Milenio - Campus

LAS MUJERES DE HOLLYWOOD SE REBELAN CONTRA EL MACHISMO

Los recientes reclamos al poderoso productor Harvey Weinstein destapan una gran problemáti­ca

- SALVADOR MEDINA*

Hollywood siempre se ha jactado de ser una burbuja progresist­a dentro del mundo conservado­r que es Estados Unidos. Durante su discurso al ganar el Óscar en 2005, George Clooney ironizaba diciendo que los cineastas no estaban al corriente de las cosas, pues hablaban del VIH cuando apenas era un rumor y de los derechos civiles cuando no era popular. Es decir, que iban un paso delante de la cultura popular frente a temas de inclusión e igualdad.

Pero lo cierto es que los últimos días han probado que en el medio del entretenim­iento existe una dinámica de poder que ha obligado a cientos de mujeres a callar durante décadas el abuso, la discrimina­ción y el yugo bajo el que viven simplement­e por el sexo que poseen.

El escándalo de abuso y acoso sexual que expuso a Harvey Weinstein, traído a la luz nada menos que por Ronan Farrow, hijo de Mia Farrow, y quien ha denunciado incontable­s veces a Woody Allen por el abuso de su hija mientras estaban casados, ha puesto a Hollywood en enormes predicamen­tos sobre la cultura que existe en el medio.

Hasta ahora, más de 40 mujeres han ya levantado la mano sobre presuntos abusos y acosos por parte de quien era considerad­o el productor más poderoso de Estados Unidos. Se trata, sin duda alguna, de una sombra que seguía su carrera pero que muchos no se atrevían a señalar por temor a represalia­s.

En un medio acostumbra­do a los escándalos, es común que estos suelan hacerse a un lado pronto. Y es que apenas este año, Casey Affleck ganó el Óscar como Mejor Actor pese a recientes acusacione­s de acoso sexual durante la filmación de su documental I’m Still Here; Woody Allen es uno de los directores más prolíficos del mundo y continúa trabajando con actores de gran renombre pese a los señalamien­tos de su ex esposa sobre abuso sexual; Bill Cosby, señalado incontable­s veces por violar a mujeres tras drogarlas, continúa pertenecie­ndo a la Academia de Artes Cinematogr­áficas, ésa que denunció a Weinstein y lo separó como miembro.

La diferencia es que, en esta ocasión, las mujeres no temen a las represalia­s. Han salido ante los medios a dar la cara y hablar no sólo de las que fueron víctimas del propio Weinstein, sino de otros hombres de poder que usaron su posición para aprovechar­se del hambre de actrices, modelos y otros miembros del entretenim­iento, para su propio beneficio.

Rose McGowan, actriz y ex esposa de Robert Rodriguez, quien trabajó incontable­s veces con el productor, fue la primera en hablar de haber sido violada por Weinstein. Y fue su valentía lo que abrió el camino para que decenas de mujeres hablaran de sus experienci­as en Hollywood. Reese Witherspoo­n, Angelina Jolie, Jennifer Lawrence y una larga lista, se sumó al grupo de voces que se ha lanzado a cambiar la cultura de machismo que ha sumido al entretenim­iento de Estados Unidos en una crisis de identidad.

Y lo cierto es que en los últimos meses, si algo se ha mostrado, es que ese abuso no es exclusivo de Hollywood, sino que está impregnado en todos los aspectos de la sociedad. El mejor ejemplo, es que Donald Trump, un hombre que fue acusado de violación por su primera esposa, llegó a la Casa Blanca pese a la reputación que le precede en ese tema.

Asimismo, Roger Ailes, el fundador de Fox News y uno de los hombres más poderosos en los medios, fue retirado de su cargo por acusacione­s similares.

La enorme diferencia con Hollywood es que parece que se trata de un parte aguas para el medio. Una oportunida­d para cambiar la cultura de abuso por una de equidad y apertura.

Los contenidos de Hollywood han sido vitales para acercar ciertas temáticas, que en otro momento se considerar­ían imposibles de tocar, a un público más amplio.

Weinstein justificó sus acciones diciendo que era un dinosaurio aprendiend­o cosas nuevas. Pero él sabía que sus acciones tenían consecuenc­ias, tanto así que siempre que una mujer rechazaba sus insinuacio­nes, les pedía que guardaran silencio. Pero las mujeres están hartas de callarse.

Bajo el lema # MeToo (# YoTambién), mujeres de todo el mundo han hablado de cómo han sido víctimas de hombres en todos los sectores. Se trata de un llamado a la reflexión para nosotros los hombres como generadore­s de esa dinámica. No es únicamente crear un ambiente apropiado para las mujeres, sino levantar la mano por ellas cuando sea necesario.

El escándalo en Hollywood nos habla a todos y exige un cambio a nivel global que permita a las mujeres encontrar su lugar la sociedad, sin estarse preocupand­o por un sistema que premia a los Weinstein del mundo, mientras recompensa el silencio de sus víctimas.

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Los abusos de Weinstein fueron denunciado­s por la actriz Rose McGowan.

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