Entre la continuidad y la novedad
Desde que goza de autonomía, 1996, la Universidad Veracruzana ( UV) está inmersa en estos momentos en su sexto proceso de designación rectoral. El signo dominante en la transmisión de mandos ha sido el de la continuidad. Las dos primeras Rectorías se prolongaron dos periodos y la tercera — a cargo de la primera mujer que ocupa el puesto en la historia institucional— está ahora en la terna sobre la cual se pronunciará la Junta de Gobierno ( JG) el próximo día 30. Esta elección se verifi ca en un entorno aún crispado por los efectos de la anómala gestión del ex gobernador Duarte. El nuevo titular del Poder Ejecutivo estatal, Miguel Angel Yúnez está empeñado en varias acciones extraordinarias que permitan que la entidad recobre la normalidad. Todo ese entorno adverso ( en el cual sobresale el adeudo de 65 mil millones de pesos) se traduce en retos enormes para la administración pública estatal, de lo cual la UV no es inmune. No obstante estas difi cultades, la UV ha tenido en los últimos cuatro años una línea ascendente en el desarrollo de sus funciones. De ahí la relevancia en la decisión que fi nalmente adopte la JG.
La UV tiene, en el elenco de las universidades públicas, dos características que la distinguen: a) recibe directamente la asignación del subsidio federal, sin que éste pase por las arcas del gobierno estatal; b) a partir de una reforma a la Constitución Política local, la UV ha obtenido la “autonomía fi nanciera”, signifi cando esto una proporción ( gradual y creciente hasta alcanzar un 4 por cient como mínimo) del presupuesto de la entidad federativa. Además, y aún como propuesta del gobernador para modifi car la Constitución Política, la UV tendría una tercera distinción: el Derecho de Iniciativa ante aquél Poder, para decidir sobre su régimen interno.
A esas fortalezas institucionales se sumarían otras, entre ellas: a) es la Universidad con mayor oferta en programas de licenciatura ( incluida la UNAM), 174, que con el posgrado hacen un total de 314; b) implantado desde hace 15 años, el Nuevo Modelo Educativo ya pasó recientemente por una evaluación integral que permitirá hacer adecuaciones y correcciones; c) dispone de una planta de personal académico en la cual el 91 por cient de sus integrantes tiene posgrado; d) el 90 por cient de sus programas de estudios están reconocidos externamente en materia de calidad. Posiblemente, un resumen de los rasgos defi nitorios de la UV se contiene en el Ranking sobre las Mejores Universidades en México, publicado por el periódico El Economista. Ahí, sintéticamente, se observa que, ocupando el lugar veinte en 2012, ha pasado en 2016 ( la última edición disponible) al sitio doce.
Las anteriores características o fortalezas son ahora señas de identidad de la UV. No se alcanzan en un periodo de cuatro años, suponen un esfuerzo continuado, como es muy claro en todos los casos aquí mencionados. En 21 años de ejercicio de la autonomía la JG reconoció esa característica de continuidad. De ahí la incógnita que seguramente se le plantea ahora al órgano colegiado.
De los siete aspirantes que se inscribieron en el actual proceso, la JG seleccionó a tres ( Rosío Córdoba, Sara Ladrón de Guevara y Jorge Manzo), otorgándoles la calidad de candidatos. Cualquiera de ellos tiene, en términos académicos ( doctorado, SNI, publicaciones, docencia, reconocimiento) la estatura suficiente para ocupar el cargo ahora en disputa. Un próximo debate entre ellos, transmitido a todas las dependencias universitarias en el Estado, y una entrevista con los nueve miembros de la JG, serán las últimas fases del proceso antes de la decisión final.
La JG ha hecho un trabajo ejemplar. Le ha quitado el carácter hermético que tradicionalmente ha tenido el funcionamiento de tal tipo de organismos y, con enfoques de transparencia y rendición de resultados, diseñó un libro blanco donde explica el ABC de la designación. Entre otros elementos que ahí se contienen, puso a disposición de la comunidad la información relativa a cada candidato, una entrevista televisada de cada uno de ellos, fi jó fechas de cada etapa, abrió espacios para que cada universitario pudiese opinar. Todo eso lo colocó en una plataforma digital amigable. Aunque algunas de sus primeras valoraciones provoquen confusión (“opiniones emitidas por la comunidad”), el proceso tiene tantos componentes que, aún con ello, el aquí apuntado sólo sería un aspecto. El próximo día 30 la disyuntiva estará resuelta.
LA UV cuenta con una proporción gradual y creciente del presupuesto estatal