RECTORES Y CURULES: UNA HISTORIA INTERMINABLE
En los mecanismos de nuestra sociedad es frecuente ver a funcionarios universitarios cruzar hacia el mundo de la política para perseguir nuevas aspiraciones
Alo largo de los años, la educación superior en tiempos electorales se ha ligado íntimamente al tablero y al escenario de la política. Y lo que ocurre en una de estas esferas termina por impactar de manera directa en la otra. Las decisiones que se toman en las universidades públicas estatales terminan por trascender más allá del entorno académico y delinean, en ocasiones, la suerte de quienes interactúan en el terreno político.
Muchos son los rectores que han dejado sus cargos y sus gestiones al frente de las instituciones de educación superior para sumarse al proyecto de alguna corriente política o alguno de los contienden en elecciones locales, estatales o incluso a nivel federal.
La participación de rectores, y en menor medida de otros funcionarios de las universidades, así como de directores de escuelas incorporadas o centros de investigación, ha sido constante en los comicios de los últimos años.
Algunos han logrado llegar a los congresos locales y federales para sumarse a alguna de las bancadas. Han pasado de rectores a diputados o senadores para hacer más carrera política que académica.
En el escenario legislativo, hay casos de quienes mantuvieron el contacto oportuno para seguir ligados a la problemática de las universidades, y otros se dejaron de lado su formación en el ámbito universitario y trabajaron en otros rubros.
Como lo ha dicho el propio Adrián Acosta, investigador del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Guadalajara ( UdeG), no es una situación novedosa, sino por el contrario, se trata de movimientos normales.
Un fenómeno que se extiende también hacia las presidencias municipales o en las administraciones a nivel federal y estatal, donde los rectores aparecen de manera constante para ocupar cargos.
Como lo define el propio Acosta es “una parte de los mecanismos formales o informales de cohesión y de movilidad política del régimen pre y post democrático mexicano”.
O lo que es lo mismo, una “función no declarada de las universidades en la formación de cuadros políticos y funcionarios gubernamentales en todo el país”.
Y en este proceso que viene, en el que se renuevan cientos de cargos a nivel federal, estatales y local, los rectores también se han subido al tren de las candidaturas y aparecerán en las contiendas.
Como ha ocurrido en otras ocasiones, algunos fungirán como interlocutores de las universidades e instituciones de educación superior, desde sus nuevos espacios de control, y algunos se concentrarán más en la gestión política.
Lo que queda claro, es que en algunos casos, la gestión universitaria se dejó de lado y fungió más como trampolín, con las consecuencias académicas esperadas, y otros lo hacen con la mira en operar un mejor funcionamiento para las universidades del país desde otro escenario donde la toma de decisiones será fundamental.
Querétaro sin rector
La segunda gestión de Gilberto Herrera Ruiz al frente de la Universidad Autónoma de Querétaro ( UAQ), sirvió para construir su carrera y su candidatura de cara a este proceso electoral.
Los enfrentamientos directos y las diferencias marcadas con la administración estatal del panista Francisco Domínguez Servién fueron parte de esta estrategia.
Durante varios meses lo confrontó por cuestiones presupuestales aparentemente no resueltas y movilizó en ocasiones a los sindicatos y organizaciones afines para conseguir un mayor posicionamiento en el escenario local.
Además, en el proceso para suceder a Herrera Ruiz en la rectoría, argumentó infiltraciones del gobierno estatal debido a que el gobernador se reunió con Teresa García Gasca, una de las aspirantes a la rectoría, días antes que se diera a conocer el resultado de la elección.
Lo que no dijo el exrector fue que ese acercamiento de la administración de Domínguez Servién se dio con todos los candidatos a suceder a Herrera Ruiz.
A final de cuentas, García Gasca ganó la elección y se convirtió en la segunda mujer en ocupar la rectoría de la UAQ. En tanto, Herrera Ruiz definió sus aspiraciones políticas por las siglas del Movimiento de Regeneración Nacional ( Morena).
Herrera Ruiz compite ahora como candidato al Senado de la República por Morena. Argumenta que esta decisión no estaba en sus planes inmediatos, pero lo cierto es que los acercamientos con esa agrupación política se dieron desde mucho tiempo atrás.
También asegura que su nueva ocupación no interferirá en los destinos de la UAQ ni confrontará a la actual rectora, pero desde ahora asume que combinará la docencia con su campaña política, lo que a todas luces terminará por inclinar la balanza hacia el proselitismo a su favor.
Desde ahora, el secretario de Educación del estado, Alfredo Botello Montes, quien también aspira al Senado como suplente del candidato panista, Mauricio Kuri, le advierte que una cosa es ser rector y la otra es ser candidato, sin poner en duda, hasta cierto punto, las capacidades que pueda tener como político y futuro legislador.
Al igual que Herrera Ruiz, Morena le apuesta a otros exrectores que poco o muy poco hicieron durante sus administraciones universitarias para posicionar a las casas de estudio que tuvieron a su cargo.
Uno de ellos es Jorge Luis Pech Várguez, exrector de la Universidad de Quintana Roo ( UQRoo), quien ya había sido candidato por este partido a la gubernatura del estado.
Durante su gestión en la UQRoo, se le implicó en la venta de un terreno de 36 hectáreas propiedad de la universidad, el cual fue después utilizado para construir un exclusivo desarrollo hotelero, comercial y habitacional.
Además, no desprendió por completo a la universidad de las administraciones de los exgobernadores Félix González canto y Roberto Borge Angulo y trabajó en función de estos, dejando de lado el desarrollo académico de la UQRoo.
El caso Morelos
Otro caso de un rector que construyó su candidatura desde las oficinas de rectoría es el de Alejandro Vera Jiménez, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos ( UAEMor).
Su confrontación con el gobernador del estado, Graco Ramírez, comenzó cuando sus acercamientos con el Partido de la Revolución Democrática ( PRD) no rindieron los frutos esperados y se distanció de estar organización política que lo había apoyado antes.
Posteriormente en su travesía para debilitar al gobernador,
intentó sumar al entonces presidente municipal Cuauhtémoc Blanco, a quien en principio había convencido. Pero días antes de la caravana con la que se subió al tren mediático, Vera Jiménez rompió con el hoy aspirante al gobierno de Morelos por Morena.
Sus aspiraciones políticas de encabezar un frente amplio con partidos locales y afines para convertirse en un candidato competitivo se fueron diluyendo, aun cuando apareció victimizado y perseguido por el gobierno del estado.
Aun así, Vera Jiménez se registró como candidato a la gubernatura de la entidad por el Partido Nueva Alianza ( PANAL). De este modo, aunque enfrenta acusaciones por peculado y enriquecimiento ilícito, estará en la boleta electoral el próximo mes de julio.
Y aunque en reiteradas ocasiones negó que ésa fuera su aspiración cuando dejó varada la rectoría de la UAEMor con sus movilizaciones políticas y las investigaciones en su contra por los desfalcos, a final de cuentas, demostró hacia dónde apuntó siempre cuando menos durante dos años de su gestión.
Concentran aspirantes
Otros casos en los que Morena ha apostado por el pasado académicos de sus candidatos, es en Nuevo León, donde Luis Galán Wong, exrector de la Universidad Autónoma de Nuevo Léon será candidato a la alcaldía de Monterrey por esta agrupación política.
Galán Wong, quien no es militante, ocupó la rectoría de la UANL de 2000 a 2003, y es avalado también por el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social.
La candidatura le llega justo cuando ocupa la dirección del Instituto de Biotecnología de la Facultad de Biología de la ( UANL) y tendrá que reafirmarla frente a un actor, que saltó a la fama gracias a los reality shows de la televisión.
En el caso de Hidalgo, Morena va con la exregidora panista del Ayuntamiento de Pachuca, Lidia García Anaya, quien con el respaldo del Grupo Universidad, a cargo del exrector Gerardo Sosa Castelán, fue incluida en la novena posición de la lista de candidatos a diputados federales propuesta para la quinta circunscripción por MORENA.
García Anaya es la actual secretaria general del Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo ( SPAUAEH), a cuyo cargo arribó en octubre del 2014 y en el que en este 2018 podría cumplir 4 años, pues la legislación electoral no la obliga a separarse de la dirigencia sindical para participar en el proceso.
Además, el académico Antonio Mota Rojas, perteneciente a esta agrupación sindical, se perfila como candidato a diputado federal, pero por el Partido Acción Nacional.
Un caso más es el del exrector de la Benemérita Universidad de Puebla ( BUAP), Enrique Doger Guerrero, quien estuvo al frente de esta institución desde 1997 hasta 2005.
Hoy es candidato al gobierno de Puebla por el PRI, partido por el que ya ganó elecciones anteriormente. Ha sido presidente municipal de Puebla y diputado federal bajo esas siglas, y hoy le apuesta al gobierno del estado.
Guadalajara es semillero
Otro que abandonó su gestión para sumarse a las campañas políticas fue Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, a quien le faltaba un año para cumplir su encargo como rector general de la Universidad de Guadalajara ( UdeG).
Bravo Padilla, quien deja la rectoría general esta semana, es aspirante a diputado local por el partido Movimiento Ciudadano, cargo para el que ya fue electo pero por las siglas del PRD.
Fue Diputado Federal en la LVI Legislatura de 1994 a 1997.
En 1997 contendió bajo las siglas del PRD por la Presidencia Municipal de Guadalajara, aunque no obtuvo la victoria que correspondió al candidato del PAN, Francisco Javier Ramírez Acuña.
De 2006 a 2009 fue diputado federal por segunda ocasión, en la LX Legislatura de 2006 a 2009, en la cual presidió la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, y en el tercer año de la Legislatura fungió como Vicepresidente de la Comisión Permanente.
Pero Bravo Padilla no es el único que desde la UdeG ha ocupado cargos de elección popular. José Trinidad Padilla López, quien también fue rector general de la institución, aprovechó su paso por la academia para después incorporarse a la política.
Se desempeñó como Diputado Federal por el VIII Distrito del Estado de Jalisco en el periodo 2009- 2012 y actualmente es Diputado en el Congreso de Jalisco, electo por mayoría en el Distrito XIII por el Partido Revolucionario Institucional ( PRI).
Otras personajes ligados o respaldados por la institución también figuran ya en las listas como candidatos de Movimiento Ciudadano, entre los que se encuentran la rectora del campus de los Altos, Mara Robles; el dirigente sindical universitario Enrique Velázquez, y el ex dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios ( FEU) Alberto Galarza.
Se trata, a final de cuentas, de movimientos comunes que en cada elección se registran. En esta ocasión, en mayor o menor medida, las universidades públicas del país contribuyen a mover las piezas del escenario político.
En algunos casos, como lo ha sido en la UAQ y en la UAEMor, el tiempo de la academia pasa a segundo término y la aspiración política termina por imponerse.