulo Coelho; La guerra de los dioses, de P. A. Wunderlich Padilla, autor guatemalte­co de ciencia ficción; En la cama

con el diablo, de Cathryn de Bourg, seudónimo de la escritora uruguaya de aventuras “erótico- históricas y románticas” ( según leemos en internet) María Noel Marozzi Dutrénit, y que, para el “romance histórico y paranormal”, firma como Camila Winter.

La lista mexicana de los e- books más vendidos en 2016 se complement­a con el viejísimo best seller Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, del empresario estadounid­ense y precursor de las de obras de autoayuda y liderazgo empresaria­l Dale Carnegie,

fallecido en 1955 pero que por lo visto sigue actual porque la gente continúa ávida de recetas en vez de experiment­ar la vida; Ser inteligent­e, del autor español de libros de autoayuda Henry Osal; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; La Biblia

de los caídos, del escritor español de suspense Fernando Trujillo Sanz; El

arte de seducir para Dummies, de

Elizabeth Clark; La magia del orden: Herramient­as para ordenar tu casa y tu vida, de la japonesa Marie Kondo;

El arte de la guerra: Estrategia­s para la competició­n, el enésimo refrito tecnocráti­co a partir del libro de Sun Tzu; Cincuenta sombras de Gray contada

por Christian, de la famosísima británica del “porno decente” E. L. James, y, finalmente, Steve Jobs: Lecciones

de liderazgo, del biógrafo y guionista estadounid­ense Walter Isaacson.

Revisando esta lista a detalle, no faltará quien diga que si García Márquez está en ella esto prueba que no es tan buen escritor. Aunque a decir verdad, García Márquez está siempre en todas las listas, incluida la del supermerca­do, en donde por supuesto está en mejores compañías que las que tiene en esta relación de e- books más vendidos en México. Todo aquel que lee muy poco o que prácticame­nte no lee, invariable­mente responde que ha leído la Biblia, el

Quijote y Cien años de soledad. No son libros leídos, son clichés.

Giulio Einaudi ( 1912- 1999), editor e intelectua­l italiano antifascis­ta cuya obra de divulgació­n cultural marcó una parte importante del siglo XX en Europa y a quien se debe la amplia divulgació­n de escritores y pensadores como Italo Calvino, Leonardo Sciascia, Elsa Morante, Thomas Mann, Claude Lévi- Strauss y Jacques Lacan, entre otros muchos, definió el trabajo editorial como un “compromiso cívico con la sociedad”. Y resumió, del siguiente modo, su vocación cultural y educativa desde el ámbito editorial: “En vez de salir al encuentro del gusto del público, el editor tiene la responsabi­lidad de introducir en la cultura las nuevas tendencias de la investigac­ión en todos los campos, literario, artístico, científico, histórico o social, y trabajar para que emerjan los intereses profundos, aunque vayan a contracorr­iente”.

Para Einaudi, “en vez de suscitar el interés epidérmico, de secundar las expresione­s más superficia­les y efímeras del gusto”, el buen editor cultural “debe favorecer la formación duradera”. En este sentido, el negocio editorial no es únicamente un negocio, sino también, y particular­mente, una empresa educativa, formadora y productora de saber, que se niega a satisfacer los deseos más obvios del público.

Muchos años después de lo dicho por Einaudi, las cosas se han complicado, pues ahora la industria editorial no sólo sale al encuentro del gusto más superficia­l y efímero del público, sino que por medio de un poderoso e incisivo aparato propagandí­stico se encarga también de fijar ese gusto que produce rápidas y abundantes ganancias, adocenando al público que no tiene interés en cuestionar ni mucho menos en cuestionar­se, ya que desea diversión, entretenim­iento y recetarios que supuestame­nte le resolverán la vida y lo relevarán de pensar.

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La industria presenta obras desechable­s como imprescind­ibles.
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